CAPÍTULO DECIMOTERCERO


Park Hye Jin tiene la mirada perdida en algún punto indeterminado del salón ¿ o solo está mirando en su interior, intentando encontrar respuestas?. Alba lo observa en silencio, intuye lo que pasa por su cabeza, pero no dice nada, solo lo observa.


Durante un interminable minuto, ninguno de los dos dice nada. Él, sumergido en sus pensamientos. Ella, solo lo contempla. De pronto, el se levanta y se dirige hacia la puerta. Antes de salir de la suite, se vuelve para mirarla. Hay fuego y rabia en su mirada.
- ¿Te marchas?, le pregunta Alba algo decepcionada.
- Necesitaba saber algo...Creo que ya se la respuesta.
Park abre la puerta y se marcha. Alba sonríe en silencio. Está segura de algo...La ama. ¿Cuánto? Ni el mismo lo sabe, pero ella tratará de dejarle las cosas claras.
En los siguientes días, Alba está muy ocupada, casi no tiene tiempo para ver a sus amigas, aunque habla con ellas por teléfono a diario y varias veces al día. No ha vuelto a saber nada de Park, aunque Raquel muy sutilmente le informa de lo que a ella le interesa.
Raquel, sincera, tierna y amable, lleva una vida tranquila, como siempre había deseado, rodeada del afecto de la familia de Goo Soo. Su abuelo, en un principio no acepto muy bien la relación, mas aún porque siguen sin casarse, pero siempre la ha tratado con respeto y ella nota últimamente, que también con afecto y cariño. Los tres suelen visitarlo varias veces a la semana y el anciano, no puede disimular lo feliz que le hace Neul. La pequeña es encantadora, como su padre. En seguida se aferró a Raquel, como si fuera su verdadera madre. Raquel comparte con ella, juegos y secretos de los que siempre hacen participe a Sunah. La hermana de Goo Soo está muy ocupada con su negocio, pero siempre saca tiempo para visitarlos, al igual que ellos a ella. A Raquel, que se ha criado sin hermanos y casi sin familia, le encanta la relación que comparten ella y Goo Soo. Al observarlos, no puede evitar a veces, sentir algo de añoranza.
Su relación con el hombre que ama no puede ser mas perfecta. Goo Soo la llena de cariño y atenciones. Se ha convertido en un excelente padre, amigo y compañero. Sigue dedicado a su trabajo y a veces, sorprende a Raquel con pequeños detalles que a ella la llenan de alegría. Esa alegría que siempre ha echado de menos en su vida y que ahora atesora como parte de ella misma. Raquel es feliz. Con esa felicidad que solo saben apreciar las personas sencillas. 
Maria y Kim Garam llevan una vida mas activa. No se separan nunca, ni siquiera mientras el tiene que salir fuera de Corea por algún compromiso profesional. Maria lo acompaña siempre allá donde valla. La prensa, ya ha dejado de hablar a diario de ellos, han pasado a no ser actualidad. Su vida privada siempre la han mantenido en secreto, muy pocas personas, saben de ella, a excepción de sus amigos mas íntimos y su propia familia. Debido a su profesión, Kim Garam debe asistir de vez en cuando a alguna rueda de prensa, evento, fiesta, Maria siempre está ahí para apoyarlo y dedicarle una de sus interminables sonrisas. Algunas veces, una revista publica una foto de ellos perdidos en una playa o paseando simplemente cogidos de la mano, intentando pasar desapercibidos. Maria ya se ha acostumbrado a este tipo de artículos y fotografías tomadas por sorpresa. No le afectan. Solo tiene ojos para el amor de su vida. Fuera de eso, su vida es como la de cualquier otra pareja en su primer año de matrimonio. Kim Garam está siempre pendiente de ella. No existe hombre mas atento, cordial, cálido y lleno de ternura para su esposa. Durante el último año, han viajado varias veces a visitar al padre de Maria, que se niega a dejar su tienda y marcharse a vivir con ellos, cosa que a veces inquieta a Maria, sobre todo debido a su edad y a lo lejos que se encuentra, pero el hombre siempre le dice lo mismo:
- Las parejas necesitan su espacio. Yo soy feliz viéndote feliz a ti, además los aviones existen para algo. No te inquietes, el día que me sienta cansado o demasiado mayor para vivir solo, me marcho a Corea. Entonces te cansarás de verme todos los días, le dice con una gran sonrisa.
María no puede menos que reírse, conoce a su padre. Es como ella.
* * *
La semana se ha pasado muy deprisa, por lo menos para alba. Metida de lleno en la preparación de la presentación de su libro y en interminables reuniones con los editores que presentaran su novela al público coreano, casi no se ha dado cuenta de que ya es sábado. Además, ha tenido que acudir varias veces a la embajada española. El embajador, un hombre muy amable y correcto, le ha dado detalles de la fiesta que se va a celebrar con motivo de la presentación del libro y a la que acudirán buena parte de las personas mas representativas de la cultura Coreana. La fiesta y el éxito de su libro, van a ser las excusas perfectas para abrir un mercado en expansión. Las relaciones internacionales siempre se agarran a eventos de este tipo para crear lazos entre países. “Que la trama de su novela se lleve a cabo en Seúl y que el libro haya tenido un gran éxito de ventas y criticas, es algo que no se debe dejar pasar”, palabras textuales del embajador.
Alba, no ha tenido mucho tiempo libre, ni para hacer algo de turismo por el país que siempre la ha seducido, ni para visitar a sus amigas. Se levanta muy temprano y llama por teléfono a Maria y luego a Raquel, queda con ellas en el salón donde va a tener lugar la presentación esa misma tarde. Se asea y se viste de manera informal pero elegante. No baja a desayunar, prefiere que le suban un café y unas tostadas. Quiere terminar de dar los últimos retoques a su pequeño discurso y sobre todo, necesita tranquilidad para poder afrontar las próximas horas del día. Aún no se ha acostumbrado a la notoriedad y está algo nerviosa. 
Desayuna y se sienta delante de su pc para contestar a los correos que le envían. A media mañana, llama a Lee Sun In, quiere saber si puede acompañarla a la presentación del libro y a la fiesta que tendrá lugar después en la embajada. Lee Sun, atento como siempre, se muestra encantado de poder ser su pareja por unas horas. Pasará a recogerla al Hotel.
En las siguientes horas, Alba no sale de su habitación. Ni siquiera para comer, no tiene hambre. Prepara con cuidado la ropa y complementos que llevara en la presentación y en la fiesta. No sabe si la persona que le interesa, dejará sus reticencias a un lado y acudirá a los dos eventos a los que está invitado, pero quiere estar segura de que no apartará la vista de ella. Necesita mostrarse deseable y quiere vestirse como si solo él fuera el único invitado y el único hombre que pudiera verla.
Lee Sun llega puntual a recogerla. Lleva el pelo recogido hacia atrás con un cordón negro, gafas de sol oscuras, vestido de manera informal pero elegante, se sorprende cuando ella le abre la puerta. La recorre con la mirada de arriba abajo y sonríe abiertamente. Alba, Lleva un pantalón negro de gasa, con mucho vuelo, tanto que parece una falda larga, una blusa blanca estilo coreano que se ciñe a su cintura, marcando su hermosa figura. Unas sandalias negras con un tacón muy fino, pendientes de plata vieja largos y un collar haciendo juego. Su larga melena rubia, la lleva peinada hacia un lado. No va apenas maquillada, pero está preciosa.
- ¿A quién intentas impresionar?
Alba agradece su cumplido encubierto con una sonrisa. No responde a sus palabras. Tampoco hace falta.
En el salón de actos del centro de Seúl, hay mucha gente. Invitados relacionados con la literatura, las amigas de Alba con sus parejas, Sunah, críticos literarios, editores, y sobre todo, mucha prensa acreditada. Alba tiene que separarse pronto de Lee Sun, ya que la reclaman en la tribuna. Él se queda junto a sus amigas y conversan mientras tiene lugar la presentación. Durante el transcurso de la misma, Alba no puede evitar intentar descubrir con la mirada entre los asistentes a Park Hye, pero no lo ve por ninguna parte. Se decepciona, aunque se concentra en lo que está haciendo y a pesar de que el evento se alarga mas de la cuenta, no pierde los nervios en ningún instante. Cada vez está mas segura rodeada de tanta gente. Después de la presentación, se queda firmando libros, mientras sus amigos la observan. Maria, Raquel, Kim Garam, Goo Soo y Lee Sun se acercan hasta ella para felicitarla. Alba les escribe unas palabras de afecto en la primera página de la novela y les regala un libro a cada uno. Sus amigos se alejan hasta un rincón del enorme salón mientras esperan a que termine.
Alba, continua firmando libros y pasados unos minutos, alguien le coloca uno frente a ella para que lo firme. Los fotógrafos que cubren la noticia de la presentación se agolpan en ese momento, aun mas si cabe, alrededor de ella y no cesan de hacer fotos. Cuando levanta la cabeza para mirar a la persona a la que debe dedicarle el libro y que parece levantar la curiosidad de los periodistas, ve a Park Hye que la observa con detenimiento. No aparta su mirada de ella, durante unos segundos, no dice nada, luego la felicita y espera a que ella le firme el libro.
Alba se pierde durante unos segundos en sus hermosos ojos color café. Su corazón late mas deprisa y siente un estremecimiento que le recorre la espalda. Aparta los ojos de él y se centra en escribir en el libro. Luego lo cierra y se lo ofrece.
- Gracias, le dice casi en un susurro, para que solo los dos puedan oírse – Por todo. Por la felicitación y por venir.
- Ha sido un placer. Le dice serio. Recoge el libro de su mano, da media vuelta y se marcha tal y como ha venido. .
Alba lo ve alejarse, cautivador, sereno, seductor, seguro de si mismo. Siente un nudo en el estómago, no sabe porqué pero siente ganas de llorar.
Después de la presentación, nuestros amigos, se van todos juntos a tomar algo a una cafetería, lejos de prensa y de miradas curiosas. Pasan una hora hablando animadamente de sus vidas y quedan para mas tarde en la embajada. Lee Sun acompaña a Alba de nuevo al hotel para que se cambie de ropa. Pasará mas tarde a buscarla.
Alba se da una ducha rápida y se viste para la ocasión. Con detalle. No sabe si Park acudirá a la fiesta, pero se arregla para el. Se viste despacio, dedicándose tiempo. Un vestido de color azul turquesa en palabra de honor, que se adapta a su cuerpo como un guante, dejando sus hombros al descubierto y resaltando el color de sus ojos. Unas sandalias negras, altas, que no se ven porque las tapa la falda del vestido. Se pone unos pequeños pendientes de oro y ningún collar. Quiere que ninguna joya pueda distraer la mirada que le interesa. Lleva la melena suelta. Se maquilla de nuevo, casi ni se nota, pero perfila sus labios y los pinta en un tono rosa. No se perfuma, quiere oler a ella misma.
Lee Sun la recoge de nuevo en la suite del hotel Ramada. Su mirada al verla, es toda una muestra de admiración y sorpresa. Alba sonríe abiertamente al mirar su expresión.
- Sino te come a besos...¡es que es idiota! Le dice a modo de saludo desde la puerta.
* * *
La fiesta en la embajada se desarrolla tanto en el gran salón habilitado para estas ocasiones, como en el amplio jardín que la bordea. El tiempo acompaña. Hace una hermosa y cálida noche de verano. Sin exceso de calor. Hay muchos invitados. En un primer momento, Alba ha tenido que acudir acompañada de Lee Sun, el embajador y su esposa a diversas presentaciones de varios de los invitados. Luego, mucho mas libre para moverse sin que la paren a cada paso, ha estado con sus amigas y sus parejas. Lee Sun está pendiente de ella, sabedor de que la persona que a ella le interesa no parece haber acudido a la fiesta.
En el jardín, hay dispuesta una zona para que las parejas bailen acompañadas al son de una pequeña orquesta. Lee Sun la acompaña hasta el jardín y le pide bailar con ella. Alba acepta con una tímida sonrisa y un gesto de cabeza. Mientras la música suena, Alba se deja llevar por los brazos fuertes y seguros del hombre al que una vez entrego su corazón. Cierra los ojos y recuerda otros momentos en los que su abrazo al bailar, significaba algo mas de lo que representa ahora. Sonríe y lo mira a la cara.
- Estas preciosa, le dice el muy bajito junto a su oído, sin poder contenerse.
Alba no dice nada, solo se deja llevar, envuelta por la música. Cuando la canción termina, se sientan a una de las mesas que hay cerca de la pista de baile. Lee Sun le pregunta si quiere beber algo y ella le pide una copa de champagne. Como no hay ningún camarero cerca, el se levanta y se va por las copas. Alba se queda sola en la mesa, escuchando la música y viendo bailar a las parejas. Hace un rato que no ve a sus amigas, aunque sabe que están en la fiesta. De pronto, cree ver a Park entre la gente al otro lado del jardín. Lo busca con la mirada, pero no consigue verlo. No sabe si su vista la ha engañado o si es cierto que el se encuentra en la fiesta. Se levanta y se dirige hacía donde cree haberlo visto, pero no lo localiza. Un poco mas allá no hay nadie. Esa parte del jardín parece desierta de gente, aunque está iluminado como el resto con farolas que dan una luz tenue a la noche de Seúl.
Sin saber exactamente porqué sus pasos se encaminan hacia esa zona paseando, envuelta en sus pensamientos. Meditando en como su vida ha cambiado y en como le gustaría haber venido a la fiesta acompañada por Park.
En un rincón del jardín, hay un gran sauce llorón, cuyas ramas llegan hasta casi el suelo en algunas zonas, debajo de él hay un banco de piedra y un poco mas allá una farola medio ilumina el rincón, creando una atmósfera romántica.
- Ideal para enamorados, piensa mientras se sienta en el banco.
Se recuesta un poco, echando la cabeza hacia atrás, contemplando el cielo estrellado. Cierra los ojos durante unos segundos. Una voz profunda y sensual la saca de sus pensamientos...
- ¿Sola?
Alba abre los ojos, se endereza en el asiento y mira a Park directamente a los ojos.
- Ahora si, pero no estoy sola. Le dice con una tímida voz que apenas puede oírse entre la música de la orquesta que suena a lo lejos.
- Yo no te habría dejado sola, ¿puedo? Le dice mientras señala el banco.
Alba le indica que si con la cabeza. El toma asiento a su lado. A unos metros de allí, Lee Sun, con un copa en cada mano, contempla la escena...
Park Hye Jin no deja de mirarla. La observa. Alba siente el calor de su cuerpo junto a ella. Intenta no mirarlo a los ojos y se concentra en un macizo de flores que hay a su lado. Su proximidad la pone nerviosa, la inquieta. Su corazón se dispara de nuevo y se estremece entera. Park sigue mirándola, sin ningún tipo de reservas. No le importa nada en ese momento. Solo le importa ella.
- Estas preciosa. Le dice despacio, acercándose aún mas a ella.
Alba cierra los ojos. Siente que su voz la envuelve como solo sabe hacerlo él. No le contesta. El se acerca aún mas, hasta rozarla con los labios debajo de su oreja.
- ¿Qué sientes?, le dice dulcemente, mientras su aliento le acaricia la piel. Alba se estremece de nuevo, incapaz de disimular su estado de ánimo.
- ¿Sentir?, le dice sacando de lo mas profundo de su ser las fuerzas que le quedan, intentando apartarse un poco - ¡Nada!.
- No mientas. ¿Qué sientes por mi?
Alba lo mira directamente a los ojos.
- ¿Y Tú?...¿Qué sientes?
Park Hye Jin la atrae hacia el con toda la delicadeza de que es capaz, pero también, deseoso de tenerla junto a el, de hacerla suya de alguna manera. La besa con ternura y pasión haciendo de su abrazo un solo suspiro. Saboreando su boca, jugando a amar como solo él sabe hacerlo. Alba responde a su beso poniendo su corazón en el. Se estremece nuevamente bajo sus labios, bajo sus fuertes brazos que la oprimen contra el. Cuando deja de besarla en la boca, la acaricia con los labios el cuello, dejando un rastro húmedo sobre su piel, se detiene junto a su oído.
- Te amo, le dice dulcemente, lleno de pasión y deseo.
Alba lo aparta con delicadeza. - En tu caso, decir que me amas no es suficiente. Le dice seria, intentando que su voz no tiemble.
- - ¿Qué es lo que quieres?.
La voz de Park a sonado a desesperación e impaciencia.
Alba lo mira directamente a los ojos durante unos segundos. Le diría tantas cosas, tantas...que no acabarían en años.
- Quiero ser lo primero en la vida de la persona que ame. No quiero que tenga ninguna lista de prioridades, porque la única prioridad en su vida debo ser yo. Quiero que ese hombre me ame con el corazón y el alma, tanto...¡Que duela!. Quiero despertarme por la mañana y contemplar todos los días de mi vida a la persona que amo. Compartir con ese hombre los buenos y malos momentos, porque eso nos hará fuertes a ambos. Y mas aún, te diré lo que ofrezco a cambio...
Alba siente un nudo en la garganta, mientras nota como sus ojos se llenan de lágrimas.
- Todo lo que ofrezco a cambio, es exactamente eso...¡y mas!. Porque si tuviera que darle mi vida para regalarle una sola gota de sangre...Lo haría sin pensarlo.
Park Hye no aparta la mirada de sus ojos. Esta serio. Alba se levanta y lo mira a los ojos. Está envuelta en lágrimas, pero no solloza. Llora en silencio. Como lloran los corazones heridos de amor.
- No vuelvas a decirme que me amas. No, sino lo sientes desde el fondo de tu ser, en tu corazón y en tu alma. Amar no son solo palabras...Amar es que entre el cielo y la tierra lo mas importante sea la persona a la que amas. Cuando yo sea lo mas importante en tu vida...Sabré que me amas.
Alba se da la vuelta y se aleja. Park Hye Jin la ve alejarse. Unos metros mas allá, Lee Sun que ha asistido a la escena en silencio lo mira, se acerca a Alba, le ofrece una de las copas que lleva en la mano y se aleja junto a ella...


FIN DEL DÉCIMOTERCER CAPÍTULO

Leave a Reply

Tu YakOpinion es importante ^^ dejanos tu comentario >v<