ALGO MAS QUE EL DESTINO


CAPITULO PRIMERO


Alba recoge con determinación su chaqueta roja que descansa apoyada en el respaldo de la silla de su habitación; al pasar por el salón coge el móvil de encima de la mesa. Va a llegar tarde y lo que menos desea es llegar tarde a la cita que tiene con sus dos amigas. Quiere causar buena impresión, después de todo, solo las conoce por FB, aunque lleva tiempo compartiendo con ellas sus gustos, aficiones y su amor por Korea. Apresura el paso hacia el metro una vez que esta en la calle y a veces, casi sin darse cuenta, corre.
Mientras recorre el trayecto en metro que la separa de su casa al aeropuerto piensa en como han transcurrido los últimos meses de su vida y sonríe sin darse cuenta de que el hombre que se sienta justo en frente de ella, al creer que le sonríe a el, la mira elevando las cejas y con cara de creer que ha ligado. Alba no le presta demasiada atención, sigue pensativa y de vez en cuando mira su reloj. Aún tiene tiempo, los vuelos nunca son puntuales al 100 X 100, además sus amigas tienen que recoger el equipaje antes de poder reunirse con ella.
Excitada y nerviosa entra en la terminal y observa la pantalla. los dos vuelos han llegado ya, pero Alba no ve a sus amigas. Las conoce por fotos que han intercambiado y sabe que María es morena de pelo corto, rizado, enormes ojos castaños y una gran sonrisa que no pierde ni en sus peores momentos. A juzgar por sus conversaciones en el msn es una persona optimista hasta la saciedad y que se "empacha" por pocas cosas.
- si tuviera que molestarme por las cosas que me dicen, no podría trabajar en el supermercado con mi padre, hay cada clienta que debería lavarse la boca por lo menos diez veces al día, solo por las tonterías que dice...jajajaja...-le comentó cuando le explicaba que en su trabajo hay veces que es mejor hacer oídos sordos.
Alba cree que medirá unos 168 cm (es difícil juzgar una fotografía en ese aspecto) y no pesará mas de 55 kilos. María es de México y como todas las latinoamericanas tiene ese encanto especial que solo da el amor por la vida. Alba no la ve por ningún lado y eso que su vuelo llegó hace 15 minutos.
Raquel es de Chile, es la mas joven de las tres, tiene 21 años, ( un año menos que sus amigas), pero también la mas reservada. Perdió a sus padres hace unos años en un accidente de coche y se ha criado con sus abuelos. En sus fotos, muestra una sonrisa triste, que nunca llega a ser una verdadera sonrisa. Alba cree que lo ha pasado mal, pero Raquel, nunca se ha quejado de nada, solo... de la soledad.
Raquel es de pelo largo y castaño, tiene los ojos verdes, tristes y un encanto especial que le otorga un aire de misterio. Medirá algo mas que María y pesará mas o menos lo mismo.
Alba tampoco la ve, pero después de comprobar de nuevo la pantalla, se da cuenta que su vuelo llegó hace unos minutos, por lo que aún tardará en salir.
La terminal está completamente abarrotada de gente que viene y va con maletas, bolsos y en definitiva, con mucha prisa. Es el comienzo del verano en España y a pesar de que son solo las 11 de la mañana, el calor ya se deja sentir en Barcelona en el mes de Junio. Alba se dirige a los baños que tiene justo a su derecha, quiere refrescarse. Al entrar en los aseos se da cuenta que hay una fila de unas 6 mujeres delante de ella, pide permiso para que la dejen pasar, ya que no va a utilizar los servicios y solo quiere lavarse las manos. Hace un calor sofocante dentro del baño y abre el grifo del agua fría mientras contempla su imagen reflejada en el espejo. Alba es rubia de pelo largo, liso, ojos azules y muy blanca de piel. Siempre desentona en verano, todo el mundo se pone moreno y ella ni siquiera toma el sol ¡lo odia!, de pequeña siempre se quemaba y terminaba pelándose como las serpientes, hasta que decidió que ya estaba harta de querer cambiar lo que la naturaleza se había empeñado en darle. Mide 170 cm y pesa 52 kilos. Demasiado delgada, le solía decir su padre. Se moja las sienes y se percata de que la chica que tiene justo a su lado la contempla sin ningún reparo. 
 
- Perdona, ¿tu eres Alba? le dice mientras le regala una gran sonrisa.

Entonces se da cuenta, es María. le sonríe a su vez y se funden en un gran abrazo que el resto de mujeres que se encuentran en el aseo miran sin entender nada. María da pequeños saltos mientras la tiene agarrada y Alba no tiene mas remedio que reírse a carcajadas.

-Es inconfundible, esta es María, piensa.

Salen del aseo riendo y hablando de mil cosas a la vez: el viaje, el tiempo, el calor de Barcelona, México, Raquel, Korea y así juntas y agarradas del brazo se dirigen a esperar a la tercera de este pequeño grupo.

María no para de hablar, solo deja de hacerlo para beber de la botella de agua que lleva en la mano y que compró en el vuelo.

- El agua a precio del petróleo...jajajaja.... Me ha costado mas esta botella que si hubiera comprado una caja de bombones...jajaja. Como se aprovechan las compañías aéreas.

De pronto empieza a hablar en voz alta

-Aquí, aquí....Raquel, estamos aquí. Salta y eleva los brazos para hacerse ver.

Alba gira la cabeza y ve a su amiga Raquel dirigirse hacia ellas con una maleta en una mano y un libro en la otra. Les sonríe a las dos y apresura el paso hasta llegar a ellas.

Las tres se funden en un abrazo y comienzan a hablar al mismo tiempo. Parece como si se conocieran de toda la vida y la complicidad que existe entre ellas, hace que se entiendan solo con una mirada. Han chateado muchas veces durante el último año, casi a diario, y conocen hasta los mas íntimos secretos las unas de las otras. Fue idea de María el viaje a Korea, deteniéndose en España para pasar unos días y conocer Barcelona, antes de seguir viaje.
Ninguna de las tres tiene novio o pareja actualmente, aunque Alba tuvo pareja hasta hace aproximadamente un año; fue mas o menos por entonces, cuando empezó a estar mas en FB y conoció a sus compañeras. Las dos la ayudaron a pasar la experiencia, un tanto dolorosa, con palabras de aliento y María sobre todo, con sus ocurrencias a veces un poco subidas de tono.
Los siguientes días las tres amigas se dedicaron a recorrer Barcelona de punta a punta, visitar museos, ir a las playas y por las noches disfrutar de la vida nocturna que ofrece la ciudad.
La semana se había pasado tan rápido que casi ni se dan cuenta que su vuelo salía a las 4 de la tarde del día siguiente y ninguna de las tres había preparado el equipaje.
En el piso de Alba situado en el carrer de Balmes, las tres amigas pasaban su última noche en la ciudad española y disfrutaban de una tranquila velada a la luz de las velas. Alba es una enamorada de las velas de colores y que desprenden aroma, por lo que su casa está siempre llena de olores diversos: rosas, lilas, limón.
Sentadas sobre cojines en el suelo del salón, charlaban y reían mientras disfrutaban bebiendo de una botella de soju que habían comprado esa tarde a su vuelta del centro comercial, donde Raquel se había comprado un pantalón vaquero y unas zapatillas de deporte.
- Estoy deseando que llegue mañana, dijo Maria después de beber el soju de su vaso de un solo trago, - no voy a poder dormir de la emoción.
- Ni yo, respondió Raquel, - tengo los nervios al 100.
- Pues será cuestión de irse a la cama y descansar, sino mañana vamos a parecer zombis.
Alba se ríe a carcajadas seguida de sus dos amigas. Son las 3 de la mañana y la excitación no las deja conciliar el sueño, aunque la botella de soju que ya han terminado, empieza a hacer su efecto.
Todas ellas han preparado este viaje con esmero, dedicación y sobre todo con muchísima ilusión. A las tres les encanta el país que visitarán a partir de mañana y adoran su música, gastronomía y cultura. Se han pasado los dos últimos meses decidiendo la fecha del viaje, donde se van a alojar, lo que van a visitar, los espectáculos que quieren ver...solo tienen un pequeño problema, ninguna de las tres habla mas de 30 palabras en koreano y mucho menos saben lo suficiente del idioma como para llevar una conversación; pero esto no las ha echado atrás a la hora de decidirse a visitar Corea.
- Nos haremos entender por señas, dice Maria elevando su brazo y haciendo una V con dos dedos de la mano derecha. Las tres se ríen a carcajadas y Maria se tumba sobre los cojines mientras se abraza la cadera.
 - Creo que va a ser un viaje muuuuy interesante, dice Alba, sin poder dejar de reír.
- “Muy interesante”, si podemos salir del aeropuerto internacional de Inchon. Raquel se ríe sin terminar de decir las últimas palabras – ya me imagino perdidas y preguntando...¿Por donde se sale?...jajajajajaja.
- No te preocupes, dice Alba, los koreanos son muy educados y alguno nos indicará el camino. Dice esto mientras se inclina en una reverencia y sonríe.
- No me preocupo, estoy segura de que saldremos del aeropuerto, lo difícil va a ser aclararse con el taxista para que nos lleve al hotel, menos mal que por lo menos hablamos algo mas ingles que koreano. Así por lo menos nos entenderán.
- A mi no me preocupa el idioma, hay un “idioma” que se entiende en todos los países, Maria guiña un ojo a sus amigas y las tres se ríen sin parar.
- A la cama chicas, que mañana no nos dejan subir al avión. Alba se levanta a duras penas y se dirige torpemente a su habitación seguida por sus amigas.
El tiempo es espléndido en la ciudad de Barcelona y nuestras simpáticas heroínas han llegado a tiempo al aeropuerto, ya han facturado el equipaje y esperan junto a un buen número de personas a que se de el visto bueno al embarque del avión. La impaciencia no las deja sentarse en alguno de los asientos que permanecen libres en la terminal y las tres charlan de pie animadamente, mientras sostienen cada una de ellas en las manos sus pasaportes y la tarjeta de embarque. Están rodeadas de gente que se dirige a Seúl. Hay turistas españoles que como ellas, van a conocer Corea y como no, coreanos que por un motivo u otro están de vuelta a su país de origen. Todo el mundo parece ansioso por subir al avión, a pesar de que las horas de vuelo que les esperan no son precisamente pocas. Pasados unos minutos una azafata empieza a tomar las tarjetas de embarque y se forma una fila, a la que las tres amigas se incorporan esperando su turno. Poco a poco les llega el turno y nerviosas y emocionadas se dirigen por un estrecho pasillo hacia el avión.
Una vez dentro, Raquel se da cuenta que su asiento está separado del de sus dos amigas. Y se despide de ellas con una sonrisa, dejando a Maria y Alba en los asientos de la cola del avión, mientras ella continua hasta la mitad del mismo. Al llegar a su asiento se da cuenta de que ya hay una persona sentada en el asiento contiguo. Un hombre al parecer joven y con una gorra de béisbol que le cubre buena parte del rostro, descansa sin levantar la cabeza, mientras ella se acomoda en su asiento. Raquel decide abrir el libro que empezó a leer en el vuelo hacia España y que no ha vuelto a mirar desde entonces. Casi no se da cuenta de que el avión se eleva. Continua leyendo, mientras poco a poco le da sueño y cierra los ojos. Apenas ha dormido en los últimos días y mucho menos la noche anterior, por lo que no le cuesta nada dormirse.
Solo han pasado un par de horas, pero para Raquel es como si hubiera dormido muchas mas. Se despierta descansada y le cuesta un poco darse cuenta donde está. Nada mas abrir los ojos mira hacia la ventanilla del avión y entonces ve al hombre que la va a “acompañar” en las próximas horas. Joven, no tendrá mas de 27 años, de pelo negro, un poco largo y recogido hacia atrás con una goma, labios carnosos, sensuales y unos ojos negros que parecen abarcar la noche entera.
- Está claro que es coreano, y muy guapo, piensa.
El hombre le dedica una sonrisa y le ofrece el libro que Raquel estaba leyendo.
 
- Se le cayó mientras dormía - le dice en español con un acento que no deja lugar a dudas de donde es.
- Lo siento, gracias – no puede evitar ponerse nerviosa mientras toma el libro de sus manos y se da cuenta de que su cara empieza a ponerse roja. - ¿ Porqué estas cosas siempre me pasan a mí?, piensa.
- No quería despertarla, parecía dormir profundamente, me llamo Goo Soo, encantado - le dice mientras se inclina y le ofrece la mano. - Al parecer vamos a ser compañeros de viaje.
Raquel no puede evitar una sacudida en su estomago mientras el le sonríe abiertamente y le estrecha la mano. Su contacto es cálido y Raquel retira la mano tan pronto como lo toca. Goo Soo sonríe mirándola a los ojos. Parece estudiarla, a lo que ella retira la vista y se concentra en el libro abriéndolo por la mitad, no le importa que ni siquiera sea la página donde dejo de leer, ni que la lectura no sea lo mas interesante que puede hacer, ni siquiera que no se haya presentado, solo le importa que quiere dejar de mirarlo en un intento de que el haga lo mismo. Pasados unos segundos, se da cuenta que su manera de disimular no ha tenido el efecto deseado y Goo Soo la sigue observando, ahora si cabe, con mayor curiosidad. La auxiliar de vuelo la saca de sus pensamientos.
- ¿Desean tomar algo? ¿un refresco, café?
- No – responde Raquel, sin dejarla terminar- no quiero nada , gracias.
- Un zumo de tomate, por favor. - Goo Soo ni siquiera ha mirado al auxiliar, sigue observando a su compañera de viaje entre divertido y curioso.
La auxiliar de vuelo deja el zumo y se marcha por el pasillo. Raquel continua intentando concentrarse en lo que lee. Se da perfecta cuenta de que Goo Soo la observa de vez en cuando y sonríe, mientras se toma el zumo. Cierra el libro y decide cerrar los ojos e intentar seguir durmiendo; el viaje es largo y es una manera de matar el tiempo y de paso abstraerse de la curiosidad que inspira en su compañero. No tarda en dormirse de nuevo y se despierta cuando Maria la llama casi en un susurro.
- Raquel, Raquel...shhhh...Raquel. Chica, duermes mas que las mantas.
- Lo siento, estaba cansada.
- Y yo, pero por eso no me duermo, hay cosas mas interesantes que “ver” – le dice mientras mira de refilón y con una sonrisita en los labios, al compañero de asiento de su amiga. - ¿Quieres venir un rato con nosotras? o ¿ prefieres seguir “durmiendo”?. Le dice mientras le guiña un ojo.
Raquel se levanta decidida y dispuesta a seguir a Maria, cuando Goo Soo la llama con una sonrisa en los labios.
- Raquel, tu libro – le dice ofreciéndole de nuevo el libro - se te ha caído de nuevo.
- Gracias. – no puede evitar observar que ya no le habla de UD.
No quiere mirarlo a los ojos, pero no puede evitarlo. Goo Soo la mira profundamente mientras sonríe y le devuelve el libro. Ella se hunde en la noche de sus ojos y por unos instantes no sabe donde está. Las risitas de Maria la sacan de su ensimismamiento y se apresura a seguirla hacia donde se encuentra Alba.
- Nuestra amiga tiene a un bombonazo de compañero de viaje, dice Maria a modo de saludo cuando llegan junto a Alba.
Alba mira a sus amigas y sonríe
- ¿Guapo?
- ¡Divino!..Tiene unos ojos que enamoran, y parece que a Raquel le ha gustado ¿no?.
Maria mira a Raquel y sonríe. Pero Raquel no dice nada, sonríe a su vez a sus dos amigas.
- ¿joven?, pregunta Alba.
 
- Si, unos 26 o 28 años. Creo que es coreano - Dice Raquel - No he hablado mucho con el.
- No me extraña, te has pasado el tiempo durmiendo. – dice Maria – Si fuera mi compañero de asiento, no lo dejaría “distraerse” ....
Raquel no puede evitar reírse e intenta cambiar de conversación. Las tres hablan durante unos minutos del viaje y Raquel ante la insistencia de Maria, no tiene mas remedio que explicarles que la “culpa” de que hablará con su compañero de asiento, ha sido del libro.
- Pero...¿es que ni siquiera te has presentado? – pregunta Alba.
- No, me ha dado vergüenza. Ha sido un poco violento, me he despertado y no sabía ni donde estaba. Ha sido muy amable, me ha devuelto el libro...dos veces. – Raquel sonríe .
- Pídele el número de móvil, ¡lo llamaremos! – dice Maria emocionada.
- Ni hablar, me da mucha vergüenza. Además lo acabo de conocer, es un poco precipitado.
- ¡Que precipitado ni que demonios! – dice Maria – ¡pídeselo!, así tendremos a un conocido que nos pueda enseñar algo de Seúl. Además, está como un tren.
La auxiliar de vuelo las interrumpe en esos momentos y Raquel no tiene mas remedio que volver a su asiento, seguida por las miradas, mas que curiosas de sus dos amigas, que la observan sentarse y sonríen.
El asiento contiguo está vacío, por lo que Raquel piensa que Goo Soo debe estar en el baño. Retoma la lectura de su libro y a los pocos segundos, otro auxiliar de vuelo le lleva una bandeja con comida. Observa la bandeja con los alimentos, la comida no le gusta mucho, pero hace ya unas horas desde su último bocado y tiene hambre. Empieza a comer y pocos segundos después aparece Goo Soo con una bandeja de comida en las manos, Ella se levanta y lo deja pasar. Comen en silencio, ninguno de los dos dice nada durante unos minutos, finalmente es él el que habla sin mirarla.
- Así que te llamas Raquel. Bonito nombre.
- Si. Gracias
- Por lo que veo, no viajas sola.
- No, viajo con dos amigas.
Raquel, no lo mira, solo come despacio y nota que aunque algo nerviosa, puede contestarle con mas tranquilidad. Está claro que el mirarlo a los ojos la perturba, así que el estar concentrada en comer sin observarlo, la tranquiliza un poco. Después de meditarlo durante unos segundos, decide preguntarle
- ¿Vives en Seúl?
Nada mas preguntar, se arrepiente de hacerlo. Goo Soo la mira y sonríe.
- Si, mi familia vive en Seúl. Yo he vivido varios años en Barcelona. Tengo una hermana a la que hace cinco años que no veo y un abuelo.
- Ah...yo vivo con mis abuelos. Soy de Chile.
- Yo Coreano. ¿y como es que vives con tus abuelos?
- Mis padres murieron hace unos años. – su voz ha sonado triste y Goo Soo la mira con mayor curiosidad, mientras deja de comer.
- Lo siento.
Continúan comiendo en silencio. Raquel siente curiosidad, pero es mayor su vergüenza y no quiere preguntarle nada mas. Se siente extraña a su lado. La proximidad de él la intimida y perturba, algo que desde luego no ha pasado inadvertido a ojos de él. Pasados unos minutos les recogen las bandejas y Raquel decide continuar leyendo. Goo Soo no parece dispuesto a dejar de conversar.
- ¿Es interesante el libro?

- Si, es de Ángela Becerra, se titula...”Ella, que todo lo tuvo”.
- ¿te gusta?
- Si, es una historia, profunda, desgarradora y llena de sensualidad y simbolismos. La historia de una mujer sola y frágil que busca la felicidad y un sentido a su vida.
Goo Soo la mira entre curioso y sorprendido por la pasión que ha puesto en sus palabras. No deja de observarla y ella, intenta no mirarlo. Se concentra en el libro y la lectura, dando la conversación por terminada. Él saca del bolsillo interior de su chaqueta una pequeña agenda y extrae de ella una tarjeta.
Han pasado varias horas. Raquel ha pasado la mayoría del vuelo durmiendo. Goo Soo y ella apenas han hablado durante el resto del viaje. El avión acaba de aterrizar en el aeropuerto internacional de Inchon y todos los pasajeros, incluidas las tres amigas se disponen a abandonarlo. Las prisas por recoger los equipajes de mano amontonan a la mayoría de los pasajeros en el pasillo. Raquel continua sentada y Goo Soo está a su lado sin moverse. Es imposible salir al pasillo. No ve a sus amigas y presupone que han abandonado el avión por la salida mas cercana a sus asientos. Se pone de píe e intenta salir al pasillo, de repente una mano cálida y firme la toma del brazo.
- Espera, hay demasiada gente recogiendo los equipajes y te vas a hacer daño. – Goo Soo le habla dulce, pero con firmeza.
- Tengo que recoger mi bolso, está aquí – le dice mientras señala el compartimento que se encuentra justo encima de sus asientos.
- Yo lo haré.
Acto seguido, abre el compartimento y recoge el único bolso que se encuentra en él. Se lo da con cuidado y le sonríe. Ambos caminan juntos, uno detrás de otro, hacia la salida del avión. Los metros que los separan hasta la terminal del aeropuerto no son muchos y Raquel comprueba con agrado que sus dos amigas la esperan con una sonrisa. Goo Soo pasa junto a ellas, no sin antes hacerle una pequeña reverencia y despedirse de ella con un “ Hasta pronto”. Raquel lo ve alejarse, mientras sus amigas tienen mil preguntas que hacerle y que ella intenta responder. Un pasajero con mucha prisa, tropieza con ella y se le cae el libro. Maria lo recoge del suelo junto con un papel que sobresale de las hojas del libro.
- Toma, ¿esto es tuyo? , le dice mostrándole el pequeño papel - Estaba dentro del libro.
Raquel contempla el papel y sonríe nerviosa. Mil pensamientos se agolpan en su mente, y solo una pregunta sin respuesta.
- ¿qué es? – preguntan al unísono Maria y Alba.
Raquel tarda unos segundos en contestar, mientras eleva la vista y busca con la mirada entre la multitud de pasajeros que se encuentran en la terminal, la respuesta a su pregunta. Después mira a sus amigas y en un susurro responde...
- Su tarjeta de visita.... 
FIN DE LA PRIMERA PARTE...*_*

One Response so far.

  1. Yukko says:

    esta sumamente interesante tu primer capitulo, no tengo ni la menor idea de como llegue a esta pagina pero me alegro de haberlo hecho, espero que sigas así y excelente redacción. n_n

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