CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO

Al principio no oí nada, solo existía él para mi, la sensación de sus labios moviéndose sobre los míos, su lengua rozando la mía, saboreándola, retirándose para cambiar de posición y volverme a besar con intensidad.

Las piernas casi no me sostenían por lo que me abracé más a él, pegando mí cuerpo contra el suyo, noté su erección, excitándome aún más, al saber que era yo quien lo provocaba.
Él me hizo apoyar en la estantería que estaba detrás de mí, su mano subió a mi rostro echándome el pelo hacía atrás, se separó y empezó a besarme la mandíbula siguiendo por mi cuello, haciendo un camino de pequeños y sensuales besos hasta llegar a la oreja.
Sentía su aliento caliente, mientras mordía delicadamente el lóbulo de mi oreja provocándome pequeñas olas de placer.

Mis manos recorrían su espalda intentando sacarle la camisa del pantalón, cuando sentimos un – Ejem, ejem—
Saeng se quedó paralizado, a mí me costó algo mas en reaccionar, escondí mi cara en el pecho de él, avergonzada de que nos hubieran pillado en esa situación.
Si no nos hubieran interrumpido habríamos acabado por hacerlo allí mismo, no éramos conscientes de donde nos encontrábamos en ese momento.

--Chicos este no es lugar para estas cosas, comportaos, esta la pasaré, pero que no vuelva a ocurrir—dijo la bibliotecaria, dándose la vuelta para colocar unos libros en la estantería.

Nos marchamos de allí avergonzados, yo estaba más roja que un tomate cuando pasamos al lado de la señora para salir al exterior.

Una vez afuera del edificio Saeng me miró y empezó a reírse a carcajadas sin poder contenerse doblándose sobre sí mismo, yo al contrario estaba cada vez más enfadada

--No tiene gracia, para ya de reírte – le dije

-- ¡Como que no! Imagínate que hubiese llegado un poco más tarde- me contestó sonriendo.

Mi cara volvió a ponerse aún mas roja que antes escapándose un -¡OH!- de mis labios.
En ese momento llegaron las chicas, mirándonos extrañadas por el comportamiento de Saeng y mi cara toda colorada.
--¿Que os pasa a los dos?- preguntaron ellas intrigadas y curiosas.

Miré a Saeng sin saber que contestar, él a su vez levantó una ceja e hizo un movimiento de cabeza señalándolas, como queriéndome decir ¿se lo contamos? Yo puse cara de susto por lo que él empezó a reírse otra vez, solo que esta vez yo le acompañé.

--Gemma, vámonos que esto se contagia—comentó Chen con expresión divertida.

-- Me gusta veros otra vez juntos, hacéis buena pareja chicos—dijo Gemma.
Chen la cogió de la mano y se la llevó arrastras.

-- Esa chica me gusta- dijo volviéndose a mirarla.
Le dí un manotazo en la espalda en señal de protesta.

--¡AH SI!,¿ donde esta eso que me dijiste hace un rato? ¡Eh!- le dije fingiendo estar molesta, había
descubierto que me encantaba bromear con él.

El se volvió, mirándome fijamente, empezó a formarse un nudo en mi estomago a medida que se iba acercando a mí, su expresión era seria -¿Qué estaría pasando por su mente?- me pregunte en silencio.

Me detuve frente a ella mirándola, estaba preciosa con ese pelo recogido descuidadamente con un lápiz,¿Cómo se le podía sujetar con solo eso?¿cuando se lo había recogido?.

Rocé su mejilla con mis dedos, su piel era suave como la seda, no me cansaba de tocarla, pasé mi pulgar por esos labios que me traían loco. Ella los entreabrió un poco besándome el dedo pulgar, mi cuerpo reaccionó ante ese gesto, me di cuenta de que no tenía ningún control sobre el en cuanto a Jenny se refería.

Me agaché un poco, hasta quedar a pocos centímetros de su deliciosa boquita rosada, me costaba mantener la compostura y no dejarme llevar por los instintos, la respiración se me hizo más copiosa.

Me pilló desprevenido, cuando sentí unos suaves y delicados labios rozar los míos, mí temperatura corporal se alteró subiendo varios grados, una parte de mí empezó a aumentar de tamaño, contra eso no había nada que hacer, esperando que ella no se diese cuenta de ese detalle.

Empecé a corresponderla, presionando un poco sus labios, moviéndolos despacio, guardando las distancias para que no se percatara en el estado en que me encontraba.
Ella se pegó a mi cuerpo abrazándome por la cintura sin dejar de besarme, noté tensarse un poco al darse cuenta de ello, cosa que me hizo ruborizar un poco.
Jenny se separó de mi, mirándome con una ceja levantada y expresión divertida, ¡maldición!¿Ahora que haría? Ruborizándome mas aún..

Ella volvió acercarse a mí, puso sus manos en mi abdomen, mi respiración se volvió entrecortada, estaba jugando con fuego, en este momento mi auto control estaba al límite.
Sentí sus manitas moverse intentando sacar la camisa fuera de los vaqueros.

--¿Que estas haciendo?- la pregunté con voz entrecortada y ronca de deseo.

--Solo tapar algo que no quiero que nadie vea— contestó mirándome atrevida.
La abracé por un instante, antes de decirla que eso es lo que me provocaban sus besos y sus caricias.

--¡Eh! Vosotros, dejadlo para otro momento, esta tarde vamos al centro- dijo Hyung y Viko que venían de la cafetería cargados de unos cafés.

--¿Por qué siempre nos tienen que interrumpir en el mejor momento?—dije molesto, separándome de Jenny
Jenny empezó a reírse colocándose delante de mí dándome la espalda, me imagino que sería para que ellos no notasen cierta parte de mi anatomía.
.
Hice algo que siempre quise hacer con ella, era cogerla por la cintura atrayéndola hacía mí, apoyando mi cabeza en su hombro, me gustaba su olor a lavanda ¿o era rosas? No estaba seguro.

Hyung le entregó el café a Saeng, este se separó de mí para cogerlo, supongo que todo volvió a la normalidad pensé sonriendo.

--¡OH NO!—dije al acordarme que Raúl pasaría a recogerme dentro de poco,¿Qué iba hacer ahora?, se lo tendría que decir esperando que no se molestase por ello.

--¿Qué pasa? ¿Por qué esa expresión?- Viko me dijo curiosa.

--Lo siento chicos pero yo no podré ir con vosotros, tengo una cita con Raúl.
Saeng me miró molesto.

--¿Estas saliendo con él?- preguntó Saeng serio- Disculpadnos un momento- dijo, me cogió de la mano y tiró de mí hasta que no pudieran oírnos.


--No es eso, lo que pasa es que Raúl sabe lo que siento por ti, él me pidió salir para que olvidara todo lo pasado con Lee, por que creía, como yo, que tú estabas con ella.

--Ese chico está por ti,¿Es que no te diste cuenta? Si no sientes nada por él , díselo o le harás daño.

--No te preocupes él lo sabe, de todas formas hoy hablaré con él—me abrace a él, apoyando la cabeza en su pecho, me encantaba sentirlo así, pegado a mí, con sus brazos alrededor mío.

--¡Os vais a pasar todo el día pegados, o qué!- Hyung se reía mientras hablaba, tenía a mi amiga abrazada a su cintura, se la veía feliz con él y eso me confortaba.

Miré hacía el rostro de Saeng, ese hoyuelo en su barbilla me traía loca por no decir los de sus mejillas al sonreír.

--Creo que me debes una pregunta- le sonreí

--No se a que te refieres-me miró extrañado

--Umm, no se, ¿que le tengo que decir, si me pregunta si estoy saliendo con alguien?.

--AH, eso, cuando hables con él te diré- besándome en la nariz.
Una hora más tarde

Estaba preparada para mi cita con Raúl, él era muy puntual, no sabía como iba a decirle lo que había pasado, no quería hacerle daño me caía muy bien.

Fuimos a la exposición de libros antiguos, él sabía que a mi me gustaban, allí se podía cambiar, comprar, restaurar, todo lo relativo a ellos,
Íbamos paseando por entre los puestos, conversando animadamente, alguien se chocó conmigo impulsándome hacía Raúl, él me sujetó para no caer al suelo, en ese momento pasaba Saeng con unos chicos, llevan pequeñas bolsas con el logotipo de una tienda de juegos conocida.

Se me quedó mirando fijamente, Raúl me tenía sujeta por la cintura, estaba muy serio, no hacía mas que mirarme, esperaba que este incidente no estropeara nuestra relación.

Me aparté de su lado fingiendo mirar el puesto de al lado, Raúl se acercó al mismo tiempo que Saeng nos saludó aproximándose a nosotros.

--¡Hola ¡esto está muy concurrido—mirando a las personas que pasaban por allí

No lo podía evitar mis ojos no se apartaban de él, todavía no me creía que todo se solucionara, que yo le gustase como él a mí, me ponía nerviosa solo con verlo ahí parado,

Estaba increíblemente guapo, llevaba una camiseta con dibujos tribales de color gris marengo, se le amoldaba al cuerpo como una segunda piel, marcando su estomago plano, donde horas atrás había estado apoyada, con unos vaqueros ajustados color negro metidos dentro de unas botas estilo militar del mismo color.

Cada vez que se movía su abdomen se le marcaba, haciendo que mi mente imaginara cosas que podría hacerle en ese mismo sitio

Una de las veces que Saeng se acercó a mi, fue por que le llamó la atención un libro sobre paisajes situado detrás mío 

. Sentí su mano coger la mía a escondidas de la vista de Raúl, mientras miraba el libro,
su dedo pulgar se movía acariciando el torso de mi mano, su proximidad me afectaba demasiado.
Él me miró de reojo sonriendo al ver que me había vuelto a poner colorada, soltó mi mano y se despidió de nosotros para irse con los chicos que vinieron con él.

Tiempo después

En mi habitación recostada en la cama escribí en mi diario lo acontecido en el día, después de todo, todo salió bien cuando hablé con Raúl, dijo que se lo había dicho kyu, momentos después de que me invitara a salir.

Me quedé mas tranquila, era un chico muy comprensivo, deseaba que encontrara una chica que lo hiciera feliz como él se merecía.

Pasó unas semanas sin apenas vernos, estaba muy cerca su debut, se le pasaba el tiempo ensayando, nos veíamos poco y siempre en la cafetería, le echaba de menos.

Por las noches hablábamos por el MSN más no era suficiente para mí y lo que mas me fastidiaba es que esa chica pasara su tiempo con él.

Al día siguiente en la cafetería, me acerqué a la barra a pedir, cuando unas manos se deslizaron por mí cintura, sus labios rozaban mi oreja al hablar y una ola de calor recorrió mi cuerpo.

--Necesito verte mas a menudo, tenerte así junto a mí- apoyando su cabeza en la mía, abrazándome contra él -- te necesito.- repitió Saeng

Me di la vuelta quedando frente a él mirándole a los ojos, le acaricié la mejilla con la mano.

--Debes concentrarte en lo que haces, ya tendremos tiempo de estar juntos, también te echo de menos—me incliné para besarle en los labios --queda poco tiempo para el concierto y por ahora es lo más importante en estos momentos.

--Tienes razón, estoy nervioso, hemos añadido al show una canción en español, estamos trabajando en ella, por ahora no va muy bien, no encuentro la entonación adecuada y ¡queda tan poco tiempo!.

--Tranquilízate, ya veras como todo sale bien. — Dije dándole ánimos.

Cerca de allí se encontraba Lee Hori, los miraba reconrosa sin perderse un solo detalle del comportamiento de Saeng
FIN DEL DECIMOSÉPTIMO

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