CAPITULO QUINTO



Goo Soo, después de esperar durante mas de dos horas a Park Hye y Alba en “The House” con Maria y Raquel, ha acompañado a estas al hotel y se dirige al restaurante de su hermana. No sabe de que quiere hablar su hermana con el, pero imagina, que debe ser algo importante. Cuando entra en el local, un camarero le indica que Sunah, esta en el piso de arriba. Su hermana le abre la puerta con una sonrisa, lo saluda inclinándose y le da un abrazo. Sunah se dirige hacia el salón, la sigue mientras mira alrededor buscando a la pequeña Neul con la mirada.
- ¿Y la pequeña?, pregunta.
- Duerme, le responde Sunah mientras toma asiento en el sofá.
Goo Soo se sienta a su lado. Sunah, esta bebiendo una copa de vino y le ofrece otra, la toma y ambos beben despacio, saboreando el liquido.
- ¿Qué era eso tan importante que querías decirme?
Sunah, deja entonces la copa sobre la mesa y contempla a su hermano. Se nota que esta apunto de decirle algo importante y no sabe como afrontar el tema.
- ¿Qué te ha parecido Neul?, pregunta de improviso sin dejar de mirarlo.
- Es una niña encantadora. Como tu.
Goo Soo, sonríe mientras se muerde el labio inferior. Tiene una mirada pícara, que siempre ha gustado a su hermana.
- Nunca te he preguntado nada, y no voy a hacerlo ahora, le dice.
- ¿Qué pensarías si te dijera que Neul no es hija mía?, le dice Sunah seria y sin dejar de mirarlo.
Goo Soo, eleva las cejas y pone cara de no entender nada, mientras continua sonriendo a su hermana.
- No entiendo, siempre creí que la niña era hija tuya.
- No. No lo es. Su madre murió cuando nació. Antes de morir, me hizo prometer que cuidaría de ella hasta que podría entregársela a su padre. Ese fue uno de los motivos de abandonar la casa....Tampoco quería dar muchas explicaciones. Ya conoces al abuelo. Cree que es hija mía. Como casi todo el mundo...
Sunah, sonríe. Su sonrisa es triste. Mira a su hermano con ternura. Goo Soo, la mira ahora con mas curiosidad.
- ¿Y quien era su madre?, pregunta, mientras bebe otro trago de vino.
- Mi amiga Goo Min. ¿La recuerdas?
Goo Soo, detiene la copa a escasos centímetros de su boca. Parece mirar al vacío, recordando a la joven encantadora y jovial que conoció años atrás.
- Si, claro que la recuerdo.
Mira a su hermana directamente a los ojos.
- Era encantadora. No sabía que hubiera muerto. Le dice mientras continua bebiendo.
- Adoro a Neul. No me malinterpretes, pero considero que ya es hora de cumplir la voluntad de su madre y dejarla al cuidado de su padre. Además, necesito retomar mi vida. Poner en orden todo lo que he dejado aparcado durante estos años. Neul ya no es mi responsabilidad....le dice muy despacio.
Goo Soo, la observa con detenimiento.
- Lo entiendo. Imagino que has tenido que renunciar a muchas cosas durante estos años. ¿Cuál es el problema? ¿Necesitas que te ayude a encontrar a su padre?
- No. Se perfectamente quien es su padre y donde está en este momento, le dice sin dejar de mirarlo.
- No te entiendo. ¿Para que me necesitas entonces? ¿Quién es su padre?
Sunah, lo observa y muy despacio, casi en un susurro le dice...
- Tú.
Goo Soo, se queda durante unos segundos paralizado, sin dejar de mirar a su hermana. Lentamente deja la copa sobre la mesa y su mirada se pierde en el vacío, recordando una época pasada. Un largo verano. Juegos. Risas. Largas tardes junto al mar. Caricias. Besos. Cariño. No recuerda que hubiera amor. Una despedida corta. Un “ te llamaré” que nunca llegó, y el recuerdo que se deja aparcado en algún pliegue de la memoria.
Se levanta lentamente, intentando asimilar lo que acaba de escuchar. Las preguntas se agolpan en su mente. Se gira mirando de frente a su hermana.
- ¿Porqué no me lo habías dicho?, pregunta muy despacio.
- No estabas. No tenías intención de regresar a Seúl. Neul, necesitaba cuidados y dedicación. Tú no podías dárselos en ese momento. Solo intente cumplir una promesa. Ahora ya la he cumplido. Neul es tu hija y te necesita. Ella, no sabe nada. Nunca le he dicho quien es su padre. Tampoco le he hablado nunca de Goo Min. Solo tiene cuatro años y medio. He intentado hacer lo mejor para ella. La quiero como si realmente fuera mi hija. Mas aún...¡La adoro!...es todo para mi. Pero tenías que saberlo. Ya has vuelto. Tienes una vida y Neul... es parte de ella.
Goo Soo, no sabe que decir. Solo mira a su hermana. Ahora comprende muchas cosas. Entiende que su hermana se marchará de casa. Intenta asimilar por todo lo que ha tenido que pasar. Recuerda las palabras de su abuelo cuando le contó que Sunah tenía una niña y que se negaba a decir quien era el padre. “ No la quiero a mi lado, mientras no me diga quien es el padre de esa niña, no quiero verlas a ninguna” . Sabe que su abuelo no ha vuelto a ver a su hermana, que no conoce a la pequeña Neul. Que nunca la ha perdonado por algo, que ni siquiera ha hecho. Que durante los últimos años Sunah, ha cargado con su secreto. Enfrentándose al mundo. En silencio. Sin recriminarle nada, dejándolo hacer su vida. Que ha esperado pacientemente su regreso, cuidando a su hija.
Goo Soo cierra los ojos, una lagrima se desliza por su mejilla, mientras aprieta los puños y se muerde el labio. Con rabia. Herido. Avergonzado. Observa a su hermana y se siente mal. Sunah lo observa con el reflejo en la mirada de todo el cariño que siempre le ha tenido, se levanta y lo abraza.
- No te sientas mal. Le dice en un susurro al oído – Siempre ha sido mi decisión y ... la he tomado con gusto.
Goo Soo la abraza con fuerza. Siempre ha adorado a su hermana. Durante los años de ausencia, la ha llamado todas las semanas. Ha compartido con ella casi todo. Casi todo, exceptuando la procedencia de Neul. Ahora entiende sus silencios. Entiende su afán de contarle cada día como era Neul, como crecía, como reía, porque lloraba. Lo que hacía. Sus primeras palabras. De hacerlo participe de su inquietud cuando estaba enferma. Ahora lo entiende todo.
- ¿Dónde está? Le pregunta con un nudo en la garganta.
Sunah, lo toma de la mano y lo acompaña a una habitación. En el interior iluminado con una pequeña lámpara, duerme Neul. Goo Soo se acerca a la cama y contempla a su hija. Neul, duerme tranquila, ignorante de todo lo que sucede a su alrededor. Sumergida en los sueños que solo una madre prepara para su hija. Goo Soo, llora en silencio junto a ella, mientras su hermana lo observa y no puede remediar llorar junto a el.
* * *
Maria y Raquel, se han despertado temprano y han desayunado solas. Al subir de nuevo a sus habitaciones, llaman a la puerta de la habitación de Alba. Esta les abre y las deja entrar. Alba se ha cambiado de ropa y se ha maquillado un poco. Todos los rastros de las lagrimas que ha derramado en silencio, han quedado ocultos, o eso cree ella. Raquel la observa en silencio. Maria, muerta de curiosidad, no deja de preguntarle por todo. Su curiosidad es casi tan grande como su entusiasmo. Alba se ríe intentado explicarle. Naturalmente, no le cuenta todo.
Raquel intuye que algo ha ocurrido, pero no quiere incomodar a su amiga y opta por guardar silencio. Solo la observa ir y venir por la habitación guardando cosas y recogiendo su bolso.
- ¿Cuál es el plan para hoy? Pregunta Alba, mientras esboza una gran sonrisa y sale resuelta de la habitación seguida por sus dos amigas.
- Ha llamado Kim Garam, dice Maria - y nos va a acompañar a ver el centro Artsonje - dice que es un complejo que contiene un Teatro de Ópera, Sala de Conciertos, Galería de Arte, Sala de Caligrafía. Además me explicó que el teatro tiene un techo muy curioso. Estoy deseando verlo. Hay mucho para ver. Me comentó que tenemos para varias horas y aún así, no lo veremos entero.
Maria habla deprisa, excitada, se nota que está entusiasmada. Raquel y Alba saben que no solo es por lo que van a ver, sino también por la persona que las va a acompañar. En la recepción del hotel las espera Kim Garam Yo, que las acompaña hasta su coche, Un Audi A5 de color gris perla que está aparcado en la entrada. Maria se sienta a su lado. Raquel y Alba se acomodan en los asientos de atrás. Durante el trayecto hasta el complejo, Maria y Kim Garan no paran de hablar. El le explica que el teatro de la opera se encuentra en el centro del complejo y que el techo tiene forma de “Gat”
- ¿Qué es “Gat”? pregunta ella.
- Un sombrero tradicional coreano. Esta hecho de bambú. Le responde sin dejar de mirar a la carretera y al tráfico intenso de la ciudad. – Detrás del complejo hay unas montañas muy hermosas. Si os apetece andar, podemos subir hasta el templo Daesungsa, es un templo budista. Hay una fuente de agua mineral y cientos de aves en los alrededores.
Alba y Raquel, asisten a la conversación en silencio. Raquel, observa a su amiga. Alba parece perdida entre millones de pensamientos, mirando a través del cristal de la ventanilla del vehículo. En ese momento suena un teléfono móvil y Kim Garan contesta accionando un botón situado en el volante del vehículo. Habla deprisa, en coreano. Ninguna de las tres amigas entiende nada de la conversación que dura apenas un minuto, aunque si saben con quien está hablando. Al terminar, Kim Garan habla en un tono mas alto, para que las dos amigas situadas en el asiento de atrás, lo oigan con claridad.
- Park Hye Jin, se reunirá con nosotros en el complejo. Lo he llamado a el y a Goo Soo hace un rato, para ver si podían acompañarnos. Goo Soo no puede. Le ha surgido algo, explica mientras observa a Raquel por el espejo retrovisor del interior del vehículo. Raquel lo mira y sonríe.
El centro Artsonje es inmenso. Nuestras amigas se sienten diminutas por lo sobrecogedor del lugar. Durante varias horas recorren el complejo, visitan el teatro y la sala de caligrafía, que en esos momentos está llena de turistas admirando los manuscritos con caracteres chinos. Alba se queda rezagada admirando todo lo expuesto y no se da cuenta de que se queda sola. Cuando se percata de ello, intenta encontrar a sus amigas y al no hallarlas, las llama por teléfono. Raquel le dice que han estado un rato buscándola y que ahora están fuera viendo el Umyeonji, un estanque típico coreano y que la esperan allí. Sale del recinto y siguiendo los carteles que están en ingles y coreano, llega hasta el estanque. Hay varias personas paseando y contemplando la belleza del paisaje, pero Alba no ve a sus amigas ni a Kim Garam. Cuando se dispone a llamar de nuevo a Raquel, una voz a su espalda, la hace estremecer de arriba abajo.
- Veo que te has perdido, dice Park Hye Jin, mientras la observa y se sitúa frente a ella.
Alba, lo mira durante unos segundos. No puede verle los ojos, que tiene cubiertos con unas gafas de sol, pero sabe que la contemplan hundiéndose en los suyos. Alba aparta la vista y se apresura a guardar el móvil de nuevo en el bolso.
- Estaba a punto de llamar a Raquel. Me he despistado y los he perdido. Esto es inmenso. Dice, mientras busca con la mirada alrededor, intentando localizar a sus amigas.
- No te preocupes, le dice él con una media sonrisa encantadora – Ahora estás conmigo. .
Alba siente una punzada en el estomago. No es precisamente lo que quiere en esos momentos. Mas intimidad...NO. Se siente inquieta a su lado y aún resuenan en su mente las últimas palabras que le dijo. “no me quieras, no te enamores de mi”. ¿Cómo se hace eso? se pregunta para si, sin mirarlo. ¿Quién puede mandar en el corazón y en el alma? Y cuando ya tienes otro corazón latiendo junto al tuyo ¿Cómo se hace para arrancarlo? La cabeza puede decirte que no, pero el corazón...el corazón tiene vida propia y late mas deprisa solo con estar a su lado. No entiende de razonamientos. No se deja de amar solo porque una quiera hacerlo. Esta ciego. Sordo. Solo entiende de sentimientos. Todo lo demás...
Alba, no quiere mirarlo. Sabe que su corazón la delata y él ya se lo ha dejado claro.
- ¿No piensas mirarme?, le pregunta despacio, suave, dulce, como solo él puede y sabe hacerlo.
Alba saca unas gafas de sol del bolso, se las pone. Se gira y lo mira directamente a los ojos. Se siente protegida detrás de los cristales oscuros. El le sonríe sin dejar de mirarla.
- Es una pena que no pueda ver tus hermosos ojos, le dice muy serio.
Alba siente que se estremece solo con oír su voz. Se enfada consigo misma. ¿cómo un hombre puede inquietarla tanto? No llega a entenderlo, no sabe a que juega y le molesta. No solo por como la trata, sino por lo que dice y como lo hace.
- Creo que debemos buscar a nuestros amigos, le dice mientras comienza a andar, sin saber muy bien a donde dirigirse.
Park Hye Jin la sujeta del brazo y la hace detenerse. Ella se vuelve y lo mira de nuevo. Desafiante.
- Espera. Vienen por allí. Le dice mientras le señala a sus amigos, que se acercan.
Maria, Raquel y Kim Garan llegan a su lado y bromean de su despiste. Los dos hombres se saludan inclinándose y Park Hye saluda a las chicas mientras les ofrece una gran sonrisa. Instantes después los dos hombres caminan delante de ellas hablando en coreano, mientras se dirigen al templo Daesungsa. Nuestras amigas, charlan animadamente mientras contemplan el paisaje idílico. Les cuesta un rato llegar hasta el templo. Antes de entrar, beben agua de la fuente y observan curiosas la cantidad de coreanos que hacen ejercicio físico, en los equipos dispuestos para ello, alrededor del templo.
La mañana ha pasado muy deprisa. Conforme se han ido pasando las horas, el cielo se a puesto gris. Amenaza lluvia. Deciden ir a comer al restaurante de Sunah y Raquel se siente repentinamente mas animada, con la posibilidad de poder encontrarse con Goo Soo. Al salir del complejo, Maria y Raquel se dirigen al coche de Kim Garam. Park Hye toma a Alba del brazo y la dirige con una inmensa ternura hacia el suyo. Ella, está tentada de marcharse con sus amigas y Kim, pero no le parece correcto dejar que el se marche solo al restaurante, por lo que decide acompañarlo sin poner ninguna resistencia. Se sienta y espera a que Park Hye arranque el coche, pero no lo hace. De repente, lo siente inclinarse sobre ella y le da un vuelco el corazón. El se detiene inclinado parcialmente sobre ella y la mira despacio, mientras le dedica una media sonrisa encantadora, que a Alba le oprime el corazón. Entonces se da cuenta, de que esta poniéndole el cinturón de seguridad. Arranca el vehículo y se marchan hacia el restaurante. Al principio, no hablan durante el trayecto, pero poco antes de llegar al local Park Hye le dice:
- No se nada de tu vida. ¿Qué haces? ¿tienes familia?. Esta claro que tu si sabes sobre mi. Así que en este juego, yo juego con desventaja. No la mira, esta concentrado en conducir. Alba lo observa durante unos segundos.
- No sabia que estábamos jugando, le dice seria, - no tengo nada que decir.
- Todos tenemos una vida detrás. Tu no eres una excepción. Pero respetaré tu silencio sino me quieres contar nada, le dice mientras la observa durante unos segundos.
Alba lo mira y por un instante, lo ve diferente. Mas jovial, mas divertido, menos inquietante. Mas humano. Pero no dice nada.
- ¿Te importa sino vamos a comer con ellos?, le dice de improviso. Entonces llama por teléfono y habla durante unos minutos en coreano, cuelga y vuelve a llamar, esta vez a Kim Garam, para que no los esperen.
Alba se siente de pronto sorprendida, pero es incapaz de contestar. Park Hye Jin conduce durante unas horas. No hablan nada en todo ese tiempo. La lluvia vuelve a hacer acto de presencia y los acompaña durante todo el trayecto. Cuando el auto se detiene frente a una casa de color blanco y grandes ventanales, Alba se da cuenta de que están a la orilla del mar. No hay nada alrededor, solo árboles y el mar de frente. No se ven casas cerca, aunque si distingue entre los árboles, alguna edificación lejana. Park Hye se baja del coche y le abre la puerta, invitándola a seguirlo. Cuando entran en la casa corriendo, debido a la lluvia, una mujer de edad avanzada los saluda en coreano, se inclina, le dice algo a Park Hye y se marcha de la casa. Park Hye se descalza y se coloca unas zapatillas que hay en la entrada. Alba lo imita y observa la vivienda con detenimiento, aunque esta algo nerviosa, no puede evitar darse cuenta de que la casa es preciosa, con mucha luz que entra a través de los grandes ventanales, sin cortinas. Esta decorada al estilo occidental, pero no hay muchos muebles. Las paredes y el suelo son de un color claro, Es muy amplia y de techos altos. Una gran escalera de piedra blanca conduce al piso superior. Los muebles del salón son de color marrón oscuro, hay grandes fotografías de Star Victory 5 en varias paredes. Varios discos adornan un rincón. Lo que mas llama la atención de Alba, es un gran árbol que parece nacer de los cimientos de la casa y que forma parte de ella, ocupando una parte del salón. En una esquina, hay dispuesta una mesa con comida al estilo coreano. Park Hye desaparece de su vista por unos minutos y Alba comienza a escuchar música. Reconoce de inmediato la canción y a su interprete. La lluvia es ahora mas intensa y golpea los cristales con rabia. El cielo esta gris y la tenue luz que entra a través de los ventanales le dan a la atmósfera un tono irreal. A pesar de que hace horas que no ha comido, no siente hambre, mas bien, inquietud.
Durante unos minutos, esta sola en el gran salón y curiosea entre la estantería que hay junto a una de las paredes. Hay en ella varios libros, pero también CDs, fotografías de Park y de sus compañeros de grupo. Sobre uno de los sillones, hay un gran oso blanco de peluche, que parece descansar olvidado. Alba se acerca y lo toma entre sus brazos. Es tan grande, que lo justo puede abrazarlo. Sonríe al intentar adivinar que pinta un muñeco de peluche en esa vivienda. Justo en ese momento Park Hye entra de nuevo y la mira curioso, divertido. Alba no se ha percatado de su presencia y acaricia al muñeco con la mejilla. Lo acaricia como si se tratara de una niña pequeña con su juguete preferido. Park Hye se acerca a ella despacio. No hace ruido. No lo oye llegar a su lado. La abraza con ternura por detrás y acerca su cara a la suya. Cierra los ojos y hunde su cara en su pelo. Alba se estremece entera y suelta el oso de golpe, que cae al suelo. El continua abrazándola. Tierno. Dulce. Amable. Con cuidado. Absorbe su aroma. La estrecha un poco mas entre sus brazos. Hace hueco con su cara entre su pelo, buscando su cuello y así, con una gran ternura, la besa. Acariciando con la lengua su piel. Saboreándola. Una vez. Dos. Alba tiene los brazos caídos, abandonados, como toda ella. Perdida en un sinfín de pensamientos inútiles, o quizás... ya no piensa en nada. El la sigue besando, ahora con mas pasión. Y ella entonces, quiere dejarse amar. El está inmerso en su perfume, que huele a ella. Perfumada de si misma. Alba con los ojos cerrados, se deja besar. Lo oye suspirar. El sonido del mar y la lluvia inunda por completo la estancia, mezclado con la música. De pronto, el se aparta de ella, de la misma forma que ha llegado. Con cuidado. En silencio. Y la deja allí, estremecida en su propio deseo. Temblando, sin saber que ha ocurrido de nuevo.
- Vamos a comer, le dice sin mirarla – imagino que tienes hambre.
Alba lo mira durante unos segundos y se siente... ¡morir!. Se da media vuelta, recoge su bolso que ha dejado sobre uno de los sillones, se calza de nuevo y abandona la casa sin decir nada, sin mirar atrás. Justo en la entrada, Park Hye Jin la sujeta de un brazo. Deteniéndola. Ella se vuelve y lo mira desafiante, mientras una lágrima recorre su mejilla. En silencio. Impotente. Confusa. No dice nada. El la observa durante unos segundos, le seca la lagrima con la mano. Con una gran ternura. La sujeta por los hombros y recorre con sus manos toda la extensión de sus brazos hasta llegar a sus manos. Las toma, sujetándolas con fuerza y la obliga a entrar de nuevo en la vivienda, cerrando la puerta.
- Vamos a comer, le dice de nuevo, mientras la lleva hasta la mesa. Esta vez, acariciando las palabras. Despacio. Suplicante. Mirando de lleno en sus ojos, hundiéndose en ellos. Intentando que ella mire en su alma. Lo descubra. - y cuando hayamos comido, te diré... porque no debes amarme. 
FIN DEL QUINTO CAPÍTULO

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