CAPITULO OCTAVO
Park Hye Jin, Kim Garam Yo y Goo Soo se reúnen después de dejar a las chicas, en un local de copas del centro de Seúl. Los tres amigos, están sentados en un reservado alrededor de una mesa baja y comparten unas botellas de soju. Kim Garam, explica a sus amigos que Maria lo atrae mucho y que siente por ella un cariño muy especial. Goo Soo, lo escucha atentamente mientras apura un vaso de soju.

- Es una mujer increíble, les dice - simpática, divertida, encantadora y muy tierna.

Está claro al escucharlo, que Kim ha empezado a sentir algo por María. Todas sus palabras son de elogios hacia ella. Habla de ella con ternura, como si pensará en voz alta. Goo Soo sonríe al oírlo.
- Creo que te has enamorado, le dice.
Kim sonríe a su amigo. Su mirada es casi una confirmación de las palabras de Goo Soo.
- Las tres son encantadoras. Le dice mirándolo – y muy guapas.

- Si, son encantadoras. Nunca pensé que después de pasarme varios años en Barcelona, fuera en el avión de vuelta a mi país, donde conocería a una mujer como Raquel.
Park, asiste a la conversación en silencio, sumido en sus propios pensamientos. Serio. Sin apartar la vista de un punto indeterminado y sin dejar de beber un vaso tras otro de soju. Sus dos amigos lo observan durante unos segundos y luego intercambian miradas.
- ¿Qué te preocupa? Le dice Kim Garam. – Algo te tiene preocupado...¿Qué es?.
- Nada en particular, les dice a ambos, intentando sonreír .
- Te conozco perfectamente. Algo no te deja parar por dentro.
Park Hye, observa a su amigo y sonríe abiertamente.
- Nada...No logro quitarme de la cabeza a Alba. Pero no va a pasar de ahí.¡No debe pasar de ahí!. Les dice a ambos mientras apura otro vaso de soju.
Sus palabras parecen mas bien una suplica. Al escucharlo, da la sensación de que Park mantiene una lucha interna, entre su corazón y su mente.
- Siempre has mantenido a las mujeres alejadas de tu corazón, y lo has conseguido. Pero me da la sensación de que esta vez, no va a resultarte tan fácil. Le dice Goo Soo observándolo.
Park Hye lo mira y se ríe.
- Puedes estar seguro de que lo haré. Debo hacerlo. Dice como intentando convencerse a si mismo.
- Creo que esta, ya se ha instalado en él y ni te has percatado de ello.
- Me atrae mucho. Me siento muy bien a su lado. ¡Me gusta!, dice con convicción – Pero no puedo permitirme el lujo de tener nada con nadie en este momento. Ahora no.
- ¿Ella lo sabe?, pregunta Kim.
- Saber...¿el qué?
- Que no quieres nada serio con ella.
Park, bebe otro sorbo de su vaso...
- Si.
- ¿y?
Park, deja el vaso vacío sobre la mesa y de nuevo parece mirar al infinito, sin ver nada.
- No lo se, dice apenas en un susurro. – Me molesta su actitud.
- ¿y que esperabas?... ¿qué te diera encima las gracias?
- No se que esperaba. ¡Odio cuando parece ignorarme!. Y lo de esta noche...
Goo Soo sonríe abiertamente a su amigo.
- Tú estas celoso.
Park lo mira durante un instante y se ríe.
- Aún no ha nacido la mujer que me ponga celoso a mi. ¡Bebamos!, les dice mientras llena los vasos.
Cuando toma de nuevo su vaso, no puede evitar sumirse en sus propios pensamientos, mientras sus amigos, lo contemplan incrédulos.
- Park Hye, no cederá ante nada ni nadie. Piensa, apurando el soju. – Pero...¿porqué demonios no puedo quitármela de la cabeza?. ¿porqué me molesta su indiferencia?
 
 
 
* * *
Alba está sentada sobre la cama de su habitación, sola. Sus amigas hace rato que se despidieron de ella y se fueron a dormir, no sin antes comentar el inesperado encuentro con Lee Sun.
Sobre la cama, a su lado, tiene su bolso. Extrae la cartera y saca de ella una foto. La observa durante unos minutos...
La foto, es de ella y de Lee Sun In. Están abrazados, sonriendo a la cámara y tienen de fondo una playa. Sus pensamientos se van casi sin darse cuenta hasta hace poco mas de un año, cuando se tomó la foto. Recuerda con nitidez, cada detalle de ese día, cada palabra que le dijo, cada sonrisa. Sonríe casi sin darse cuenta...
Hace unos tres años, Alba conoció por casualidad a Lee Sun In, en una reunión con unos amigos. Desde el primer momento, se gustaron y casi seguido, empezaron a coincidir en mas reuniones, hasta que finalmente, empezaron a salir. Solo como amigos al principio. Iban al cine, exposiciones de arte, a algunas reuniones; incluso lo acompañó en cierta ocasión a una charla sobre diseño. Después, su amistad se hizo mas intima y para cuando se quiso dar cuenta, estaba enamorada de el. Durante casi dos años, fue inmensamente feliz. Lee Sun la llenaba de atenciones y la mimaba hasta el extremo.
Hace mas o menos un año, Lee Sun le dijo que abandonaba la ciudad y se volvía a su país. En su futuro inmediato no entraba ella, y se marchó dejándola sumida en una profunda tristeza. No se despidieron mal, tampoco quedaron en nada en concreto, pero desde entonces, no había recibido ni siquiera una llamada de teléfono. Fue mas o menos por entonces cuando empezó a entrar mas en FB y conoció a sus amigas. Ellas la animaron desde el primer momento y les abrió su corazón, compartiendo con ellas toda su tristeza.
Maria y Raquel, habían sido su apoyo y la ayudaron con sus comentarios y ocurrencias a salvar ese pequeño bache de su vida.
Ahora, un año mas tarde, el pasado...volvía a mezclase con el presente.
- Que pequeño es el mundo, piensa mientras mira la foto – Que injusta la vida a veces...Una persona puede sentirse morir de tristeza. ¡Agoniza!....poco a poco.
Maria le dijo en cierta ocasión...
- Si quieres gritar...¡grita!...si quieres llorar...¡llora!, pero no te lo guardes dentro...
Recoge de nuevo la foto en la cartera y se mete en la cama. Intenta conciliar el sueño, pero no lo consigue, dándole vueltas a mil cosas en la cabeza. Para cuando se duerme, son mas de las 4 de la madrugada.
* * *
A la mañana siguiente, después de asearse y desayunar, nuestras tres amigas han tomado la línea 3 del metro hasta Anguk. Van a la calle de Insadong que une la rotonda de Anguk, muy cerca del palacio de Gyeongbokgung con Tapgol Park. Es un punto estratégico
para el visitante, ya que desde allí pueden desplazarse a lugares como los palacios de Gyeongbokgung, Changgdeokgung, el mercado de Namdaemun, las puertas de Namdaemun y Dongdaemun, el templo Jogyesa, Tapgol Park, el Museo Folklorico Nacional de Corea, el pabellón de la campana Bosingak o el arroyo de Cheonggyecheon, entre muchas otras cosas.
Quieren visitar alguno de estos lugares y después de bajarse del metro, van a pie.
El día ha salido muy luminoso y despejado, por lo que a nuestras amigas no les importa pasear, al mismo tiempo que visitan la zona de Anguk. Durante unas horas, entran en las distintas tiendas de antigüedades, que hay en la calle y visitan alguna galería de arte. Se meten por una de las calles mas estrechas y descubren un pequeño café. Entran a descansar y tomar algo. Nada mas servirles el café, suena el teléfono de Alba. Esta lo coge y antes de contestar la llamada, mira quien es. Durante un instante contempla el móvil sin contestar, observando el nombre. Pasados unos segundos, se levanta de la silla y sale al exterior del local para hablar. Maria y Raquel, se imaginan quien la llama y la observan alejarse y volver pasado un minuto.
Alba se sienta de nuevo y bebe despacio su café. Sus amigas la miran. Maria, que ya no puede evitar la curiosidad pregunta:
- ¿Es él?...¿es Lee?
- Si. Quiere que quedemos para tomar algo y charlar. Le he dicho donde estamos y que lo vería a la noche, pero dice que está por esta zona, así que imagino que vendrá. Tampoco me ha dicho nada en concreto.
- Pero...piensas verlo...¿a pesar de todo?.
- No hay razón para que no lo vea y me tome un café o una copa con él. Después de todo, hemos sido pareja por casi dos años y nos despedimos como amigos.
- Creo que yo no sería capaz, dice Raquel despacio.
Alba mira a su amiga a los ojos y sonríe. Maria toma su bolso y se levanta de la silla, le da un codazo a Raquel y le dice riendo:
- Nena, tu y yo no debemos estar aquí cuando llegue. Además...me conozco, y como diga alguna tontería...¡me lo como!.
Raquel se levanta y sonríe a su amiga Alba.
- Te vemos luego.
Alba se despide de sus amigas, que la dejan sola esperando a Lee. Toma su café y pide otro que le sirven casi de inmediato. En ese momento Lee entra por la puerta del local, la busca con la mirada y le sonríe. Alba lo observa acercarse hasta ella. No puede remediar sentir una punzada en su interior.
- Aún duele, piensa mientras le sonríe.
Lee Sun, va vestido de manera muy informal, como siempre. Lleva unos pantalones vaqueros de color marrón que parecen muy desgastados y una camiseta de manga larga y del mismo color que se pega a su torso, marcando cada músculo. Alba, no puede evitar pensar, que no ha cambiado nada. Se acerca hasta la mesa y se inclina saludándola. Después, como la cosa mas natural del mundo, se acerca a ella y le da un beso cálido en la mejilla, sentándose frente a ella.
- ¿sigues bebiendo tanto café como antes?, pregunta como para romper el hielo, mientras la mira a los ojos.
- Si.
- No deberías abusar del café. No es bueno.

- El café es buenísimo, le dice con una gran sonrisa. – Lo que es malo, es abusar de él..como de casi todo.
Lee Sun la observa detenidamente, sin apartar la mirada de sus ojos.
- Estas preciosa, le dice de improviso.
Alba, siente como de pronto, una oleada de calor le sube a la cara.
- Jamás pensé que te encontraría en Seúl. Le dice sin dejar de mirarla. – Ha sido toda una grata sorpresa.
- La verdad es que este viaje fue idea de una de mis amigas. Le dice apartando la vista de él y tomando de nuevo la taza, mientras bebe.
- Hay que darle las gracias a tu amiga. Le dice sin dejar de sonreír, - Recuérdame que alguna vez lo haga.
El camarero se acerca y Lee le pide un té. Cuando se quedan de nuevo solos. Alba le pregunta:
- Bueno, cuéntame que ha sido de tu vida durante este último año. ¿Qué haces? ¿qué tal te va todo?.
- Trabajo mucho. ¡Demasiado!. Le dice sonriendo, - No tengo mucho tiempo libre y el poco que tengo, lo dedico a cosas relacionadas con mi trabajo. Hace mucho que no me tomo unas vacaciones.
El camarero se acerca de nuevo y deja el té. Lee saca su cartera y le paga las consumiciones de la mesa. Cuando el hombre se aleja Alba le dice:
- Gracias.
- Ha sido un placer. Bueno... ¿qué plan tienes para esta noche?. Me encantaría hablar contigo. Es mas.. ¡deseo hacerlo!, le dice muy despacio acercándose a ella, - Pero ahora tengo algo de prisa, y no me parece el lugar mas adecuado. Te invito a cenar. ¿Aceptas la invitación de un viejo amigo?.
Alba, no puede evitar pensar, mientras dibuja una pequeña sonrisa en la cara, que él fue algo mas que un amigo. Duda durante unos segundos y al final acepta. No sabe que van a hacer sus amigas, pero está segura que en cualquier cosa que planeen, estarán incluidos Goo Soo Y Kim. No le apetece volver a sentirse incomoda entre las dos parejas.
Lee Sun la acompaña al hotel y se despide de ella sin salir del coche. Han quedado para mas tarde y pasará a buscarla.
Cuando entra, gira la cabeza en dirección a la cafetería y descubre a Park Hye, sentado en uno de los sillones. Parece estar esperando a alguien. No entra a saludarlo y tampoco se detiene. Le sorprende su presencia. Pero en ningún momento piensa que su visita al hotel, tenga nada que ver con ella. Sube hasta su habitación, se ducha y se arregla para salir. Pone especial cuidado en hacerlo. Se esmera. Quiere estar guapa. Deseable. Por primera vez desde que esta en Seúl se pone un vestido, negro, sin mangas, atado al cuello, con el talle pegado a su cuerpo y algo de volumen en la falda. Se maquilla un poco y se suelta el pelo. Va hasta el armario y extrae unos zapatos de tacón alto, se los calza y se mira en el gran espejo. Le gusta lo que ve, pero le falta algo...Va hasta la mesilla y saca unos largos pendientes y un collar a juego. Se los pone. Vuelve de nuevo al espejo y sonríe. En ese momento llaman a la puerta.
Alba abre sin preguntar, suponiendo que son cualquiera de sus dos amigas. Ya que hace mas de una hora que la llamaron por teléfono para decirle, que habían quedado con sus chicos y la verían antes de marcharse.
Se queda de piedra, con la mano en el pomo de la puerta. Frente a ella, está Park Hye. La mira de arriba abajo. Comiéndola con los ojos. Le sonríe.
- ¿Puedo pasar?, le dice mientras la aparta con dulzura y se cuela dentro.
- Tengo prisa. .Pero Park, hace caso omiso a sus palabras y se sienta en uno de los sillones que hay al fondo de la habitación. La mira con una sonrisa, mientras ella, sorprendida, lo mira y cierra la puerta.
- Tengo prisa, le dice de nuevo, apremiándolo, para que se levante y se marche.
Pero él no está dispuesto a marcharse. Solo la observa.
Alba, da unos pasos hasta el centro de la habitación y lo mira de frente.
- No se que quieres...pero tengo prisa. Le dice de nuevo – Cualquier cosa que quieras decirme...puede esperar.
- Yo creo que no.
Le dice con una inmensa ternura y una voz muy sensual que a Alba le cala hasta el alma.
Lo contempla durante unos segundos y por fin, se sienta frente a el, sobre la cama.
- ¿Que es eso tan importante que no puede esperar?, le dice casi en un susurro. Intranquila.
- No quedes con el...No salgas con el...No podría soportarlo.
La mira a los ojos. Se hunde en ellos. Alba puede sentir el sentimiento de sus palabras. Se estremece solo de escucharlo. Se siente cada vez mas nerviosa, aunque trata de aparentar calma.
- No entiendo que es lo que me pasa contigo, pero no puedo soportar la idea de que salgas con otro hombre. Y mucho menos con Lee Sun.
Su voz es casi una suplica. Por un momento, Alba siente que algo se rompe en su interior. Entonces el se levanta, se acerca, se agacha y se arrodilla frente a ella, tomándole las manos, que cubre con las suyas, mientras las acaricia. La mira profundamente a los ojos.
- No lo hagas. Le dice en una suplica, muy despacio, casi para si, en un susurro.
Alba lo mira y no puede evitar que se le escape una lágrima. Siente sus propios sentimientos, que intentan fluir a través de esa pequeña debilidad. Él la observa y muy despacio se acerca a ella y la besa en los labios. Solo un roce. Solo la tibieza de unos labios que buscan los suyos, como un consentimiento. Al principio sin adentrarse en su boca. Dulce. Cálido. Luego, un poco mas adentro, buscando su boca, hundiéndose en ella, mientras la empuja dulcemente sobre la cama y la besa con toda la pasión de que es capaz. Robándole la vida, el corazón y el alma. Cada vez con mas fuerza, cada vez con mas pasión...Alba siente su urgencia. Su pasión contenida y siente como su propio cuerpo reacciona a sus caricias. Caliente, húmedo. Debe alejarse de el. El problema es, que en realidad no quiere hacerlo. Park irradia sexo por cara poro de su piel. Desde sus fuertes brazos, hasta la forma como se mueve sobre ella. Con una inmensa ternura, la busca, la desea, la oprime contra el, intentando de esta manera, hacerla un poco mas suya.
Alba sabe que tiene que negarse, pero su cuerpo dice otra cosa. Su sangre late cada vez con una excitación mayor.
- Tengo que irme, piensa. – Tengo que alejarme de él.
Park le sujeta las manos con firmeza, pero también con ternura, por encima de su cabeza, apoyándolas sobre la cama. Siente la tibieza de su aliento sobre su cara. La observa durante un instante, sin apartar la mirada de sus ojos. Se acerca lentamente a su boca y la besa de nuevo. Con Cariño. Con una inmensa pasión que se abre poco a poco. Suavemente. Acerca su boca a su oreja, juguetea con ella. La besa. Desciende con la lengua hasta su cuello. Desliza una mano por su cuerpo, recorriéndolo con ternura. ¡Con deseo!. Alba se mueve inquieta. Perdidos ya todos los temores, perdida ya en su propio deseo. Park busca un hueco entre su falda y mete una mano, tocando su piel. Cálida. Suave. Alba siente la palma de la mano sobre su vientre y no puede evitar un suspiro. Él, pierde poco a poco la calma y ella, la poca cordura que aún le queda. Lo observa quitarle el vestido, dejando sus pechos al descubierto. Luego, ella lo ayuda a despojarse de la ropa y los dos tendidos sobre la cama se buscan con la mirada. Él la observa desnuda, durante un instante. Ella, solo puede ver su rostro y parte de su torso desnudo. Fuerte. Musculoso. Extiende la mano y lo acaricia. No dice nada. Tampoco hace falta. Él se acerca de nuevo y la besa en la boca. Con verdadera pasión. Sin poder contenerse. Cuando sus senos tocan su cuerpo, se estremece entera. Él la besa en los pechos. Los acaricia con la lengua. Los saborea. Baja poco a poco hacia su vientre y le da un beso húmedo que la hace estremecer de nuevo.
Park tiembla por la urgencia de poseerla. Recorre con las manos, sus muslos y se detiene un instante. Alba lo apremia sin poder contenerse, para que llegue a su destino y la posea. La cubre con su cuerpo, mientras la mira a los ojos. Su miembro busca la posición correcta y entra. Poco a poco. Penetrándola.
Alba se agarra a sus brazos y se mueve con el. Suspira con el. Se complementan... .
 
 
 
FIN DEL OCTAVO CAPITULO

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