CAPITULO NOVENO
Maria y Raquel se detienen un momento en la puerta de Alba y llaman con cuidado. Nadie contesta, por lo que las dos suponen que su amiga no ha regresado. Mientras caminan hacia el ascensor, deciden que la llamaran por teléfono un poco mas tarde. Cuando llegan abajo, se dirigen a la cafetería del hotel. Sentados a la barra, están Goo Soo y Kim esperándolas. Las saludan cuando llegan con una inclinación y les ofrecen asiento junto a ellos. Durante algo mas de media hora, permanecen allí, y charlan mientras se toman una copa de vino. Después, se van todos juntos hacia el restaurante de Sunah. Cuando llegan al local, Sunah los recibe en la puerta saludándolos y los acompaña hasta el reservado en el que estuvieron la vez anterior. Las dos parejas hablan animadamente durante toda la velada y nuestras amigas se divierten con las anécdotas que les cuenta Kim sobre su trabajo. Cuando la cena ha llegado a su fin, entra Sunah y se sienta con ellos para tomarse junto a todos una copa de despedida.


Sunah, se va a marchar durante unos días a la costa para pasar unas cortas y tranquilas vacaciones. Durante el tiempo que ella esté fuera, Goo Soo se hará cargo solo de su hija y espera que puedan aprender mutuamente a conocerse.
Cuando deciden marcharse del local, todo el grupo de amigos se despide de Sunah deseándole un feliz viaje y Goo Soo se queda algo rezagado para despedirse con mas intimidad de su hermana. La besa en la frente y promete llamarla todos los días. Sunah, por su parte, le da las últimas indicaciones con respecto a la pequeña Neul.
- No te preocupes, le dice Goo Soo, - cuidaré de ella.
- No me preocupa eso, sé que lo harás bien.
- ¿Qué te preocupa entonces?
- El abuelo regresa de Busan en unos días. Le dice a modo de explicación, mirando a su hermano a los ojos.
- No te preocupes por eso, hablaré con el cuando llegué. Además, estoy buscando una casa.
Sunah sonríe a su hermano.
- ¿crees que no la aceptará?...¿es eso?. Le pregunta nerviosa.
Goo Soo mira a su hermana y tarda unos segundos en contestar.
- No. Estoy seguro que aceptará a la niña. Pero quiero empezar una nueva etapa en mi vida, y creo que lo mejor, es que la empiece creando un hogar junto a mi hija.
- No te lo va a permitir. Ya sabes como es...Si acepta a Neul, no querrá deshacerse de ella nada mas conocerla.
Goo Soo observa a su hermana y puede ver la preocupación en su rostro. Le sonríe.
- Descansa durante estos días. Disfruta de la playa. Cuando regreses, Neul y yo te estaremos esperando.
Le da de nuevo un beso en la frente y se marcha.
En la acera, junto a la entrada del restaurante, Maria, Raquel y Kim están esperando a Goo Soo. Cuando sale, Kim Garan, habla con su amigo en coreano y los dos hombres se despiden. Maria se marcha con Kim y Goo Soo toma a Raquel de la mano y la acompaña hasta su vehículo.
- Te acompaño hasta el hotel, le dice mientras le abre la puerta para que se siente.
Raquel, no dice nada, toma asiento y se marchan en dirección al hotel.
Durante el camino, Goo Soo cuenta a Raquel sus planes y le pide si puede acompañarlo a ver casas. Raquel acepta de buen grado, contenta de que el la incluya en sus planes inmediatos.
* * *
Maria y Kim están tomando una última copa en la cafetería del hotel.
- ¿Has pensado lo que te dije?, le dice el de improviso.
Maria lo observa detenidamente y sonríe.
- Si te refieres a quedarme en Seúl...
Kim la interrumpe poniéndole un dedo sobre los labios, mientras la mira a los ojos.
- Ya se que me dijiste que no vivías del aire. Le dice bajito acercándose a ella. – Pero te dije que eso no era problema...
Maria le sonríe mientras lo mira detenidamente. No quiere darle una contestación definitiva. Tampoco sabe como debe contestarle para que el no se moleste. Cuando él aparta el dedo de sus labios le dice:
- Necesito tiempo...
- No quiero apremiarte. Pero deseo saber que es lo que piensas.
Maria tarda unos segundos en contestar, mientras Kim no aparta la vista de sus ojos.
- Necesito tiempo...Le dice de nuevo, mientras agacha la cabeza, incapaz de seguir mirándolo.
- Eres una mujer maravillosa. Me gustas...y lo sabes. No deseo perder algo que creo he encontrado. No te inquietes por el futuro. Ni la forma en la que vas a ganarte la vida si te quedas aquí. Yo te ayudaré. Le dice con ternura.- Pero por favor...por favor...no te marches.
Maria se mueve inquieta en su asiento. Le conmueven sus palabras. Su suplica. Cuando planeó este viaje, nunca se le ocurrió la idea de quedarse a vivir en Corea y mucho menos, al lado de un hombre como Kim. Sus sentimientos hacía el son mas que evidentes, pero el quedarse en Corea, supone muchos cambios en su vida y no sabe hasta que punto está dispuesta a asumirlos y enfrentarlos.
Kim Garam le toma una mano y se la lleva a los labios. Le da un cálido beso y le sonríe.
- No quiero presionarte, pero...piénsalo. Le dice con una inmensa ternura.
* * *
Alba está tumbada en la cama junto a Park. No dice nada, aunque no lo mira, sabe perfectamente que el no está dormido. No puede evitar pensar en lo que acaba de suceder y se siente intranquila. De repente, siente como él se levanta y comienza a vestirse. Se gira para mirarlo y sus miradas se encuentran. Park Hye Jin la observa durante un instante y continua vistiéndose, sin decir nada. Alba se incorpora, sentándose. Necesita respuestas.
- ¿Te marchas?, le pregunta con un hilo de voz.
El termina de vestirse y la mira a los ojos.
_ Si. Mañana tengo que madrugar, me voy a Tokio. El grupo tiene un concierto el sábado.
Cuando el se acerca a la puerta para salir ella le pregunta casi en un susurro:
- No me habías dicho nada... ¿vas a estar muchos días fuera?...¿Y ahora...?
Alba no termina la frase. No quiere acosarlo con sus preguntas. Park se vuelve para mirarla.
- ¿Ahora?...no lo se, le dice mientras la mira profundamente a los ojos. – Voy a estar fuera una semana.
- Te marchas y...¿ vas a dejar las cosas así?. Creo que deberíamos hablar antes de que te marches.
De improviso, Park se siente inquieto y es incapaz de seguir mirándola.
- Hablaremos a mi vuelta. Le dice elevando un poco la voz.
Alba puede percibir que algo no va bien. No entiende sus reacciones y se siente frustrada. Le gustaría poder hablar abiertamente con el. Exponerle sus inquietudes. Pero intuye que en ese momento, él solo quiere marcharse. Le duele su reacción y mas aún su propia debilidad. Agacha la cabeza y cierra los ojos. Oye la puerta abrirse y cerrarse al instante. Se tumba en la cama sin abrir los ojos y hunde su cara en la almohada. Poco a poco su desesperación gana terreno y comienza a llorar en silencio. Durante unos minutos, deja fluir sus lagrimas. De repente, siente que alguien le acaricia el pelo y se vuelve envuelta en lagrimas. Park Hye la contempla en silencio, mientras sigue acariciándola y le seca las lagrimas con las manos. Se inclina sobre ella y le roza los labios con los suyos. La mira profundamente a los ojos. Alba se hunde en sus hermosos ojos color café y se estremece entera. Park Hye se levanta y se dirige de nuevo a la puerta. Antes de salir le dice sin mirarla:
- Te llamaré. .
 
 
 
* * *
Los últimos diez días, nuestras amigas han estado muy ocupadas. Han visitado distintos lugares de Seúl y disfrutado de algún espectáculo junto a Goo Soo y Kim Garam. Maria y Raquel, están preocupadas por su amiga Alba, sobre todo desde que Kim dijo una tarde en la que todos estaban reunidos en su casa, que Park se había quedado en Tokio, pero que su grupo había vuelto a Seúl. Desde entonces, han pasado tres días, en los que Alba no ha salido apenas de la habitación.
Desde que Park se marchó, Alba no ha recibido ni una llamada de el. Nada. Al principio, pensó que estaría muy ocupado. Después, se dio cuenta que si hubiera sido al revés y fuera ella la que quisiera oírlo, no habría forma humana que se lo impidiera. Para hacer algo, solo se necesita voluntad de llevarlo a cabo.
Goo Soo ha comprado una pequeña casa con jardín, muy cerca del restaurante de su hermana Sunah. Raquel lo ayudó a decidirse y desde entonces, lo ayuda a decorarla; por lo que muchos días, sus amigas apenas la ven. Maria por su parte, pasa cada vez mas tiempo con Kim y los dos se han vuelto inseparables. Tanto es así, que ya las primeras revistas del país, especulan sobre quien es la desconocida extranjera que lo acompaña a todas partes.
Hoy, ha amanecido un día lluvioso en Seúl. Nuestras amigas se han visto en el desayuno. Raquel les ha comentado en el transcurso del mismo, que va a pasar el día con Goo Soo y la pequeña Neul en la nueva casa. Ayudando a Goo Soo a hacer el traslado. Maria ha quedado con Kim para pasar el día. Alba no quiere interferir en los planes de sus amigas, por lo que ha declinado la invitación de ambas para que las acompañe. Ha decidido que se irá a ver una galería de arte y pasará el resto del día tomando fotos del centro de la ciudad. Se despide de sus amigas y se va a su habitación para recoger su bolso. Nada mas entrar, le suena el teléfono. Antes de contestar observa quien la llama. Es Lee Sun In, que se ha tomado el día libre y la invita a pasarlo con el. En un principio, está tentada a declinar su invitación, pero se lo piensa mejor y decide aceptarla. Lee Sun la recoge en el hotel a media mañana y se van juntos a ver la galería de arte contemporáneo, que tenia previsto visitar Alba. Luego se marchan a callejear por el centro de la ciudad y Lee le enseña algunos lugares muy pintorescos. Conforme avanza el día, Alba se siente mas animada. Lee Sun está pendiente de ella, lo que hace que de vez en cuando y observando pequeños detalles, recuerde la época que pasaron juntos en Barcelona. Comen en un pequeño restaurante del centro que se encuentran a su paso.
- Estas muy pensativa. ¿te ocurre algo?, le dice él con una media sonrisa encantadora, cuando están terminado de comer. – Debería ser yo el taciturno, después de todo, me diste plantón.
 
Alba lo observa durante un instante y se pone muy seria recordando el motivo. Seguido, cambia el gesto de su cara por una tímida sonrisa y le dice:
- No me ocurre nada. Solo pensaba en las vueltas que da la vida.
- Te conozco...algo te preocupa. ¿Qué es? Acaso...que tus amigas están muy ocupadas con sus amigos y ya no disfrutáis de tanto tiempo juntas.
- No. Maria Y Raquel se merecen ser felices y estoy contenta por ambas.
Lee Sun la observa detenidamente. La conoce lo suficiente para saber, que algo la preocupa pero que no está dispuesta a contárselo. Así pues, decide cambiar de conversación.
- Me gustaría que me acompañaras a mi apartamento antes de llevarte al hotel, le dice, - Quiero mostrarte algo.
Alba le sonríe y le hace un gesto asintiendo con la cabeza. Salen del restaurante y cuando llegan a la entrada del edificio de apartamentos, Alba siente que algo le oprime el estomago. Por un momento, había olvidado que Lee Sun vive en el mismo edificio que Park. Al entrar en el apartamento de Lee, ambos se descalzan, pero ninguno se coloca las zapatillas que hay en la entrada. Lee Sun desaparece por una de las puertas, mientras Alba, se dedica a curiosear por el gran salón. No puede evitar una sonrisa al comprobar que Lee Sun tiene en una repisa de la librería, una fotografía de los dos juntos, que se hicieron en las ramblas de Barcelona. El apartamento de Lee, está algo desordenado, aunque es fácil darse cuenta al echarle un simple vistazo, que está decorado con gusto y es muy cómodo.
- Como él, piensa mientras se le escapa una sonrisa.
Lee Sun regresa pasados un par de minutos con una caja pequeña de madera en las manos. Se sienta en uno de los sillones del salón, e invita a Alba a sentarse a su lado. Abre la caja y le muestra el contenido. Alba no puede evitar reírse abiertamente. La caja está llena de fotografías de ambos, que los dos miran poco a poco, deteniéndose de vez en cuando en alguna, mientras comentan cosas del pasado.
- ¿qué nos pasó?, le pregunta Lee de pronto.
- Que yo sepa...que te fuiste y no te acordaste de llamarme. Le dice mientras sonríe y sigue mirando una de las fotos.
Lee Sun no puede evitar una carcajada al escuchar su franqueza.
- Lo siento...de verdad.
- Yo también. Pero eso es agua pasada. Somos amigos. Le dice mirándolo de frente.
- Me gustaría ser algo mas que eso...
Su voz ha sonado muy bajito, pero Alba lo ha oído perfectamente.
- Voy a estar aún unos días en Corea. Luego, me marcho a Barcelona. Recordemos nuestra amistad y una época feliz. Nada mas. Le dice segura.
- Una época feliz...¿fuiste feliz conmigo?, le dice mientras le sonríe con los ojos y los labios.
Alba lo observa durante un instante. .- Sabes que si.
- Entonces...¿porqué no volvemos a retomarlo donde lo dejamos?
- En este momento...no estoy preparada para comenzar una relación de nuevo. Le dice mientras deja la foto en la caja y se pone de pie, paseando de nuevo por la estancia, curioseando.
- ¿Qué tienes con Park?...le pregunta, dejándola clavada en el sitio.
Alba tarda unos segundos en contestar...sin mirarlo.
- Nada...somos amigos.
Lee Sun sonríe observándola.
- No sé porqué...pero no te creo.
- Es tu problema.
- No me gusta Park. Le dice de improviso, dejándola sorprendida por la afirmación.
- Creo que a el, tampoco le haces mucha gracia tú, le dice mientras sonríe.
Lee Sun se ríe abiertamente.
- Siempre me ha gustado tu franqueza.
- Me conoces lo suficiente para saber que me gustan las cosas claras. Cristalinas.
- Si. Pero al mismo tiempo, eres muy ingenua, le dice serio.
- Jajajajajaja...nunca creí que alguien me podría tachar de ingenua.
- No es un defecto, pero si una debilidad.
Alba deja de reírse y lo mira directamente a los ojos.
- Ya no soy la persona que conociste hace unos años Lee.
- Eso... ya lo se. Estas diferente. Le dice comiéndosela con los ojos. – Pero sigues siendo la misma mujer sensible e ingenua, que se esconde en una burbuja.
- Alba lo observa durante unos segundos.
- ¿Nos vamos?, le dice, dando el tema por zanjado.
Lee Sun, aprieta el botón de llamada de los ascensores. Instantes después uno de los ascensores llega al piso donde se encuentran y se abren las puertas. En el interior, cargado con una pequeña bolsa de viaje, gafas oscuras y vestido de manera informal, se encuentra Park, que los observa a ambos, sorprendido. Lee Sun se retira a un lado para dejarlo salir, mientras Alba intenta no mirarlo.
- Hola Alba. Le dice con una voz muy sensual que la hace estremecerse de arriba abajo.
Lee Sun toma a Alba por la cintura con una de sus manos y suavemente la empuja al interior del ascensor. En ese momento, Park la sujeta con firmeza por el brazo, obligándola a detenerse. Alba hace un tímido movimiento e intenta zafarse de el. Lee reacciona de inmediato y con firmeza, seguro, retira la mano de Park. Ambos hombres se observan durante un instante. Alba los mira a los dos. Se siente incomoda. Lee Sun sube al ascensor a su lado, mientras Park los mira a ambos. Antes de que las puertas del ascensor se cierren de nuevo, Alba mira directamente a Park y le dice:
- Hola Park. Espero que disfrutarás de tu viaje.
Park se quita las gafas y la mira directamente a los ojos.
- Solo ha sido trabajo.
- Que extraño, creí oír que tu grupo regresó hace tres días. .
Park la mira intensamente, sin importarle lo mas mínimo que Lee esté presente. Ignorándolo completamente. Con verdadera pasión...¡Con rabia!.
- Mi grupo terminó su trabajo. Yo...No.
- Creí entender que volvías en una semana...¿No hay teléfonos en Tokio?, pregunta sarcástica.
Park la observa serio. Sin retirar su mirada de ella. Intentando leer en el fondo de sus ojos. Lee Sun presiona el botón del ascensor y las puertas se cierran lentamente...
Alba está apunto de meterse en la cama. Acaba de salir de la ducha. Lleva el pelo mojado, pero se siente demasiado cansada para secárselo. Esta envuelta en una toalla y camina descalza por la habitación, mientras intenta secarse el pelo con una toalla pequeña. Es muy tarde, cerca de la una de la mañana. Al llegar al hotel, estuvo hasta hace apenas veinte minutos con sus dos amigas en la habitación de Maria. Sus amigas le contaron sus andanzas durante el día y ella las suyas, al igual, que su encuentro con Park. Antes de despedirse, Maria le pidió prestada su blusa rosa, y quedó en que se la recogería por la mañana, cuando se levantaran. Pone la televisión muy bajita. No quiere molestar a nadie. Se sorprende de que en ese momento están echando en la televisión un programa de música y mas aún, cuando se da cuanta, que el grupo que está en la pantalla es Star Victory 5 . Se pone delante de la televisión, y busca entre el grupo a Park. No tarda en descubrirlo. Durante unos minutos, lo observa cantar y bailar al ritmo de la música. Mientras, se seca un poco el pelo con la toalla, intentando quitar el exceso de agua. En ese momento, llaman a la puerta. Piensa que es Maria, que ha cambiado de opinión y viene a por la blusa ahora. Se dirige a la puerta sin mirar, con la cabeza agachada, y el pelo cayéndole por delante, mientras continua secándolo. Abre y sin mirar, se da media vuelta.
- Pasa Maria, ahora te buscó la blusa rosa. Creí que habías dicho que vendrías mañana por ella.
Oye la puerta cerrarse. Se echa el pelo para atrás y deja la toalla húmeda con la que se secaba el pelo, sobre la cama. Se dirige al armario y busca la prenda de ropa. Cuando se vuelve con la blusa en la mano se encuentra de frente a Park. Está justo a su lado. Lo tiene tan cerca, que huele su aroma y se sobresalta al verlo. La blusa cae de sus manos al suelo. Park se agacha y la recoge, dejando la prenda sobre la cama.
Alba lo observa, inquieta. Siente un escalofrío que le recorre el cuerpo entero y nota como su cara se va poniendo roja. El la mira despacio, detenidamente. Sin ningún tipo de pudor o vergüenza. Extiende la mano y le acaricia la mejilla, retirando de ella una gota de agua que le cae desde el pelo.
- No podía dejar de venir a verte. Quería sentirte. Quería...escuchar tu voz. Le dice a modo de explicación, aunque ella no le ha dicho nada.
Alba se arma de valor y mirándolo a los ojos fijamente le dice:
- Yo, no quiero verte. No quiero escuchar tu voz. No quiero...
Sus palabras han muerto en sus labios sin pronunciarse. Una intensa sensación de calor se apodera de ella. Se escapa de su lado, evitando de ese modo que el la siga acariciando.
- ¿No había teléfono donde estabas?...¡Vete!. Le dice en un susurro, sin volverse, mientras se dirige a la puerta y la abre.
Park se acerca hasta ella y cierra de nuevo la puerta. Despacio, pero con firmeza. La mira a los ojos y Alba se siente morir de nuevo. Perdida en la profundidad de sus hermosos ojos color café, que tanto la intimidan y perturban. El Intenta tocarla en el hombro. Acariciar su cuerpo, que casi está desnudo.
Alba se estremece solo de intuirlo, pero se aparta de inmediato, retrocediendo un paso. Otro...Otro...hasta que su espalda se topa con la pared. Incapaz de seguir retrocediendo, se queda parada sin apartar la vista de el, que se acerca despacio, acortando la distancia que los separa. Park extiende los brazos y apoya las palmas de las manos en la pared, a ambos lados de su cuerpo, creando una pequeña prisión que la impide moverse. Acerca lentamente la cara hasta su mejilla y le da un beso. Tierno. Dulce. Cálido. Rozándola apenas. Alba se abraza el cuerpo a si misma, intentando que el la toque lo menos posible. Como si ese pequeño gesto pudiera protegerla. No deja de mirarlo a los ojos. Siente que está apunto de llorar y se enfada consigo misma. El la observa durante un instante. Se acerca de nuevo y le roza con la lengua los labios. Con ternura. Juguetea con ellos. Los humedece. Poco a poco se abre camino y se introduce en su boca. Alba no le devuelve la caricia. Solo se deja hacer, mientras las lagrimas empiezan a caer por sus mejillas. En silencio. Lo siente cada vez mas apasionado, como si tuviera necesidad ella. Como si una fuerza superior lo atrapara dentro de su boca. Apremiándolo para tomarla entera. Intentado robarle el alma si eso fuera posible.
De pronto, se aparta un poco y la mira a los ojos. Se detiene un instante y la observa. Con ternura. Seca con una mano la lagrima que se desliza por su mejilla, se da media vuelta, abre la puerta y sale, cerrando tras el.
* * *
A la mañana siguiente, Alba se levanta temprano y baja al comedor a desayunar. Cuando llega al salón, sus amigas están terminado. Antes de sentarse con ellas, coge una bandeja con un poco de fruta, unas tostadas, mantequilla, mermelada de fresa y un café solo. Toma asiento junto a ellas y le cuentan sus planes para hoy. Raquel y Maria van a pasar el día juntas, ayudando a Goo Soo con los últimos retoques de la casa nueva. Kim Garam tiene una rueda de prensa a media mañana y después una comida con un productor, por lo que hoy Maria no va a verlo. Sus amigas le dicen que las acompañe y así verá la nueva casa de Goo Soo y de paso, tendrán otro punto de vista sobre la decoración de la vivienda. Alba acepta encantada la propuesta de sus dos amigas y después de desayunar, las tres salen del hotel en dirección a la casa. El día está triste y lluvioso, pero hace una temperatura muy agradable. Se detienen en un semáforo junto a otros muchos peatones para cruzar una gran avenida. Al otro extremo de la misma, se encuentra la parada de metro que deben tomar. Raquel y Alba hablan animadamente un poco rezagadas, mientras Maria, que va la primera, ojea un plano de Seúl, leyendo al mismo tiempo algunas reseñas. El semáforo cambia a verde para los peatones y Maria distraída, baja de la acera y avanza dos pasos sobre el asfalto, sin darse cuenta que algunos vehículos, continúan pasando. En ese momento, Alba y Raquel la miran y casi de inmediato, y sin poder decir ninguna de las dos nada, un coche pasa rápido y se lleva a Maria por delante, arrastrándola unos metros antes de detenerse. Raquel y Alba dan un grito al mismo tiempo y corren junto a su amiga, que yace en el suelo, inconsciente, cubierta de sangre y mojada por la lluvia. Un grupo de personas se agrupa alrededor.... .





FIN DEL NOVENO CAPITULO

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