Enamorada de mi Tutor (Lista de Capitulos)

 
FanFic          : Enamorada de mi Tutor
Autora          : Vicky Monzon
Clasificación : ....
Capitulos      : 20

Estado          : Terminado


Lista:
C1 , C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9, C10, C11, C12, C13, C14, C15, C16, C17, C18, C19, C20

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[FICS] Enamorada de mi Tutor - Capitulo 20

           
 ÚLTIMO CAPITULO






Me cogió por sorpresa nunca imagine su reacción, solo me llevó unos segundos para recuperarme y corresponder a su beso, cada momento que pasaba quería más de ella mis manos descendieron hasta su trasero apretándola contra mí, la hice notar cuanto la deseaba, de todas formas era evidente estaba duro como una roca.


 Ella seguía arrimándose más, necesitaba sentirla moverse contra mí, tener su piel junto a la mía, sentirme dentro de ella. El beso se hizo más apasionado su lengua buscaba a la mía haciendo contacto por breves momentos, la mordisqueaba el labio inferior, soltó un pequeño jadeo,  introduje mi lengua rozando la suya,  m i cuerpo la reclamaba desesperadamente, empecé a levantarle la camiseta por detrás acariciando su espalda desnuda.

Empezó a sonar  el móvil insistentemente, me separé de mala gana de ella para contestar al teléfono, ella seguía besándome el cuello con pequeños y seductores besos ascendiendo hasta mi oreja  ahí se entretuvo un momento poniéndome la piel de gallina a la vez que aumentaban las ganas de llevarla a la cama.

 --Saeng te estamos esperando! venga date prisa!- se oyó la voz de Kyu, el ensayo se me había olvidado por completo.

Jenny me besaba la mandíbula tuve que cerrar los ojos un momento para centrarme en la conversación, sentí sus labios en mi boca abrí las ojos  mirándola lleno de deseo, la correspondí mientras Kyu seguía hablando ajeno a lo que estábamos haciendo

 --Saeng ¿estas ahí?- preguntó Kyu  al ver que no  contestaba, oyó un jadeo por el otro lado del teléfono- OH, llamé en mal momento, te damos una hora no más- dijo riéndose  por haberlos pillado en pleno juego, cortó la comunicación con él.

 --¡Ehh chicos! Saeng vendrá más o menos en una hora en este momento esta ocupado  y no puede dejar lo que tiene entre manos.

--¿Qué está haciendo?—preguntó  intrigado Hyung estirando sus músculos junto a los chicos del coro.

--Buenoooo creo que” algo importante” para él- entonando la palabra, Hyung abrió mucho los ojos dándose cuenta del significado, comenzó a reírse.

--OK, una hora nada más- dijo Hyung.

Apagué el móvil guardándolo en el bolsillo del pantalón, retiré lo que había encima de la mesa con cuidado de no tirarlo sin dejar de besarla, me dejé  caer lentamente  sobre ella haciendo apoyar su espalda sobre la madera, le mordí el lóbulo de la oreja, mis manos tocaban la suave piel de su estomago hacia  abajo pasando por encima de la mini falda, al llegar  al borde de esta se la subí dejando al descubierto un tanga color rosa pálido

Mi mano pasó a través de la minúscula tela tocando su pubis, ella se movió por el roce de mis dedos dejé esa zona para   tocarle el trasero arrimándola más a mi cuerpo, esta vez el jadeo fue más fuerte que el anterior.

 Jenny empezó a subirme la camiseta hasta quitármela y tirarla al suelo, sus manitas recorrían mi espalda libremente haciendo estragos mis sentidos la despojé de toda su ropa.

Tenía prisa por poseerla mi cuerpo no aguantaría mucho mas la deseaba desesperadamente bajé la cremallera del pantalón desabrochándose al mismo tiempo, fue ella la que  introdujo  su mano dentro de los pantalones para tocarme el miembro  cosa que casi me hace  perder el control con sus caricias, la retiré la mano no quería terminar así, la preparé para recibirme dentro de ella acomodando sus piernas alrededor de mi cadera.

Con un solo movimiento me introduje en ella, empecé a moverme poco a poco con embestidas  lentas y profundas, se sentía tan suave y apretada que casi me hace derramarme en ese preciso momento, pude contenerme quería que fuese perfecto para ella, sus manos apretaban mi trasero exigiéndome más.

Sus caricias me volvían loco, ondas de placer recorrían mi cuerpo llegando al borde de la cordura.

-Jenny yo….- me besó acelerando el ritmo de nuestros cuerpos, no pude contenerme por mas tiempo haciendo mas profundas y rápidas las embestidas, la besé apasionado llegando al clímax en ese preciso momento ahogando sus gemidos con mis besos.
 
Fue increíble nunca había sentido nada parecido  con otra chica , me iba  a costar mucho el tener que dejarla al día siguiente después del debut, se le hizo un nudo en el estomago al pensarlo, la miré estaba  preciosa con el cabello todo enredado y suelto con algún mechón pegado en la frente, sus labios rojos por mis besos.

La ayudé a levantarse y vestirse envolviéndola entre mis brazos cerrando los ojos por un instante  segundos después la miré aproximándome lentamente hasta tocar sus labios  en un beso suave y delicado.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               Vimos el desastre que hicimos con el desayuno  todo esparcido por el suelo Jenny se rió

me miró y no pude contener la risa por lo que tenía ante mí a ella le pasó lo mismo.

--Creo que te quedaste sin desayuno- me dijo entre las risas.

--Te equivocas – la atraje hacía mí—ha sido el mejor desayuno que he tenido.

Pasado el momento nos pusimos a recoger los restos del suelo.

El día fue pasando lentamente el ensayo salió a la perfección estaban todos nerviosos solo faltaba menos de un día para el estreno.

Viko hacía las maletas preparándose para el viaje iba a echar de menos a sus padres y sobre todo a Jenny cuando podían haberse ido juntas habían quedado mas tarde  para despedirse de todos aunque a las chicas las vería al día siguiente en el concierto, ella se iba antes que Hyung a Corea tenía que arreglar unas cosas antes de ingresar en la universidad de allí, se miró el reloj iba a llegar tarde si no se daba prisa miró todo el equipaje ya embalado y listo, cogió el bolso y fue en busca de las chicas.

Organizaron una fiesta en modo de despedida para los chicos y Viko todo salió a la perfección, Saeng estuvo muy atento con Jenny no la dejaba sola ni un momento aprovechaba cualquier ocasión para besarla y abrazarla le quedaba poco tiempo para estar juntos.

Al día siguiente…

--¿Ya te vas?- dijo Jenny con lagrimas sin derramar en los ojos.

--Si, no puedo retrasarlo más— dijo mirándola con todo el amor que sentía por ella
 
 La acercó a su cuerpo para abrazarla escondiendo su rostro en el cuello de de ella no la quería dejar pero ya llegaba tarde al último ensayo, no había más tiempo para ellos.

No olvidaría nunca los momentos pasados junto a ella se separó un poco mirándola a los ojos  volvió acercarse para besarla despidiéndose de ella..

 --Te amo, no lo olvides.

Jenny afirmó con la cabeza, no podía articular palabra su rostro estaba bañado en lágrimas.

--Mantente en contacto conmigo- Jenny hizo un gesto afirmativo.

El se dio la vuelta en dirección al coche con paso lento.

--¡Saeng!- gritó Jenny un momento después se encontró abrazada a é, no podía dejarlo ir sin decírselo.

--¡Te quiero!- le dijo.

--Lo se,--abrazándola  fuertemente.
Tiempo después…

El estadio estaba abarrotado de gente con pancartas “I LOVE YOU SS501”, pequeños tubos luminosos de colores danzando de un lado a otro, sus nombres estaban por todas partes donde miraba.

 -¡Que nerviosa estoy!- decía Viko al lado mío. De pronto se apagaron las luces apareciendo las siluetas de los bailarines entre una nube de humo denso la música empezó a sonar y tres focos iluminaron sus cuerpos bellamente vestidos con ropas similares y sexys
 Saeng se cortó el pelo dándole un aspecto más varonil, estaba guapísimo. Él miraba por si me veía, levanté una mano a modo saludo hasta que me vio dedicándome una sonrisa llena de hoyuelos sus ojos no se apartaban de los míos ni un solo instante.

El espectáculo llegaba a su final en la última actuación salió él dirigiéndose al público les dijo:

 --Esta canción es para una persona en especial, alguien que se ganó mi corazón poco a poco sin darme cuenta de que ya no me pertenecía ¡para ti, no me olvides!- dijo mirándome

Comenzó a sonar la música suave de MY BABY YOU, él bajó por un momento la cabeza cuando salieron las primeras palabras de su boca, poco a poco fue subiéndola encontrándome con su mirada.
Cuando miro a tus ojos, veo todas las razones

 Por las que mi vida vale más que mil cielos

Tú eres el más simple amor que he conocido

Y el más puro que tendré, sabes que nunca estarás sola

Mi amor eres tú, la razón por la que podría volar

Y debido a ti, no tengo que preguntarme porque

Tú eres la razón por la cual me siento vivo,

Como explico esa sonrisa y como gira mi mundo a tu alrededor………

Mis lágrimas corrían libremente por mi rostro, en pocas horas se iría de mi lado y no sabría si alguna vez lo volvería a ver.

Fue todo un éxito la gente salía entusiasmada por el concierto, yo  me sentía morir era  grande el vacío  que se estaba formando dentro de mí Viko se acababa de ir iba muy justa de tiempo por querer quedarse para oírlos cantar, me despedí de ella momentos antes entre abrazos y lágrimas con la promesa de ponerse en contacto conmigo nada mas llegar a su destino.

 Habían pasado algunas semanas y lo único que sabía de él era que había vuelto a su país después de una exitosa y pequeña gira por España, Viko y yo habíamos hablado varias veces por MSN desde que se fue, le estaba yendo muy bien había conocido a la familia de él me decía lo asombroso del parecido que tenía Kim Bum con Hyung y lo simpático que era, tenía previsto de encontrarse con él en unas pocas horas.
 
Saeng se puso en contacto conmigo poco después de su llegada al país, me contó lo emocionado  que estaba por los resultados de la gira  y lo mucho que me echó en falta.

 Fue pasando el tiempo lo echaba de menos cada vez más, nuestras conversaciones se hicieron más escasas por su trabajo.

Salía de  alguna vez con las chicas, en estos momentos estaba muy centrada en mis estudios quedaba poco para la graduación. Raúl intentó varias veces salir conmigo pero no pude hacerlo solo lo veía como un amigo y así se lo hice saber poco tiempo después empezó a salir con una linda chica que no conocíamos resultó ser agradable y simpática, se adaptó bien al grupo. Al parecer las únicas que no teníamos pareja éramos Cheng y yo, Gemma empezó a salir en serio con Ramón al poco tiempo ya eran novios.

Descubrí que Cheng se hablaba con Kyu  dándome que pensar el porque Saeng casi ni se comunicaba conmigo poniendo la excusa del trabajo.

 Hablaba con Viko muy a menudo nos contábamos todo, intercambiábamos  fotos por el MSN evitando el tema, Saeng actuaba muy raro ¿por que no me llamaba? esa era la pregunta que me hacía un montón de veces.

 Fue pasando el tiempo.

 Saeng dejó de ponerse en contacto conmigo el dolor que sentía era enorme lo veía en las noticias internacionales se habían echo muy famosos y él se olvidó de mí.

 Nunca deje de verlo,  cuando se me hacía insoportable su ausencia buscaba sus videos en You Tube  poniéndome al corriente de su vida musical. Su amor por mi solo fue una quimera un pasatiempo para él.

Había pasado un año desde que se fue a su país, Raúl se casó con Meri así se llamaba la chica, todo fue tan repentino que nos cogió por sorpresa la noticia del casamiento. Viko estaba contenta todo le estaba saliendo bien, había encontrado un trabajo allí cerca de donde vivía ella, bien pagado, las cosas con Hyung le iban bien, no hacía más que decirme que hiciera mis maletas y me fuera con ella me echaba de menos, me dijo que había trabajo para mí pues era una empresa nueva que estaba comenzando y necesitaban personal, me negué a ir no quería encontrármelo no sabía como iba a reaccionar frente a él.
Un día vi a Saeng abrazando a una chica en las noticias se le veía contento mi corazón dio un vuelco al ver que tenía la prueba de porque no me llamaba ni contestaba a mis cartas. Con el corazón destrozado intenté rehacer mi vida como pude.

Unos meses más tarde .

 Empecé a trabajar en una empresa internacional tuve suerte de que me escogieran entre tantas solicitudes como la mía. Viajaba mucho por trabajo a veces salía con gente de mi sección estaba a gusto con ellos tenían gustos y aficiones similares a los míos.

Poco a poco le fui dejando a un lado quería olvidarme de él, rehacer mi vida.

Mii jefe me llamó a su oficina se requería varios traductores para ir a Japón y una de ellos fui yo, me sorprendí mucho pues llevaba poco tiempo en la empresa, la instancia sería de una semana, lo suficiente para ver  de su cultura.

Llegamos a Japón sin contratiempos éramos un grupito de cinco personas, tres chicas y dos chicos, compartíamos apartamento. Al salir del trabajo Catty se fijó en  un cartel expuesto  en la pared del edificio de enfrente, me quedé impactada al ver la imagen de Saeng imprimada en él. Anunciaba un concierto que se celebraría en solo un par de horas, Catty estaba emocionada,  ella  es fans de él ni sabía que yo le conocía esa parte de mi vida la tenía guardada para mí.

 Conseguimos entradas de última hora, lo pude ver de lejos y en las pantallas gigantes que había a ambos lados del escenario lo vi mas delgado y hermoso los recuerdos volvieron a mi mente ocasionándome un profundo dolor creí que ese sentimiento era cosa del pasado pero no, seguía latiendo dentro de mí como el primer día.

Al volver a casa después del viaje me encontré con una carta dirigida a mí  mi madre me la dejó en mi habitación, todavía me preguntaba por que seguía en casa de mis padres pero no encontré excusa por la que me tenía que emancipar, me encontraba a gusto con ellos ni tenía motivos para irme .

 Abrí la carta, era de Viko en ella me informaba que se casaba el siguiente mes y me pedía que fuese su dama de honor junto a las chicas, me alegraba por ella había conseguido todo lo que deseaba en la vida y esperaba con todo el corazón que le saliese bien su matrimonio con Hyung.

 Sabía que tenía que encontrarme con él algún día cara a cara y ese momento había llegado. Había invitado a todos los chicos , Ramón, Raúl etc..

Meri no podía ir por que estaba muy avanzado su embarazo por lo que Raúl iría  solo, dos veces al mes nos juntábamos los amigos para no perder el contacto así  supe que  la relación entre Cheng y Kyu iba en serio  aparte de alguna información de Saeng que a Cheng se le escapaba.

 Llegó el día que teníamos que partir para Corea, Viko quedó en recogernos en el aeropuerto estaba nerviosa, Raúl se sentó a mi lado se dio cuenta de la situación se volvió hacía mi y dijo:

 --¿Todavía sientes algo por él, verdad?.

--¿Se me nota mucho?- le dije

--Un poco,   yo te ayudare, no dejare que se te acerque--me contestó.

--Gracias Raúl,, no te preocupes intentaré resolverlo sola.

 Él afirmó con un leve movimiento de cabeza-- De todas formas si me necesitas ya sabes, solo tienes que decirlo.

 En todo este tiempo Raúl y Meri se convirtieron en personas muy queridas para mí iba mucho a visitarles, quedábamos para comer con mucha frecuencia nos llevábamos muy bien.

El aeropuerto estaba atestado de gente según Viko era inusual había periodistas por todas partes Viko  estaba nerviosa, se volvió hacía mi y me dijo:

--Es  mejor que nos demos prisa nos están esperando.

--¿Qué me ocultas?—le pregunté extrañada por su comportamiento.

--Yo…

De repente la gente empezó a formar un grupo alrededor de alguien los periodistas disparaban sus cámaras  me di la vuelta mirando que pasaba en el centro del grupo vi  un rostro conocido. El giró un poco la cabeza, mi corazón dio un vuelco cuando por un breve instante nuestras miradas se encontraron su expresión era sería siguió su camino como si no me conociese.

--Vámonos no quería que vuestro primer encuentro fuera así.

--No te preocupes eso ya pasó—la dije mintiéndola

 Esta noche se celebraba una fiesta en honor a los novios en un lujoso y conocido hotel de Corea, pero antes teníamos que ir con Gemma y Cheng a la prueba de los vestidos de dama para la boda.

 Otra vez juntas parecía como si el tiempo no hubiese pasado, después de la prueba  Viko nos llevó a conocer el mercadillo más famoso  de la ciudad había de todo lo que quisieras  comimos en un puesto ambulante la comida era deliciosa pero era hora de volver  teníamos que arreglarnos para la fiesta.

 Dos horas después…

Me estaba dando los últimos retoques cuando llamaron a la puerta, eran Cheng y Gemma, fui abrir  .

--¿Lista?  !!OHH!! Estas guapísima!- exclamaron las chicas al verme – Saeng se va arrepentir de haberte dejado—dijo Cheng.

--¿Esto? Pero si es un trapito viejo—bromee con ellas me había esmerado mucho quería que me viese linda me  puse un vestido largo prácticamente no se me veían los pies de color del bronce con un solo tirante parecido a las togas romanas que llevaban las mujeres en esa época, ceñido en el pecho  del tirante salía un cordoncillo dorado bordeando el escote bajando por la mitad del pecho hacia abajo en forma de espiral unos quince centímetros por debajo de este, la falda plisada con algo de vuelo caía con gracia hasta el suelo lo completé con unas sandalias de tacón fino haciendo juego con el vestido.

La sala estaba llena de familiares y amigos de la pareja, vi a muchos famosos conocidos me acerqué a la barra del bar a pedir algo de beber.

---¡!Jenny!!Que gustó verte estas preciosa.—Exclamó Kyu al verme
Me di la vuelta para encontrarme con un sonriente Kyu  y de su brazo estaba Cheng toda embobada  mirándole.

 Estuve hablando con ellos un buen rato de vez en cuando miraba por los alrededores por si lo veía aparecer. Me decepcioné al no verle por ningún lado decidí salir al jardín mis amigas estaban muy bien acompañadas.

--Os dejo voy a tomar un poco el aire estoy acalorada—abanicándome con la mano como excusa.Una vez fuera cerré los ojos oliendo la fragancia de las flores del jardín del hotel, oí ruido de pisadas que se acercaban abrí los ojos para ver de quien se trataba, me lo encontré cara a cara sorprendiéndome no sabía que decirle por lo que me quedé callada mirándole ¡como había cambiado! tenía el pelo corto e iba vestido con un traje informal y a la vez elegante llevaba varios botones desabrochados donde se veía parte de su pecho al descubierto, me hizo recordar como tiempo atrás lo había tocado a mi antojo.

--Hola—me dijo—te ves bien.

--Gracias- le contesté formalmente.

 Se produjo un silencio incomodo entre los dos.

--Te vi hace pocas semanas en Japón me alegro por el éxito conseguido, estáis en la cima- le dije para romper el hielo.

Él se sorprendió de mis palabras, no podía aguantarme más necesitaba saber por que me dejó así sin explicaciones por lo que le pregunté abiertamente.

 --¿Por qué me dejaste?-- Le miré directamente a los ojos.

Él apartó su mirada de la mía tomando aire me volvió a mirar

--¿Quién fue que rompió primero? y ¿todavía me preguntas que porque te dejé de hablar?- se le veía malhumorado y tenso.

-- No se de que me hablas, te vi ¡sabes! Estabas con una chica .

--Por supuesto no eres la única ¡no crees!- dijo enfadado.

--No he salido con nadie en todo este tiempo, a diferencia de ti- me puse colorada de furia.

--No me lo creo, cuando vienes acompañada—dijo airado mirándome.

Una voz conocida nos interrumpió.

--¿Qué os pasa a los dos?—dijo acercándose Raúl poniéndose a mi lado, su brazo rodeó miss hombros detalle que no pasó desapercibido a Saeng.

--Todavía me lo niegas—señaló a Raúl ignorándole.

--Mira no se de que estas hablando - le volví a repetir.

Saeng  nos miró con odio mal disimulado, esa mirada me afectó mucho no sabía  que  le pasaba porque estaba tan enojado.

.Saeng se dio la media vuelta volviendo a la sala dejándonos solos y sin darme explicación alguna.

 --¿Qué es lo que le picó? Está muy alterado—dijo Raúl.

--No se, no quería que esto acabase así-dije con lágrimas sin derramar en los ojos.

Estaba furioso que tonto que había sido, pensé que solo era una aventura pero no era así, todavía seguían juntos que rápido me olvidó apenas dos meses de cuando me fui.

 --¡EY!, cambia esa cara no se ve bien en ti—dijo acercándose Hyung,-- la has visto, eso es, no has podido hablar con ella.

--L o siento hermano pero me tengo que ir, nos veremos en tu boda- le dí una palmada en el hombro antes de salir de allí.
¿Por qué no podía olvidarla? Había salido con otras chicas a raíz de cuando se enteró de su relación, debía  de ser algo serio después de tanto tiempo y todavía estaba con él

Esto le producía un  gran dolor en el corazón.

Vi todas esas fotografías que le mandó a Viko y como le ponía en la carta que la relación iba bien y si seguían así seguro habría boda  pronto, se les veía muy felices abrazados y sonrientes en las fotos, no pude leer toda la carta ya que lo hice a escondidas intrigado y celoso, lo único que le extrañaba era la chica de al lado de Jenny, no la conocía.

Tres días después,  llegó el gran día.

Viko estaba hermosa con su vestido blanco bordado de florecillas color marfil, las chicas y yo terminamos de ponerle el velo, admirándola llenas de envidia.

-Estoy emocionada- dijo Cheng
vestíamos un sencillo vestido largo de palabra de honor, color rosa pálido con vuelo en la falda,  peinadas con un recogido dejándolas unos tirabuzones que caían sobre los lados de sus rostros con florecillas rosas entremedias del peinado.

 Llegó el turno de salir por el pasillo de la iglesia bellamente adornada con todo tipo de flores de tonos suaves, primero fue Kim Hyun Jong a su lado estaba una chica coreana muy linda al igual que la compañera de Jun Min que salió detrás, le siguió Kyu con Cheng y Ramón con Gemma. Me tocaba a mi le miré estaba muy serio a mi lado sin querer decirme nada, me sentí desolada pero seguí adelante no quería estropear la boda de mi amiga con salir corriendo a esconderme para así desahogarme echándome a llorar.

La misa terminó dando lugar al convite todo estaba bien organizado y lindo, nos encontrábamos en el jardín de la casa de Hyung, Saeng no se había acercado a mi en todo este tiempo, alguien lo llamó uniéndose al grupo en ese momento preguntaron por  el embarazo de Mery la esposa de Raúl.

Saeng se quedó inmóvil algo pálido al oírlo- no podía ser no me pude equivocar¿ pero si tuve la carta en mis manos?- pensó Saeng, después se acordó que no la leyó entera ¿podía ser que todo fue un mal entendido? Tenía que saberlo ya.
 
Jenny estaba hablando con Viko cuando de repente Saeng la cogió sin previo aviso del brazo tirando de ella hasta llegar a un sitio poco concurrido necesitaban privacidad para hablar de lo ocurrido.

 Jenny tiró de su brazo hasta liberarlo de su agarre-- ¿De que vas?—preguntó enfadada—¡me ignoras todo este tiempo y ahora esto!,estoy harta de tu jueguecito, quiero que me dejes tranquila ya me demostraste lo que te  importo así  que olvidat…
No terminó de hablar cuando Saeng la atrajo a su cuerpo abrazándola, capturando sus labios con los suyos para callarla, Jenny forcejeo sin conseguir nada él la tenía bien sujeta. Su cuerpo empezó a reaccionar ante su contacto dejándose llevar por la sensación de sus labios en los suyos de su lengua contra la suya.

Momentos después él se separó pegando su frente junto a la suya cerró los ojos con sentimiento de culpa totalmente arrepentido por todo el tiempo que había perdido por sus malditos celos sin antes comprobarlo.

--Jenny en todo este tiempo no estuviste con él ¿verdad?, dime que estuve equivocado, que fue por mi estupidez que me alejé de ti, que todavía me quieres como entonces—las palabras le salían atropelladamente de su boca.

--Intente olvidarte saliendo con otras chicas pero no llegaba a estar con ellas mas de dos día seguidos tu imagen se anteponía a ellas, te amo, te metiste tan dentro de mi que al intentar sacarte me dañaba a mi mismo sin saberlo.

--¡Dime que no es tarde para nosotros! No volveré a dudar de ti, créeme fui un estúpido al dejarme llevar por las dudas del pasado.

 Jenny estaba emocionada por la confesión de él, ¡cuanto tiempo deseando oírle decir eso!, vio como se acercaba Viko a ellos decidió hacerle pasar un mal  rato.

-- Lo siento pero ahora no puedo contestarte estoy muy confundida—dentro de ella su corazón latía aceleradamente, estaba feliz de saber que él la amaba.

--¡Chicos aquí estáis! Vamos que nos esperan para las fotos.

 Saeng sentía que la había perdido por su estupidez viéndola alejarse con Viko  sin mirar atrás.

 Horas más tarde

Todo había acabado, decidí que era el momento de darle mi respuesta con una sonrisa en los labios, le ignoré toda la tarde hablando con unos y con otros sobre todo con Hyun Jong ese chico era encantador además de ser  guapo y sexy, ví como su expresión cambiaba de enfadado a melancólico cada vez que alguien se acercaba a mi.
Supe por Kyu que él se fue a casa momentos después que los novios se fueran, Kyu me dio su dirección ofreciéndose para llevarme, acepte.

Habíamos llegado, Kyu se despidió de mí yendo a encontrarse con Cheng. Estaba nerviosa llamé al timbre nadie me contestó, volví a llamar pensando si en realidad estaba allí oí como se abría la puerta apareciendo un Saeng con solo la toalla puesta en la cadera, su piel húmeda y con gotitas  de agua esparcidas por todo el cuerpo.

Estaba sorprendido de verme –¿Me dejas entrar?—le dije

Él se apartó secándose el pelo con otra toalla sin decir nada no sabía como romper el silencio que se había apoderado de la situación
--¿A que viniste? Me dejaste muy claro tu decisión esta tarde—dijo  Saeng entristecido.

--No te culpo por tu decisión yo me la busqué por no confiar en ti—me dijo tirando la toalla del pelo en una silla cercana a él sin dejar de mirarme.

No podía verlo así derrotado me acerqué a él tocándole la mejilla con mi mano, lo besé solo fue un roce en los labios lo suficiente para que él me envolviera entre sus brazos olvidándose de la toalla que llevaba puesta y mal sujetada.

-¿Por qué me haces esto? – mirándome al separarse.

-- Porque te amo, no me importa con cuantas hayas estado solo quiero estar contigo—le dije.

Saeng me miró emocionado sin poder creer lo que oía, me volvió a besar emocionado, entre abrí los labios para dar paso a su lengua entrelazándola con la mía, me aferré mas a su cuerpo sin importar si me mojaba o no.

La toalla terminó en el suelo dejándole desnudo ante mis ojos, él al darse cuenta se rió.

 --Creo que no te puedo ocultar nada—mirándose excitado como estaba.
Nos encontrábamos  en la cama uno en los brazos del otro, cuando se incorporó para mirarme-¿me quieres?- dijo, algo le rondaba por la cabeza.

Yo asentí con un movimiento afirmativo.

-- Vístete  quiero que vuelvas al hotel y te pongas algo bonito, quedamos en una hora en tu hotel- me besó  levantándose se fue al baño.

--¡Date prisa, vamos ! Me apremió asomando la cabeza por la puerta del baño.

Miré el reloj llegaba tarde, observándome en el espejo para comprobar si no me olvidé de algo, me puse el vestido de la fiesta de Viko, llamaron a la puerta allí estaban  las chicas ¿Qué pasaba aquí? Las miré extrañada, Saeng se abrió paso entre ellas no pude decirles nada él me cogió de la mano y tiró de mí.

--¿Qué está ocurriendo?- le pregunté.

El no dijo nada solo tiraba de mí riéndose, estábamos parados ante las puertas que daban al jardín del hotel..

 --¿Me quieres?- volvió a preguntarme.

--Si, ya lo sabes- le dije

--¿Te casarías conmigo, ahora?—dijo nervioso.

-Si, no quiero perderte otra vez, pero supongo que tendremos que esperar –le dije emocionada por la proposición.

 Él abrió las puertas, todos estaban allí incluidos los recién casados asombrándome todavía mas. -¿Qué pasa aquí?- dije cuando se apartaron, enfrente había un altar con  flores blancas incrustadas en las columnas con cura incluido.

--Esto es nuestra boda si me aceptas, no quiero pasar un día mas sin ti—me dijo nervioso a la espera de mi respuesta.

 Las lágrimas amenazaban con salir, ví a todos mis amigos incluidos  los de Saeng mirándonos.

--Que me dices,¿Quieres pasar tu vida a mi lado?.

No pude contestarle  simplemente me lancé a sus brazos emocionada, él me separó un poco con una mano tocó mi mejilla con ternura .

--Te amo ¿Qué me dices?

No hizo falta respuesta, lo llevé directo al  altar por si cambiaba de opinión.

 Así fue como comenzó nuestra vida juntos, él con su música y yo de traductora en Corea sin perderme ni un solo conciertos de ellos, era la fans número uno de ellos.


  FIN

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[FICS] Las Alas de Uriel - Capitulo I

LAS  ALAS  DE  URIEL


Dedicada a ti, con mi eterno respeto y cariño.
Gracias por encontrarme…



CAPÍTULO PRIMERO



14 de Febrero




Una enorme tormenta inunda el cielo entero, sus relámpagos iluminan la noche de Seúl creando mil figuras fantasmales que según los ojos que observen, pueden ser terroríficas o de la más absoluta belleza. Apenas ha comenzado el día, pero aún tiñe de negro. El mar está inquieto y agitado, parece prever la extraña batalla que se está desarrollando en los cielos. Hace frío, aunque la primavera que se avecina, va abriéndose camino poco a poco y el invierno que lo cubre todo de blanco, empieza a perder fuerza. Un potente sonido irrumpe acallando la fiereza del viento y un relámpago va a morir en el mar muy cerca de la orilla. Instantes después, una figura cubierta de blanco sale del agua. Solo la arena empapada de lluvia es testigo de ello.


La tormenta de la noche ha dejado paso a un tibio día de Febrero. Un anciano al que es imposible precisar la edad, teje con manos diestras las redes de su pequeña barca. Para su sabiduría, ni aún después de una noche entera de lluvia puede ser ocioso. Sus ojos solo se despegan de su labor para contemplar la figura que se acerca. No la ve bien, su cansada vista ya no es lo que era, pero intuye que es hermosa. La observa acercarse despacio, como quien disfruta de un paseo. Cuando está a su altura la mira detenidamente. La mujer, muy joven, no parece coreana. Su piel es muy blanca “de porcelana” piensa el anciano. De pelo muy negro, se diría que tiene reflejos azules oscuros, largo, tanto, que le llega hasta la cadera, lo lleva suelto y el viento juega con él a su antojo. Sus ojos son grandes, de un extraño color entre gris claro y el azul del cielo, parecen transparentes, como las aguas de las playas del Caribe, los adornan unas largas pestañas tan negras como su pelo. Labios carnosos, rosados, muy marcados, sensuales. No hay imperfección de ningún tipo en su rostro “Preciosa” vuelve a pensar el pescador. Es alta, delgada, su figura escultural se intuye perfectamente bajo la blanca ropa mojada. Va descalza. La joven se detiene unos segundos y lo contempla tejer las redes de pesca. No dice nada, pero el hombre amable, la saluda en coreano y hace una inclinación con la cabeza. Ella responde pasados unos segundos en el mismo idioma y se inclina aún mas mostrando respeto. Su voz es dulce como corresponde a su hermoso rostro. El anciano sonríe y ella continúa su camino alejándose de la orilla del mar.

Lleva varias horas caminando, pero no está cansada, jamás se cansa. Todo parece llamar su atención y observa hasta las más pequeñas cosas con detenimiento: Los coches, el cambio de color de los semáforos, la diversidad de tiendas todas adornadas de cientos de corazones color rojo intenso, como corresponde al día en que estamos…es el día de los enamorados; la gente que viene y va con prisa, las parejas que ríen sin motivo aparente mientras se miran a los ojos, las entradas del metro, los perros que sus amos pasean, los árboles que adornan las plazas, las estrechas callejuelas que no parecen tener fin, las plantas que decoran algunas ventanas y terrazas, incluso se detiene a mirar como un transeúnte tira un papel en una de las innumerables papeleras dispersas por el centro de Seúl.
La ciudad es muy ruidosa, pero ella no parece percatarse de ello. A veces se siente observada, pero no la molesta, en realidad, es ella la que siente más curiosidad por todo lo que ve. No tiene un rumbo fijo, solo disfruta de un entretenido paseo que la ayuda a descubrir el entorno que la rodea. Sus pasos la llevan sin proponérselo, a una pequeña plaza donde una gran variedad de gente está distribuida en grupos; unos cantan y otros al ritmo de la música, bailan movimientos imposibles mientras son contemplados por los transeúntes que se detienen para observar. En un extremo de la plaza hay un anciano tocando una guitarra, a su lado, una mujer más o menos de su misma edad intenta cantar siguiendo el ritmo que le marca la música, una antigua canción coreana. No tienen público que aprecie su pequeño concierto, pero ella se detiene y se sienta en el suelo junto a ellos. Durante unos segundos observa a la pareja y no puede evitar sonreír. Hay complicidad en las miradas de la pareja, se conocen íntimamente, su amor a perdurado a lo largo de los años y ella, lo intuye. Mira a la mujer y está inclina la cabeza sin dejar de cantar. Responde a su saludo de igual manera y comienza de improviso a entonar la misma melodía. Su voz, dulce y sensual va ganando terreno poco a poco al resto de involuntarios artistas y la gente comienza a agolparse. Cada vez hay más público alrededor del trío. Cuando los transeúntes se vuelven y detienen para escucharla, no solo aprecian la belleza de su voz, sino lo hermosa que es la joven que canta.

La pequeña plaza está bordeada por una gran avenida donde no cesan de pasar toda clase de vehículos. El sonido de los motores no deja oír la melodía que inunda la plaza. Un hombre mayor que se encuentra entre el público, extrae un pequeño teléfono móvil de su americana y hace una llamada que apenas dura unos segundos. Pasado un corto espacio de tiempo, un coche negro se detiene en los alrededores y un hombre de unos 35 años se apea y se dirige con paso rápido hacia el grupo de improvisado público. Conforme se acerca a su destino, la voz dulce, sensual, que embriaga y fascina al escucharla lo envuelve y aprieta el paso para ir más de prisa. El hombre mayor que hizo la llamada sale a su encuentro y lo guía sin necesidad hasta situarlo frente a la joven que canta. Durante todo el tiempo que dura el improvisado concierto no deja de observarla, no solo por su hermosa voz, sino por la belleza casi etérea que parece envolverla.
El anciano que toca la guitarra se detiene y con él la voz de la joven. La gente aplaude, comienzan lentamente a dejar algunas monedas a los pies del hombre y reanudan de nuevo su marcha. Ella se levanta del suelo donde continuaba sentada y se despide de la pareja de ancianos con una inclinación que estos le devuelven sonriendo mientras se alejan despacio agarrados de la mano. Eleva la vista hacia el cielo y murmura unas palabras en voz baja. Solo ella las entiende. El hombre que sigue observándola, se acerca a ella y se presenta mientras le ofrece una tarjeta de visita donde se puede leer “Seung Woo Hong” Intercambian unas pocas palabras, mejor dicho, solo habla él, ella lo observa y asiente con la cabeza. Se deja guiar hasta el coche, donde sube y el vehículo se pone en marcha perdiéndose entre el tráfico de la ciudad.

Seung Woo Hong tiene el pelo negro, corto, siempre parece que no se ha peinado, pero en realidad, es su forma de hacerlo, de ojos grandes, marrones, labios carnosos y una preciosa sonrisa que no deja ver muy a menudo. No es un hombre excesivamente guapo, pero si atractivo e interesante para las mujeres. Alto, mide 1,85 cm, musculoso pero sin exceso. Le gusta hacer ejercicio todos los días al levantarse y correr varios kilómetros. No se ha casado y a estas alturas de su vida duda que pueda hacerlo, a no ser que conozca a alguien en una cita concertada y que se amolde a sus circunstancias. La verdad es que no le seduce la idea, siempre ha creído en el amor aunque no lo ha encontrado. Su padre siempre le reprocha su soltería ya que es hijo único, él simplemente cree que no ha coincidido con su alma gemela. Es un hombre inteligente y habla varios idiomas. Trabaja desde hace años para una gran compañía discográfica de Corea y a pesar de que le gusta su trabajo y está bien considerado, no se siente satisfecho consigo mismo. No carece de nada material, está bien pagado, vive en un lujoso apartamento del centro, pero siempre tiene la sensación de que le falta algo o alguien. Una sensación de vacío que no deja que nadie conozca.
La llamada de su padre lo ha sorprendido en medio de una reunión, pero no ha dudado en abandonarla. Su padre no lo llamaría sino fuera para algo importante. Respeta su trabajo.
La joven que acaba de conocer parece tenerlo todo: voz y belleza, dos requisitos imprescindibles para el mundillo en el que él trabaja. Cuando llegan al edificio de la MG international company acompaña a la muchacha hasta una sala de visitas vacía, le ofrece asiento y se marcha dejándola sola. Se dirige al despacho de su jefe.
Sae Hyun Chul es un hombre enérgico, acostumbrado a hacer su voluntad, a ordenar y que le obedezcan al instante. Tiene alrededor de 60 años, canoso, elegante y se nota que fue un hombre muy atractivo en su juventud, aún conserva parte de su encanto. Es el dueño de MG International Company, está separado y tiene dos hijos varones. El mayor trabaja con él en la compañía y el pequeño estudia arquitectura en Europa.

- ¿Cómo se llama? Porque digo yo que tendrá nombre, ¿De dónde es? Porque está claro por la descripción que no es coreana, por lo menos no lo parece, a pesar de que digas que no tiene ningún tipo de acento ¿Qué sabes de ella? ¿Tiene familia?

Sae Hyun pregunta curioso y un poco irritado mientras pasea nervioso de un lado a otro por su enorme despacho. Su traje es caro, elegante; todo en su atuendo y actitud lo identifica como lo que es, el dueño absoluto de un gran imperio comercial.

- No sé nada de ella, ni siquiera su nombre. No me lo ha dicho aunque se lo he preguntado varias veces. La encontré sentada en el suelo, descalza, cantando en una pequeña plaza del centro y porque me llamo mi padre.
- Pues habrá que investigar de donde ha salido. Empieza a moverte y ponte a ello. Mientras tanto, veremos si nos sirve y si es así le haremos un contrato. Ahora que lo pienso…¿Es mayor de edad? No quiero tener luego que llegar a los tribunales porque sea menor y alguien nos reclame sus derechos.

- Parece muy joven, pero no creo que sea menor.

- Asegúrate de ello. De momento, quiero que le hagáis una prueba de voz. Avísame cuando esté lista.

La conversación se da por terminada y Seung Woo abandona el despacho no sin antes hacer una inclinación con la cabeza.



Hay mucha expectación a su alrededor y ella es consciente de ello. Todos parecen observarla y estudiarla al mismo tiempo. Seung Woo no la abandona ni un segundo, siempre parece pendiente de cualquier gesto. La ven a través de un gran cristal. Está sola en ese momento en una pequeña habitación. Al otro lado del vidrio, hay varias personas, entre ellas, Seung Woo, Sae Hyun Chul y una mujer joven. Parecen impacientes por escuchar su voz. Oye que alguien le dice que cante lo que quiera. No mira a nadie en concreto y comienza a cantar la misma canción que cantó con la anciana en la plaza. Lentamente, todos los ojos que la observan la miran ahora con más curiosidad, sorpresa y admiración. Su voz inunda la estancia, parece hipnotizar a todo aquel que la escucha.

- Creo que hemos encontrado una estrella, hermosa y con una preciosa voz. Averiguar todo de ella y manos a la obra. Instalarla en una de nuestras casas, una que no esté muy lejos del estudio y empezar a prepararla. Es muy hermosa, así que no necesitará ningún retoque. Enigmático y extraño el color de sus ojos, poco habitual. Hay algo misterioso en ella y lo transmite, jugaremos con eso también. Tú te encargarás de ella, dice mirando a Seung Woo.

Todos asienten con la cabeza y Sae Hyun Chul observa a la joven una vez más antes de abandonar la sala. Su sonrisa no deja lugar a dudas, está satisfecho con el descubrimiento de su ayudante.



Seung Woo acompaña a la joven hasta una casa situada no muy lejos del gran edificio de la MG international Company. No van solos, Summi Jung, la mujer que ha estado en la prueba de sonido los acompaña.
Ella se deja guiar sin imponer ningún tipo de resistencia y escucha lo que le dicen aunque no responde con palabras, solo asiente de vez en cuando con un delicado movimiento de cabeza.
La hermosa casa de arquitectura moderna y dinámica tiene un pequeño jardín. Varios cerezos ahora desprovistos de hojas adornan la entrada. En un rincón hay un viejo sauce llorón y debajo de sus ramas dos bancos y una mesa de madera. Las plantas dormidas por la estación, ofrecen sus ramas desnudas esperando el comienzo de la primavera que no tardará en llegar. El aroma a tierra mojada lo impregna todo, la lluvia de la noche anterior sigue dejando su marca. Un elevado muro de piedra intenta proteger la vivienda de miradas indiscretas.
Summi Jung le enseña cada rincón de la casa y la acompaña sin dejar de observarla a la que va a ser desde hoy su habitación. La estancia es amplia y acorde con la vivienda. El suelo es negro, una gran alfombra blanca de pelo largo acoge sus pies desnudos, acariciándolos. Las paredes de color blanco están desprovistas de cuadros o adornos de cualquier tipo. No hay muchos muebles, y los que hay, son de color negro y líneas rectas. Una gran cama se eleva varios centímetros sobre el suelo, la ropa que la cubre, acorde con los colores de la habitación es blanca y negra, varios cojines en tonos morados intentan poner una nota alegre. Una gran estantería, ahora casi vacía, que contiene algunos libros en diferentes idiomas ocupa otro espacio en una de las paredes; frente a ella, una mesa amplia no alberga nada, a excepción de un pc portátil y una lámpara de diseño original. Al otro lado de la habitación hay dos puertas, una da a un amplio baño al que no le falta detalle y la otra, a un vestidor que en estos momentos está desprovisto de cualquier cosa a excepción de unas cuantas perchas de madera. Ella observa la habitación durante unos segundos y se acerca al gran ventanal que da al jardín. Sonríe contemplando el exterior. Parece ausente. Summi Jung la deja sola y vuelve junto a su jefe.
Summi Jung es una mujer de unos 30 años, sociable y muy servicial, siempre dispuesta a atender cualquier necesidad de su jefe al que admira y del que en el fondo se siente atraída, aunque ha sabido hasta ahora guardar para ella esos sentimientos. Durante los cinco años que lleva trabajando para la gran compañía ha estado junto a él. Poco a poco ha ido descubriendo sus pequeñas manías y su forma de hacer las cosas. Forman un buen equipo. Es morena, de pelo corto, grandes ojos castaños, labios carnosos y sensuales, delgada, alta y con una excelente figura que ella adorna con una exquisita forma de vestir, moderna, pero siempre elegante.
Seung Woo se ha quedado en el jardín haciendo varias llamadas por teléfono.

- En una hora, más o menos, vendrán a traer ropa y accesorios para ella. Escoge lo que te parezca adecuado y que le guste. Mira que le falta a la casa y haz una lista, llama al sitio habitual y que lo traigan. He llamado a la compañía y vendrá todos los días un servicio de limpieza dos horas. Ayúdala en todo e intenta que se sienta cómoda. Durante un tiempo tendrás que vivir aquí con ella. ¿te supone algún problema?

Summi Jung lo mira a los ojos.

- No. Sabes que vivo sola, me da igual quedarme aquí, además esta chica es algo enigmática y extraña, aún no me ha dicho ni una sola palabra. Creo que le ha gustado la casa y su habitación, pero no ha abierto la boca.

- Ni a ti ni a nadie, no te sientas molesta por ello. Creo simplemente que está un poco asustada. Otra cosa, haz que traigan algunas plantas para el interior de la casa y que pongan algunos jarrones con flores. Esta casa necesita algo de color y sobre todo…vida.

Seung Woo mira a su ayudante con semblante serio durante unos segundos.

- Siento pedirte esto, pero no puedo en estos momentos confiar en nadie más. Además, necesitamos descubrir cosas de ella. Creo que tú eres la persona idónea para ganarte su confianza mientras averiguamos de donde viene y quien es realmente esta chica.

- No te preocupes, me encargaré de todo. Le dice sonriendo.

- Gracias. Te llamaré más tarde. Deberíamos empezar cuanto antes a prepararla. Vamos a darle un par de días para que se habitúe a su nuevo entorno, así te dará tiempo a ti a trasladarte y a terminar de preparar esta casa. Tenemos que averiguar cuanto antes que sabe hacer, si toca algún instrumento musical, si habla algún idioma más…esas cosas. Si tienes cualquier contratiempo ya sabes donde localizarme.

Seung Woo se marcha a toda prisa, casi sin despedirse.




Summi Jung recibe a primera hora de la mañana una llamada de teléfono de su jefe. Les envía un coche de la compañía para recogerlas y deben estar en las oficinas de la MG International company en un par de horas.
En los tres últimos días, las dos mujeres han estado solas en la vivienda, su soledad solo se ha visto interrumpida por las dos empleadas de limpieza que vienen dos horas todos los días, el decorador que terminó de habilitar la casa y el estilista que desde ese momento se va a encargar de darle su sello personal a la nueva adquisición de la compañía. Aunque pueda parecer asombroso o extraño, solo ella ha hablado durante ese tiempo, la joven que se ha convertido en su inesperada compañera de vivienda no ha dicho ni media palabra, solo asiente de vez en cuando a sus preguntas con la cabeza, y otras veces, ni siquiera eso. A pesar de todo, Summi ha comprobado que la muchacha es muy agradable, dulce, cariñosa, atenta y algo que la sorprende a cada instante…muy, muy inteligente. Sabe varios idiomas, ya que en ese tiempo la ha visto leer algunos libros de la estantería de su habitación. Ella ha intentando que le hable de ellos, preguntándole, y aunque no le ha respondido con palabras, si ha contestado sí o no con movimientos de cabeza a algunas de sus preguntas. A la hora de preparar los alimentos para las distintas comidas que han compartido, la ha ayudado como si supiera muy bien lo que está haciendo y entendiera de comida coreana, sin necesidad de que ella le pidiera ayuda para hacerlo. Otra cosa que llamó su atención fue a la hora de escoger su vestuario, zapatos, complementos; Summi intento asesorarla con ayuda del estilista, pero ella escogió cada prenda con sumo cuidado demostrando que tiene un excelente gusto y también muy personal.
Después de estos días de convivencia, hay algo que Summi tiene muy claro, la muchacha no es una joven cualquiera. De todo ello, ha dado cumplida cuenta a su jefe a diario.


Seung Woo está reunido con su jefe en el despacho de este. Aunque no es habitual en estas pequeñas reuniones, él habla y su jefe escucha atento a todas sus explicaciones. Sae Hyun Chul parece más irritado que de costumbre, aunque no interrumpe a su ayudante hasta que termina de contarle todas las curiosidades que Summi ha observado de la joven en los últimos días. El hecho de que sigan sin saber absolutamente nada de ella no le gusta. A pesar del dinero gastado en investigaciones, nadie sabe de dónde viene, que hacía sola y en sus circunstancias en el centro de Seúl y mucho menos, saben quién es. No consta en ningún registro y tampoco que haya entrado de manera ilegal en el país. En pocas palabras, están casi como al principio. Todos estos contratiempos se pueden solventar con dinero y no es difícil crear una identidad cuando uno tiene los medios para hacerlo, y a la MGIC le sobran las dos cosas. Solo hay algo que parece calmar su mal humor, la chica es muy inteligente, dócil y será fácil trabajar con ella.

- ¿Crees que podremos empezar con ella hoy mismo?
- No creo que surja nada imprevisto.
- Por lo que dices, sigue sin soltar palabra, aunque está claro que habla varios idiomas.
- Si.
- ¿Cuáles?
- No lo sé exactamente. Summi dice que la ha visto leer en inglés, francés, español y japonés.
- Eso no nos aclara mucho, solo nos demuestra que ha estudiado. Deberíamos saber si domina algún idioma más y si sabe algo de música. El que sepa cantar y tenga una hermosa voz no es garantía de que pueda leer una partitura.
- Lo sé.
- ¿Cuándo viene?
- No creo que tarden mucho en llegar.

Seung Woo se mira el reloj de la muñeca y comprueba la hora.

- Hace una media hora que han salido.
- Quiero verla en cuanto llegue.
- No se preocupe, le he dicho a Summi que venga directamente aquí.

La puerta del despacho se abre interrumpiendo la conversación y un hombre joven entra, saluda con una inclinación de cabeza y toma asiento despreocupadamente junto a Seung Woo.

- Pensé que llegabas mañana de Tokio. ¿Qué tal todo?
- He llegado hace un par de horas, aún no he tenido tiempo de llegar a mi casa, solo he pasado por mi despacho. Perfecto. Ningún contratiempo. Todo ha salido según lo dispuesto. En Marzo saldrá el nuevo CD. La cobertura ya está garantizada y hay varios programas y anuncios para la TV que ya he firmado.
- Bien, una preocupación menos.
- ¿Qué ocurre?
- Tenemos nuevo “descubrimiento” enigmática y muy extraña.
- ¿Una chica?
- Si. Está a punto de llegar, así que si no te vas podrás conocerla.
- Estoy cansado. La conoceré otro día.

Kim Hyun Chul se levanta, se despide de su padre y de Seung Woo antes de salir del despacho. No ha parado desde hace una semana, su agenda ha sido agotadora. Solo le apetece desconectar de todo durante unas horas, marcharse a su casa, darse una ducha y dormir a pierna suelta. Es un hombre de 30 años, alto, mide 1,88 cm. musculoso, entre otras cosas, porque práctica varios deportes. De pelo negro y abundante que siempre lleva impecablemente peinado, sin un pelo fuera de su sitio. Ojos grandes de color avellana, largas pestañas, tiene una mirada que “engancha” cuando mira directamente a los ojos de una mujer, la inmensa mayoría se siente cohibida y rehúye su mirada. Labios grandes y bien definidos, sensuales. Tiene un gesto que hace de manera inconsciente cuando algo lo perturba o está nervioso, morderse el labio inferior. Nunca hay sombras de bello en su rostro, se diría que no le sale. Manos cuidadas, como corresponde a un hombre que se pasa la vida estrechándolas. Es un hombre guapo, atractivo, elegante y sexy sin proponérselo. No hace falta ser un lince para saber que media compañía suspira por una de sus miradas, pero él nunca presta atención a nada que no sea su trabajo. Impecablemente vestido, siempre va de traje y corbata. No mantiene ningún tipo de relación con nadie fuera o dentro de la compañía, a no ser la estrictamente profesional. Le encanta el esquí y los deportes acuáticos, nada varias veces a la semana. Tiene un barco velero que compró hace un par de años pero que no ha podido disfrutar por falta de tiempo. Está destinado a ocupar en el futuro el sitio de su padre en la compañía, lo sabe y hace tiempo que lo aceptó. Se ha pasado los últimos años preparándose para ello. Le gusta su trabajo, se diría que ha nacido para él, aunque a veces desearía tener algo más de tiempo libre. Tiene fama de frío y duro en los negocios, no solo en Corea, sino en parte de Asía. Es muy inteligente, habla varios idiomas y aunque es siempre correcto y educado con todo el mundo, mantiene las distancias. Jamás sonríe y a pesar de su edad, no busca amor, entre otras cosas, porque no cree en él. Esta seguro que en el futuro tendrá que buscar esposa, su padre no le perdonaría que se quedara soltero, pero no le supone un problema buscarla a “la carta” hay muchas familias coreanas que estarían encantadas de que una de sus hijas entrara a formar parte de su vida, y lo sabe. De momento, no tiene prisa.
Antes de abandonar el edificio se dirige a su despacho, tiene que recoger su pc portátil y la pequeña maleta que ha llevado a Tokio. Su despacho es amplio y muy parecido al de su padre, tanto en dimensiones como en decoración, a excepción de unas fotos del velero que aún no ha estrenado y que presiden en forma de cuadros una de las paredes. Además, en un rincón hay un piano de cola en color negro, recuerdo de sus años juveniles y que le regaló su madre, a la que no ha vuelto a ver desde la separación. Un día sin saber muy bien por qué decidió llevarlo hasta allí. A pesar de lo que pudiera parecer, nunca ha vuelto a tocar el piano, mucho menos el de su despacho.

Summi Jung y la joven han llegado a la compañía, aunque sabe que Seung Woo quiere verlas a ambas en seguida en el despacho del jefe, quiere pasar antes por el suyo. Entra y comienza a buscar unos papeles del archivador, su nueva compañera de vivienda no entra tras ella, la espera en la puerta. Cuando por fin encuentra la carpeta, se da media vuelta y comprueba sorprendida que la extraña muchacha ha desaparecido. La busca por el pasillo y los despachos colindantes. No la localiza, se diría que se la ha tragado la tierra.



Camina despacio por el largo pasillo lleno de puertas cerradas y silencio. Al llegar al final encuentra una puerta abierta, grandes ventanales dejan pasar la luz gris de un día que no ha terminado de cuajar. Algo llama su atención y entra. En un rincón, casi olvidado aunque limpio de polvo, hay un piano negro, varias partituras lo presiden. Las ojea un instante y coloca una delante de las demás. “Love of my life, piano y voz”. Antes de sentarse en la pequeña banqueta observa los cuadros que cuelgan de la pared, un hermoso velero con las velas desplegadas al viento emana libertad. Sonríe durante unos segundos contemplando las fotos. Se sienta al piano, comienza a tocar y cantar siguiendo la partitura que tiene delante. Su dulce y sensual voz parece inundar todo a su alrededor y extenderse por cada rincón, cubriendo el ambiente con un intenso sentimiento de tristeza.
Kim Hyun Chul se dirige a recoger su maleta cuando oye una hermosa voz que parece envolverlo por completo. Comprueba sorprendido que el sonido proviene de su despacho y entra dejando de nuevo la puerta abierta.
Las puertas del resto de despachos se van abriendo simultáneamente, los empleados se asoman y salen al pasillo buscando de donde proviene el sonido del piano y la voz que lo acompaña. La joven continúa cantando hasta acabar la pieza. Kim Hyun la observa en silencio: la destreza de sus delicadas manos sobre las teclas, la armonía y sensualidad de una voz que embriaga calando hasta lo más profundo de quien la escucha, su pelo negro, suelto, que parece desprender destellos azulados al reflejo del día gris, sus hermosos y enigmáticos ojos que lo contemplan solo a él mientras canta, sus sensuales labios. Todo en ella parece irreal, envuelve y atrapa. Cuando la música cesa, la joven se pone en pie y avanza despacio hasta donde él se encuentra. Kim Hyun Chul la mira durante unos segundos a los ojos, ella no aparta la vista, es él quién se ve obligado a apartarla. Inclina la cabeza y se presenta.

- Mi nombre es Kim Hyun Chul ¿Y el suyo?

La joven parece perderse durante un instante en su mirada, como hace un momento le ha ocurrido a él al contemplarla.

- Uriel.



Fin del primer capítulo.

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