CAPITULO SÉPTIMO


Maria y Kim Garam Yo, se han marchado juntos. Mientras el agua cae sobre Seúl, ellos recorren las calles de la ciudad en el coche, hacia un destino que Maria no conoce y tampoco ha preguntado. La música de uno de los grupos mas conocidos del k-pop, SS501 suena en el coche. Ella le habla de cosas de su país y él escucha atentamente sus palabras.

De pronto, la interrumpe para hacerle una pregunta:

- ¿Si alguien te pidiera quedarte en Seúl, lo harías?

Maria lo observa durante un instante, mientras el mira la carretera.

- No me he planteado vivir en Seúl. Tampoco tengo trabajo, y yo no se vivir del aire. Le dice mientras sonríe.

- Eso no es un problema. Se gira para mirarla durante unos segundos. - ¿Te quedarías? Insiste.

Maria medita durante unos segundos con la vista puesta en la lluvia que moja los cristales.

- Quizás. Todo depende de quien me lo pidiera. Le dice sonriendo.

Kim Garam la observa y sonríe.

- ¿Y si te lo pidiera yo? Le dice. – ¿Y si te pidiera que te quedarás en Seúl?. Que no deseo que te marches. Que quiero conocerte mejor. Maria se siente por un momento un poco confundida, pero sabe que el espera una respuesta, aunque no quiere darle de momento ninguna. Contempla la lluvia que salpica el parabrisas y no dice nada. Durante unos segundos, el la observa y sonríe. Luego se centra en la conducción y en todo el trayecto hasta llegar a su destino, no hablan nada mas.
Cuando el coche se detiene en un aparcamiento subterráneo, Maria se baja del vehículo resuelta, aunque no sabe donde está. Kim Garam la toma del brazo y la guía hasta un ascensor. Durante el trayecto hasta el 5º piso, no la suelta del brazo, pero tampoco hablan.
Al entrar en el apartamento, Maria se da cuenta donde está. Toda la estancia respira personalidad. Se descalzan al mismo tiempo, pero ninguno de los dos se pone las zapatillas dispuestas en la entrada.
- Mi apartamento en la capital. Le dice Kim a modo de explicación, mientras la mira sonriendo. - ¿Quieres un café? ¿un té?
Maria le contesta sin mirarlo.
- Un café, gracias.
Él desaparece por una de las puertas y ella se centra en curiosear el gran salón. El apartamento, esta decorado al estilo occidental y salpicado de algunos detalles, que no dejan lugar a dudas de quien es el propietario. Hay varias fotografías de gran tamaño adornando varias de las paredes, que muestran a Kim Garam en algunos de sus personajes. Una de las paredes esta pintada de color verde oscuro y colgados en ella, hay varios cuadros con fotografías pequeñas de momentos que Kim Garam ha compartido con algunos de sus amigos . El resto de las paredes son de color blanco, al igual que el suelo. Los enormes sillones que ocupan el centro de la estancia son de piel marrón y encima de ellos hay varios cojines del mismo color de la pared verde. Todos los muebles son de madera envejecida y hay pocos adornos, a excepción de una pequeña colección de coches y motos en miniatura que ocupan una gran vitrina en un rincón. Maria está sorprendida de la decoración del apartamento, por lo menos, de lo que ve. Le recuerda un poco al apartamento de Alba. Sin poder evitarlo, sonríe contemplando la estancia.
Kim Garam aparece con una bandeja por una de las puertas y se sienta en uno de los sillones. Maria toma asiento frente a el, mientras lo ve servir el café. Se sirve azúcar y comienza a beber a pequeños sorbos. El Café, quema.
- No has contestado a mi pregunta, le dice de improviso, mientras la mira directamente a los ojos.
Maria deja de beber por unos segundos y lo mira, mientras le dedica una gran sonrisa.
- No pretenderás que te conteste así, de improviso. Le dice sonriendo.
- No, solo pretendo que me digas si lo vas a pensar. Solo quedan unas semanas para que te marches, y sé que si te dejo ir sin conocerte mejor, me arrepentiré hasta el final de mis días.
Maria le sonríe sin dejar de mirarlo.
- Me lo pensaré. Pero aún quedan varios días para que me marche. Podemos seguir viéndonos, si te apetece, claro.
Kim Garam le sonríe. Se toma el último trago de café y se levanta. Maria lo ve acercarse, y no puede remediar sentir un estremecimiento por todo su cuerpo. La besa despacio, con ternura, rozando apenas sus labios. Maria cierra los ojos y se pierde durante unos segundos en la ternura de su roce. Cuando vuelve a abrir los ojos, Kim Garam se aleja hacia la cocina. Lo ve marcharse, decidido, seguro de si mismo, dejándola perdida en un mar de sensaciones intensas que le inundan el cuerpo y el alma esperando respuestas.
* * *
A la mañana siguiente nuestras amigas se levantan muy tarde. Ninguna baja al comedor del hotel a desayunar y se reúnen en la habitación de Alba para planificar el resto del día. Maria quiere adquirir algunas piezas de artesanía coreana y deciden ir de compras por la ciudad. Las tres van vestidas con pantalones jeans, camisas de distintos colores y zapatos cómodos, ya que esperan andar durante algunas horas por el centro. Recorren durante varias horas los distintos centros comerciales del centro y hacen compras de distintos productos típicos coreanos. Según transcurre la mañana, se van cargando con varias bolsas cada una. El sol inunda toda la ciudad y parece que el día seguirá así. No tienen prisa y se paran a observar cada producto que les llama la atención. Cuando les da hambre, se detienen en un puesto callejero para comer algo y después, continúan con su recorrido por los distintos comercios que les llaman la atención a su paso. A media tarde, Kim Garam llama a Maria por teléfono y queda con ella en un bar del centro. Llegan al local antes que el y lo esperan sentadas a una mesa, mientras se toman unas copas de vino. Pasados unos minutos, Kim Garan entra en el local y se sienta junto a ellas. Aunque el local esta muy concurrido y todo el mundo parece haber reconocido a Kim, nadie se levanta para pedirle autógrafos o decirle nada, pero sí se escuchan murmullos de las personas reunidas a su alrededor y los miran a los cuatro con curiosidad. Kim Garam se toma una copa de vino junto a ellas y decide acompañarlas al hotel para que puedan dejar sus compras y cambiarse de ropa. Las invita a cenar y las tres aceptan de buen grado. Las espera pacientemente en la cafetería del hotel, mientras ellas se asean y se cambian.
Cuando salen del hotel, el día empieza a tocar a su fin y a oscurecer. Kim Garam detiene el auto en un edificio que Maria reconoce de inmediato y lo mira sorprendida.
- He pensado, le dice mientras la mira con una gran sonrisa – que estaremos mejor en mi apartamento. Lejos de miradas curiosas y fans. Espero que no os moleste, dice mientras mira a las tres.
Raquel y Alba miran a Maria y esta les sonríe.
- A mi no me importa, pero no esperarás que cocinemos, dice mientras se ríe abiertamente.
Kim entra en el apartamento y se descalza, nuestras amigas lo siguen y lo imitan.
- No te preocupes, le dice sonriendo, - nos traerán la cena. ¿Queréis beber algo?.
No espera respuesta y se dirige a la cocina, volviendo al cabo de unos minutos con una botella de vino francés y cuatro copas que deja sobre la mesa del salón. Raquel y Alba, curiosean por el salón deteniéndose en las fotografías, comentándolas. Mientras, Maria se sienta en uno de los sillones y observa como el abre la botella y sirve las copas. Entonces alguien llama a la puerta y Kim se marcha a abrir. Vuelve pasados unos segundos acompañado de Goo Soo. Raquel se vuelve al escuchar su voz y su corazón empieza a latir desenfrenado, excitado por la sorpresa. Goo Soo .las saluda inclinándose y se va directamente a la cocina, volviendo al instante con una copa en la mano. Se sirve un poco de vino y se acerca a Raquel, que sigue de pie contemplando las fotos de la pared. Ambos se ponen a hablar de las fotos, mientras él le da toda clase de explicaciones, sobre algunas de ellas. Alba toma una de las copas que hay sobre la mesa y comienza a beber. Se acerca a la vitrina que hay en la esquina y empieza a admirar las miniaturas. No se da cuenta de que alguien ha vuelto a llamar a la puerta y cuando se gira, ve a dos mujeres que entran con varios paquetes, mientras Kim Garam las acompaña a la cocina. Hablan con el y se marchan pasados unos minutos.
- ¿Ponemos la mesa? Le dice a Goo Soo.
Este asiente con la cabeza y ayuda a su amigo. Los dos hombres hablan en coreano, mientras ponen la mesa. Raquel se sienta al lado de Maria. Alba sigue de pie curioseando por la estancia. Cuando los dos hombres terminan de preparar la mesa, se sientan todos alrededor. La cena esta compuesta de varios platos típicamente coreanos. Cenan despacio. Nuestras amigas, comentan sus compras del día, sus impresiones del centro de la ciudad, de los distintos comercios, y el tiempo pasa deprisa. Alba, no puede dejar de pensar observando a los cuatro, que ella está de mas en esta cena. Se siente observada por Kim y Goo Soo, que tratan por todos los medios, de hacerla sentir lo mas cómoda posible.
Después de cenar, Kim Garan sirve unas copas de soju y pone música. Los dos amigos, se turnan cantando y animan a Raquel y Maria a unirse a ellos. Alba los contempla divertida sentada en uno de los sillones. Ninguno lo hace del todo mal, pero esta claro, que la música no es su fuerte. De pronto, empieza a sonar una canción de Star Victory 5 y sus pensamientos se pierden recordando a Park Hye.
Cierra los ojos durante unos segundos recordando al hombre que tanto la perturba. Se lo imagina cantando esta canción, que tantas veces le ha visto cantar en vídeos. Siente un nudo en el estomago y se siente mal. No sabe si es por el soju, la comida o simplemente su ansiedad. Se levanta y le dice a Kim Garam que le diga donde esta el baño. Este se lo indica y abandona el salón.
Pasados unos minutos, Alba sale del baño y se queda parada en la puerta. Oye claramente la canción que está sonando, es de SS501 y reconoce de inmediato la voz de quien la canta. Se estremece de pies a cabeza, incapaz de poder contener sus propias emociones. Cierra los ojos y permanece durante unos segundos escuchando el sonido de esa voz sensual, que parece cantar solo para ella. Se dirige al salón. Cuando entra, ve a Maria y Kim Garam que están sentados juntos en uno de los sofás, un poco mas allá, Goo Soo y Raquel también están sentados el uno al lado del otro. Poco a poco se acerca a ellos y se queda de pie a unos metros, frente a Park Hye Jin que continua cantando y ahora la mira a ella...
- Mira, sé que ha pasado mucho tiempo, sabes.
Ahora, tengo algo que decirte, así que mira hacia aquí.
Primero, lo primero, las cosas que quiero decirte.
Aunque no sé por donde empezar.
He estado muy ansioso, incluso ahora me siento un poco avergonzado.
¡Oh amor! Trataré de reunir mas coraje.
Sabes, que no puedo decir este tipo de frases incomodas.
Por una vez en la vida, creo que llegó el momento.
Empezaré aquí nena, por favor escucha.
Déjame ser el único, el único para ti, quiero ser yo.
Alba lo mira, perdida entre la intensidad de sus ojos y una voz que la inunda por completo. Permanece allí, hasta que la música termina y el deja de cantar, sin apartar ni por un instante la mirada de ella.
Todos irrumpen en aplausos, felicitando a Park, todos, excepto ella.
- Tú si que eres único, le dice Kim sonriendo – hasta cantando canciones que no son tuyas.
Park sonríe sin apartar la vista de Alba, que toma asiento en uno de los sofás.
- Después de esta interpretación, obvio que yo no canto nada mas, Dice Maria riendo.
- Ni yo, dice Raquel.
Park Hye se sienta frente a Alba y la mira a hurtadillas. Observándola.
- La única que aún no ha cantado ha sido Alba, dice Kim – Alba, te toca.
Alba duda durante unos segundos, pero al final declina la invitación, incapaz de poder ponerse a cantar frente al hombre que la mira con curiosidad y le roba el alma solo con mirarla.
Durante el resto de la velada, Alba procura no estar cerca de el. Ni siquiera se atreve a mirarlo. No le habla, aunque el, intenta varias veces entablar conversación con ella. Su inquietud, no ha pasado desapercibida a Raquel, que habla con ella intentando de esta manera, que su amiga se relaje y disfrute con el resto de la compañía. Después de dos horas, nuestras amigas deciden marcharse. Goo Soo se ofrece a acompañar a Raquel hasta el hotel. Kim Garan hace lo propio con Maria y mira Park invitándolo con la mirada a que lleve a Alba hasta el hotel. Alba, se da cuenta del intercambio de miradas y decide, que aunque no sea mas que por dar cierta intimidad a sus amigas, dejará que Park la acompañe. Cuando llegan a la salida de los apartamentos, un hombre joven entra al mismo tiempo que ellos salen, y se cruzan en la puerta. Alba que va la última, caminando junto a Park Hye, se queda como clavada en el sitio, como si hubiera visto un fantasma. El hombre la mira y se detiene a su altura. Es joven, tendrá unos 29 años, alto, alrededor de 1,85cm. de pelo negro, largo, que le cae sobre los hombros y lleva peinado cubriéndole una parte de la cara. Delgado, pero musculoso. Ojos grandes, marrones, muy oscuros, casi negros. Labios gruesos y muy marcados. Sensuales. Parece que esta sin afeitar, aunque apenas tiene bello en la cara. Va vestido de manera muy informal, con unos pantalones vaqueros, una camisa que lleva sin abrochar, dejando ver una camiseta blanca.
- Buenas noches lee, lo saluda Park Hye en coreano.
- Buenas noches Park.
Luego, mirando a Alba, casi tan sorprendido como ella, le dice en un correcto español:
- Buenas noches Alba. Hace mucho que no te veía, ¿qué tal estas?.
Park Hye se queda sorprendido mirándolos a ambos. Mientras, el resto del grupo se vuelve para observarlos.
Alba, apenas puede dar crédito a lo que ven sus ojos. No sabe bien como reaccionar y durante unos segundos no dice nada, incapaz de articular palabra. Es Park, el que muerto de curiosidad pregunta:
- ¿Conoces a Alba?

- Si, nos conocemos desde hace algún tiempo. Dice con una media sonrisa encantadora. Mientras no deja de observar a Alba.
- Hola Lee, lo saluda ella, mientras se acerca a el y le da un beso en la mejilla, que el le devuelve con mucha ternura.
Park, se queda como embobado contemplando la escena.
- Esta claro que se conocen muy bien. Piensa.
Raquel, que se ha dado cuenta de quien es en realidad Lee, se acerca a Alba seguida del resto del grupo. Alba hace las presentaciones, mientras es observada detenidamente por Park.
Lee Sun In, es un conocido arquitecto de Seúl. Ha desarrollado casi toda su carrera en Europa y hace apenas un año ha vuelto a su país de origen, con el prestigio que le han dado sus diseños de su etapa europea. Vive en el mismo edificio de apartamentos que Park y comparte con el, una buena amistad, desde que regreso a Seúl y se instaló en su nueva vivienda. Goo Soo, ha oído hablar de el, ya que comparten profesión y sabe de sus logros en el extranjero. Maria, al oír su nombre completo se queda de piedra y pensando, como puede ser el mundo a veces tan pequeño.
- ¿Estas de vacaciones?, le pregunta.
- Si, llegue hace unos días con Maria y Raquel. Le responde con una sonrisa.
- Ok. ¿sigues teniendo el mismo número de móvil?
Alba le indica que si con la cabeza y el sonríe abiertamente.
- ¿Te llamo y quedamos?. Le pregunta sin ningún tipo de disimulo. - Tenemos mucho de que hablar.
Alba, duda durante un instante, pero luego le dice que si y se despiden de el. Maria se marcha con Kim Garan en su coche y Goo Soo se va con Raquel.
Park acompaña a Alba hasta su coche y arranca el vehículo. La noche es muy cálida y el centro de la ciudad de Seúl, está muy concurrido. No hay mucha circulación a esas horas, pero si gente que pasea o simplemente vuelve a sus casas después de una velada de ocio. Park, no dice nada durante los minutos a solas en el vehículo. Alba contempla el paisaje urbano, que no deja de sorprenderla por las miles de luces que iluminan el centro de la ciudad. Seúl es una ciudad preciosa de noche. Esta tan sumida en sus propios pensamientos, que no se da cuenta de que Park la observa con curiosidad de vez en cuando. Le gustaría que ella le diera algún tipo de explicación, pero no se siente con el derecho a preguntarle nada. Aunque no sabe porqué, hay algo que le molesta. Unos minutos mas tarde, llegan a la puerta del hotel y Park se baja del vehículo para acompañarla hasta el ascensor. Cuando están junto a las puertas, Alba presiona el botón de llamada y pocos segundos después las puertas del ascensor se abren y ella entra mientras le da las gracias por acompañarla. Park detiene las puertas que están a punto de cerrarse y se cuela dentro. Alba lo mira extrañada.
- ¿No piensas decirme nada?
- Sinceramente, en este momento, no sé que quieres que te diga, le dice ella.
Park Hye, parece impacientarse. - Sé que no tengo derecho a preguntarte nada. Le dice mientras la mira, directamente a los ojos. – Pero, me gustaría saber...¿De que conoces a Lee?.
Alba lo observa durante un instante, incapaz de resistirse a su mirada, que la perturba. En esos momentos, el ascensor se detiene y se abren las puertas. Alba sale al pasillo, seguida por el. Se gira y lo mira directamente a los ojos.
- Tienes toda la razón, le dice seria. – No tienes derecho a preguntarme nada.
Park la ve alejarse por el pasillo, detenerse frente a una puerta, abrir y entrar. Sin mirarlo ni una sola vez. Dejándolo sumido en un mar de sensaciones que ni el comprende, pero que le queman las entrañas. 
FIN DEL SÉPTIMO CAPITULO

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