[FICS] El Secreto de Naiara - Capítulo VI


CAPITULO SEXTO
Desperté con la luz de la mañana miré el reloj de pulsera bostezando -- como no me diese prisa llegaría tarde a clases.
Terminé de vestirme en un tiempo record, cogí una fruta y me dispuse a dejar la casa, si me demoraba más llegaría tarde.

Faltaban solo dos minutos para empezar las clases, llegué justo a tiempo de que pasara el profesor, Rosa que se sentaba detrás de mí se acercó con disimilo a mi espalda.
--¿Qué estabas haciendo? casi llegas tarde, eso no es propio de ti—dijo ella regañándome.
--Ya te contaré cuando terminemos las clases es algo muy importante que deberías
Saber.
--No te hagas la misteriosa, ahora estaré inquieta hasta que no me lo digas—dijo volviendo a su sitio, el profesor estaba cerca.
--Tengo que contarte lo que me pasó ayer, no pude decírtelo en su momento—dije nada más ver que el profesor regresaba a su escritorio.

--Se me han hecho muy largas las horas por tu culpa—dijo Rosa camino a la fuente.
--Ja jajaja—me reí por la expresión de mi amiga, de verdad que la apreciaba, en ese momento me vino un recuerdo de Eileen, la extrañaba mucho, llamaría a sus padres cuando llegara a casa para ver como se encontraba, aunque sabía que lo que quedaba de su amiga solo era su cuerpo.
--¡Eyy! ¿Qué te pasa? De repente te has puesto triste ¿que es lo que te pasó por la mente?—dijo Rosa.
--¿Alguna vez te hablé de Eileen?- dije apenada
--No,¿Quién es ella?, ¿es por eso que te pusiste triste?—dijo interesada.
--Ella fue la primera persona que no le importó de como era yo, fue mi primera amiga cuando tenía diecisiete años, la primera que tuve en todos esos años.
--No es que tengas muchos ahora con diecinueve ejeje—bromeó Rosa.
--Nos llevábamos bien, yo la apreciaba mucho, estábamos muy unidas—dije ignorando la broma.
--¿Qué fue lo que la pasó? Por la expresión de tu cara no debió ser nada bueno.—se interesó Rosa.
--Conoció a un chico de intercambio que acababa de llegar al pueblo, poco a poco se fue distanciando de mí, eso me dolió mucho, aparte de que a ese chico por alguna razón no me caía bien ¿te dije que puedo ver las auras de las personas?—Rosa lo afirmó con un movimiento de cabeza.
--Pues la de este chico era borrosa, indefinida eso fue lo que me llevó a espiarles, estaba preocupada por mi amiga. Ella me ponía excusas para no salir conmigo, la veía muy apática según iban pasando los días…
--Un día oí la conversación de este chico diciendo que la llevaría a dar un paseo muy especial, eso me hizo de sospechar por lo que decidí seguirlos…, estaban sentados como una pareja normal en medio de ese parque cuando empecé a sentirme mal y notar que no estaba sola, ¿ tú me entiendes ,no?—la miré a los ojos.

--Si, lo sé, ellos estaban por allí—dijo seria.
--Si, tuve que limpiar mi mente de todas sensaciones y concentrarme en un libro que siempre llevo.
-- Llegaron donde ellos estaban sentados, ella no debió notar nada, solo se desmayó mientras ese novio suyo se inclinó sobre ella tomando su alma—un silencio se hizo al recordarlo, las lágrimas se agolpaban en mis ojos junto al ya conocido sentimiento de culpa.
--Yo me fui por que no pude hacer nada, arriesgo de que me descubriesen si me quedaba, pues no era capaz de controlar mis emociones.— las lágrimas corrían libremente por mi rostro.

--¿Por qué le hizo eso? ¿Por qué motivo?—dijo Rosa acariciándome el rostro consolándome.
--Vi la iniciación de su supuesto novio mientras ella estaba inmóvil, luego volví por ella a riesgo de que me hubiesen visto pero no lo pensé, ella estaba sola ahí tumbada en el suelo, creí que había llegado a tiempo de salvarla, pero no, lo único que rescaté ese día fue un cuerpo vacío, mi amiga se había ido.

--¿De verdad viste un iniciación? Pero si nadie ha visto algo así, te pusiste en peligro ¡Naiara no lo vuelvas hacer!.—me regañó Rosa alarmada.

Poco después llegamos al jardín sentándonos en los columpios, no sabía como empezar este Asunto lo había demorado demasiado.
--¿Que me tenías que decir?—dijo finalmente Rosa, rompiendo el silencio que se había formado entre nosotras.
-- ¿Te acuerdas que ayer te dije que el anciano y yo hablamos de muchas cosas?, pues hay algo que me tiene preocupada, dijo que la cúpula de magia que protege este lugar se está rompiendo, me dijo que nos cuidásemos pues es posible que tengamos más encuentros como el del otro día—le expliqué.

--¿Se lo dijiste?-preguntó Rosa nerviosa.
--Si, fue por eso que me contó que hay que reparar la cúpula y no sé como, hoy vamos a reunirnos con él, le dije que te lo presentaría.

--¿Siii?¿Veré a uno de verdad sin que me haga daño?—dijo emocionada.
--Si, mi papá se puso en contacto con él antes de que lo mataran.
La conté los sueños tan extraños que tenía, sobre todo de la imagen de ese chico desconocido, él tenía que estar relacionado conmigo de alguna forma que no entendía.

Media hora después…..

--¡Mamá ya estoy en casa!,—la llamé, no me contestó.

Salimos al patio, estaban sentados tomando una taza de té, se levantaron nada más vernos, la presenté, estuvimos hablando bastante tiempo explicándonos todo lo relacionado con la cúpula, supuestamente yo tenía que hacerlo de algún modo, él me dijo que hallaría la solución, solo tenía que encontrarla, pero….. ¿Dónde buscar? No tenía la más minima idea por donde empezar, esto me estaba levantando dolor de cabeza.

En mi habitación repasé otra vez el libro de papá por si se me había escapado algo, no hallé nada que no hubiese visto antes, excepto la falta de dos hojas, pero eso ya lo sabía mi papá debió de arrancarlas antes de dárselo a mamá, suspiré desesperada no sabía que hacer, todo dependía de mí y eso era un peso muy grande para mi conciencia, no quería que nadie más saliese lastimado y es lo que pasaría si yo no encontraba pronto la solución al problema, me quedé dormida por el agotamiento con el libro abierto en mi regazo.

Estaba en medio de una neblina muy densa, no veía nada ¿Dónde estaba?¿era un sueño? estaba muy confundida debía ser un sueño, se sentía tan real . Iba avanzando despacio temerosa de ver lo que habría detrás, poco a poco se fue disipando la niebla, me encontraba rodeada de un páramo verde en medio de las montañas, un río atravesaba el paisaje, no era muy grande por lo que pensé que sería el nacimiento del río, el sonido del agua correr era relajante, seguí andando, esta vez estaba en medio de un bosque con claros de luz entre medias, se parecía a los bosques encantados de los cuentos que leía de pequeña, pequeños animalitos desconfiados corrían desesperados a esconderse, seguí hacía delante dejando atrás el bosque. Una muralla medio derruida apareció ante mí, debía de llevar siglos abandonada, trepé hasta alcanzar el otro lado.

Delante de mí apareció un paisaje totalmente diferente a cuanto había visto alguna vez, a lo lejos una fortaleza algo más pequeña que los castillos que había visitado tiempo atrás en mi país, lo que más me extraño eran las pequeñas construcciones que se alzaban al pie de dicha fortaleza, personas con diferentes estilos de ropa caminaban de un lado a otro, parecían jóvenes como de mi edad, después me dí cuenta que las había de todas las edades.
Me aventuré a seguir,! total solo era un sueño! no me harían ningún daño, pasé entre ellas sin ser notada por ellos, me reí me sentía increíblemente bien curioseando lo que hacían sin ser vista.
Me detuve sorprendida al fijarme por primera vez en los rostros y cuerpos de estas criaturas, ¿Qué era esto? ¿Halloween?.
Las personas de más altura debían de ser las hadas, lucían como Lüng y su aura dorada, algunos de ellos tenían en su espalda ¿alas?..Estaba alucinada, ¡no, no podía ser!, lucían diferentes de como yo creía que serían.
Sus alas eran entre blancas y doradas semitransparentes, muy finas, parecían echas de la más fina seda tallada con bellos filigranas resplandecientes, ninguna era igual para mi sorpresa.

Los seres más pequeños eran elfos, o eso parecían, sus orejas eran más puntiagudas que las de las hadas, me toqué una oreja dudando si alguna vez las mías se verían parecidas a las de ellos. Eran hermosos, me giré para observar mejor mi alrededor, vi a gente normal estar entre ellos hablando como si nada, lo sabía por el aura que era totalmente diferente, parecida a la de Rosa, posiblemente fuesen los guardianes del lugar.

Estaba fascinada parecía todo salido de un cuento, solo que todo cuento tiene su lado oscuro. Seguí caminando observándolo todo, no quería perderme ningún detalle de este magnifico lugar.
Algo captó mi atención volví la cabeza, no vi nada interesante excepto una pequeña fuente al final de las casas, me dirigí allí hacía calor y quería refrescarme un poco, al llegar comprobé el gran parecido a la fuente del jardín, era menos antigua que la mía.

La piel se me erizó alguien o algo me estaba observando, volví a mirar por los alrededores pero al igual que antes no vi nada, sumergí la mano en el agua fresca de la fuente llevándola a la cara, cerré los ojos para disfrutar de la fresca sensación, al abrirlos descubrí que no estaba sola, había alguien allí.

Nunca pude imaginar que él aparecería otra vez en mis sueños, solo que estaba vez parecía real enfrente mío, lo miré impresionada de lo alto que era, tenía un cuerpo musculoso, se notaba a través de la fina camiseta sin mangas que llevaba, sus bíceps se le marcaban al coger un recipiente lleno de agua para una anciana, ella se lo agradeció con una inclinación de cabeza le dijo algo en un dialecto que no conocía, él asintió con una bella sonrisa.
Lo miré al rostro observándole totalmente fascinada, sus ojos rasgados marrón oscuro se fijaron en un punto de la fuente, resultó ser nada menos que la misma figurita que el hada de mi fuente.

Sus ojos miraban al pequeño ser, sacó un libro de una apertura que tenía en los pantalones o como se llamase lo que llevara puesto, con la mano derecha tocó la pequeña figura de la fuente, con la otra sostenía el libro que por alguna razón era exactamente igual al que mi padre me dejó.

¿Donde lo había encontrado? Extrañada por la similitud del libro al mío, empezó a leer algo de el, mi atención iba del libro a su hermoso rostro.

Me fije en los carnosos y perfilados labios del chico en como los movía al leer, eran en verdad de lo más provocadores y sexys, la reacción de mi cuerpo no tardó en surgir, como si todo en él me perteneciese, la media mitad de la mía, me sentí al completo a su lado, feliz, es extraño ese sentimiento que despertaba en mí, solo lo sentí cuando papá estaba a mi lado solo que era diferente, más profundo, este chico si es que lo era, me provocaba, lo deseaba, quería besar esos labios e incluso mordisqueárselos, la tentación era grande ¡total era mi sueño y podía hacer lo que quisiese con él! Al acercarme más a él algo llamó mi atención hacía el libro, miré y me di cuenta que estaba leyendo las paginas que le faltaban al mío, sorprendida me paré a escucharlo, sonaba parecido a un conjuro.

De pronto algo empezó a cambiar, no lo ví pero lo sentía, era una fuerza invisible que se iba haciendo cada vez más fuerte y densa hasta formar una pequeña línea de energía casi corpórea que se iba expandiendo por todo el poblado en forma de un gran escudo, llegando a cubrir toda la fortaleza y sus terrenos de alrededor, ¿Era eso lo que tenía que hacer yo? Me pregunté intrigada.
Lo miré de nuevo esa sensación volvió a mí, él seguía leyendo en voz alta ajeno a mis sentimientos y mi presencia, su voz me volvió a atrapar ¿Qué tenía que ver este chico conmigo? ¿Por qué tiene que aparecer en mis sueños? ¿Existiría de verdad, o solo era producto de mi imaginación?.

Estaba muy confundida por este asunto, lo único que sabía es que su cara no se me iba de la cabeza¿ Sería alguien importante en mi vida futura?.
Me quedé ahí parada mirándole embobada, su rostro era el más bello que había visto en mi vida.
Cerró el libro dándose la vuelta se alejó de la fuente, yo le seguí estaba curiosa por saber donde iba.
Varias chicas de diferentes razas se le acercaron, una de ellas la más alta y rubia, le cogió por el brazo se alzó hasta besarlo en la mejilla.

--¡Pero es que hasta en mi sueño tiene que haber busconas!—no me pude aguantar más y lo dije en voz alta.

El se quedó rígido, miró atrás extrañado me miró fijamente al verme.

--Emm..! Hola!—dije levantando la mano a modo saludo toda nerviosa y cortada, pero..¿Porqué solo él me veía?¿esto no era un sueño?.

Se acercó a mí despacio, midiendo cada paso que daba, con una extraña expresión en su rostro, al llegar a mí levantó su mano para coger un fino mechón de mi cabello, lo tenía enfrente mirándome a los ojos fijamente con expresión incrédula, como si fuese un fantasma lo que tenía delante de él y no al revés, no pude resistirme a su magnetismo, acercándome más a él me puse de puntillas, tenía que besarlo, probar esos labios que me volvían loca, era inevitable que nuestros labios se rozaran, solo que eso no llegó a suceder.

--¡Naiara despierta! ¡Despierta! o llegarás tarde—mamá me despertó del extraño sueño justo en el momento en que sus labios rozaran los míos.
--¡Mamáaaaa! ¿No podías haberte esperado un poquito?—la dije molesta por despertarme justo en el mejor momento.
--¡Vamos, levanta! Ha llamado Rosa, te espera dentro de una hora donde siempre—dijo.

Me encontré con Rosa en la parada del bus una hora después, habíamos quedado para ir de compras al centro comercial, como era sábado decidimos pasar el día fuera de nuestras casas.

Vimos a Sergio con su hermana salir de una tienda de ropa deportiva, llevaban algunas bolsas con logotipos de ropa de marca.
--¡Ey, chicas!¿ donde vais?—preguntó.
--¡Hola, Sergio! Vamos al Burger Kim ¿os venís?- los invitó Rosa.
--Vamos a dejar esto, ahora nos vemos—dijo señalando las bolsas.
--¡OK! Mientras esperamos a Bianca – dije

Vimos como se alejaban hacía el aparcamiento, nosotras nos dirigimos hacía el Burguer, allí sentada estaba Bianca con dos chicos más, uno de ellos era su novio el otro estaba de espaldas por lo que no se le veía bien.
Bianca nos vio, levantó una mano para que fuésemos allí, al acercarnos me dí cuenta de quien era la otra persona, Alex se giró mirándome fijamente, una sonrisa ladeada asomaba en sus labios al verme. Se levantó para ofrecerme un sitio a su lado, no tuve más remedio que sentarme para no despreciar su gesto hacía mí.

--Hacía tiempo que no nos veíamos—dijo mirándome de arriba a bajo poniéndome nerviosa.
-- Cada día estas más hermosa, ¿Cómo lo haces?—me guiñó un ojo, este chico sabía como ligar pero… por algún motivo ya no me afectaba tanto como antes, eso me extrañaba ya que hasta ahora él era el único que me había impresionado hasta el momento, claro no contando con el chico de mis sueños.

Encogí los hombros en repuesta a su pregunta, se nos unió Sergio y su hermana. pasó el tiempo sin darme cuenta, observé a Rosa con Sergio hacían buena pareja, lastima que solo estaría unos meses, después se iría al igual que yo, fuera del país, ambas a distintos sitios para gente como nosotras, ¿Qué nos depararía el futuro?, quería que Rosa viniese conmigo.
Nuestro futuro estaba echado.
-¿Qué te ocurre? Te pusiste sería de repente ¿No te encuentras bien?—me preguntó Alex.
--Si, estoy bien es que ando un poco distraída.—le respondí.

Poco después me fijé en su rostro sorprendiéndome la similitud de algunos rasgos que tenía con el chico de mis seños.
La nariz era casi la misma, el tono del cabello el mismo, Alex lo tenía más coto, eran musculosos con buena figura, labios gruesos y atractivos, los el chico desconocido el inferior era algo mas grueso que el superior pero igualmente bien perfilados, al reír se le hacían unas pequeñas marcas a ambos lados de los labios, se veía que era risueño, me acordé de cómo sonrió a la anciana elfo con el agua, solo en pensarlo mi corazón se alteraba deseando volver a verlo aunque solo fuese estando dormida.

--Estas roja, ¿Quieres que salgamos fuera?-observó él.
-- No, no hace falta se me pasará enseguida—avergonzada de haber sido pillada por él.

Dos horas más tarde Alex se ofreció a llevarnos a casa. El día se pasó rápido, nos despedimos de los demás. Rosa fue a la primera que dejó, nos encontrábamos solos ahora, estaba un poco nerviosa, Alex me gustaba pero había algo en él… no sé, serían cosas mías..

Paró el coche frente a mi casa, se giró para verla, me dijo que parecía acogedora, le contesté que sí sin saber que decirle más.
Me bajé del coche despidiéndome de él, no le dí tiempo a que se bajara cuando llamé a la puerta, me volví deseándole buenas noches y darle las gracias por la velada.

En mi habitación tumbada en la cama no podía conciliar el sueño, la imagen de ese chico la tenía presente constantemente, deseaba dormir y que él volviese aparecer en ellos.
Me acordé del libro que él tenía ¿ sería eso lo que tenía que hacer, para que la cúpula volviese a estar restaurada de nuevo?. Esa página no estaba en mi libro ¿Cómo lo iba hacer?, aprovecharía el tiempo si volvía a tener esta misma oportunidad para fijarme en el conjuro que dijo el chico imaginario.

Suspiré, mañana tenía examen y no había estudiado nada, como el sueño no llegaba cogí el libro de texto y me puse hacerlo, esta vez conseguiría un aprobado en la asignatura

!Odiaba estudiar!, mi mente estaba ocupada en otras cosas, pero bueno… había que hacerlo no me quedaba de otra, de todas formas dentro de unos meses me iría a esa escuela o campamento como tanto le gustaba llamarlo a mi mama.

El anciano por las tardes nos hablaba de su tierra de origen, dejándonos intrigadas y curiosas por ver ese mismo lugar, sabíamos que ahí no podíamos pasar, pues se nos consideraban seres impuros, solo las hadas puras de nacimiento y alguna excepción de otra raza tenían acceso al lugar.

Me imaginaba esa tierra toda cubierta por el verde de los pastos, sus enormes árboles protegiendo el lugar para que los “no mágicos” pudiesen encontrarlo, bellas flores esparcidas por todos sitios llenaban de color el paisaje, casas del mismo color de la naturaleza para no llamar la atención, algunas de ellas situadas en la base de los árboles más gruesos, niños corriendo y gritando alegremente.

¿Estaría él entre esa gente?, no vi signos en su aura, la verdad es que no me fijé en eso. Primero él tenía que ser real, cosa que dudaba, era producto de mi imaginación, creando un ser parecido a Alex pero con rasgos asiáticos, el resultado fue impresionante, por lo que decidí que él era un producto de mi mente calenturienta, si eso era.

Los ojos se me fueron cerrando poco a poco con la llegada del sueño reparador, mañana sería otro día


FIN DEL CAPITULO.

p1

[FICS] El Secreto de Naiara - Capítulo V


CAPITULO QUINTO


--¿Que pasó? Te ves alterada--la observé por un momento.
--¿Dónde podemos hablar? Aquí no es seguro—dijo Rosa
--¡Ven! vamos fuera de aquí—la cogí de la mano.
Salimos del edificio hasta llegar a la parte de detrás donde había un pequeño jardín abandonado con un columpio oxidado por el tiempo, tenía tres asientos uno de ellos estaba en mal estado daba la sensación de que si te sentabas no aguantaría el peso rompiéndose en mil pedazos, los otros dos estaban en mejores condiciones por lo que nos aventuremos a sentarnos.

Rosa miraba alrededor sorprendida por lo que estaba viendo luego me miró extrañada y curiosa.
--¿Desde cuando sabes que esto está aquí?-- Preguntó intrigada.
-- Digamos que desde poco antes de comenzar las vacaciones de Navidad al poco de descubrir que tú sabías algo, ese día iba sumida en mis pensamientos tenía ganas de estar a solas por lo que decidí dar un paseo, observé que por aquí no había nadie y decidí venir.
--Quedé sorprendida como tú cuando vi esto por primera vez—señalé el pequeño jardín.-Desde entonces cuando quiero estar sola o me preocupa algo vengo aquí a meditar, parece extraño ¿verdad? aquí encuentro una paz inmensa, libre de preocupaciones. —la dije.
--Tuvo que ser en sus tiempos un bonito jardín— Rosa señaló los rosales secos que estaban en forma de ovalo, con una pequeña fuente en el centro ennegrecida con el paso de los años, no se distinguía bien la forma de la fuente estaba desgastada, parecía la figura de un niño agachado sosteniendo un pequeño ser entre una de sus manos, en la otra un cetro de bronce bellamente adornado lo sostenía de forma amenazante hacia el pequeño ser.
--¿Sabes nunca me fijé en la fuente, qué extraña ¿ verdad?—me acerqué para verla mejor
Rosa se levantó quedando paralizada al ver la fuente, perdiendo todo el color de sus mejillas temí que se desmayase en ese instante por lo que la obligué a sentarse de nuevo en el columpio.
--¿Te encuentras bien?- -pregunté un poco asustada por como la veía.

Rosa seguía sin decir nada su mirada la tenía puesta en la figura de piedra. Al cabo de unos segundos que me parecieron horas empezó a reaccionar volviendo un poco el color a sus mejillas.
¿Qué te pasó?—pregunté curiosa y preocupada a la vez.

--¡Dios! ¿Cómo la encontraste?—volvió a preguntarme emocionada, se levantó para examinarla de cerca tocando con delicadeza el cetro su rostro se llenó de lágrimas, se giró mirándome.
--¡Ven! Rápido—me dijo. Me acerqué a ella ¡ahora si! Me moría de la curiosidad por la reacción de ella ante la fuente desgastada.
--Mira, observa lo que tiene en su mano izquierda y dime lo que es o te parece que pueda ser—me dijo emocionada.

Me acerque lo suficiente como para tocar la piedra, me agaché un poco para verlo mejor, el corazón empezó a latirme deprisa ¿por qué sentía que estaba relacionada con mi mundo?.
Observé el pequeño objeto que sostenía con la mano.
--¿Eso es…? No, no puede ser además es diminuta—negándomelo a mí misma.
--Si exacto, es una hada, ellas pueden adoptar el tamaño que quieran cuando llegan a ser adultas.
--¿Ves el cetro con lo que la amenaza el niño?.
--Si, ¿Qué significa todo esto?—pregunté asustada.
--¿No te extraña que nadie venga por aquí? O ¿que no sea mencionado por la gente?.
--La verdad que al principio lo pensé, pero después me alegré de que fuera así, quería estar sola me siento segura cuando estoy en este lugar.
--Es por lo que está aquí, solo hay veinte repartidas por todo el mundo, es muy difícil llegar hasta ellas, estas fuentes son el pilar de nuestra magia es por lo que este pueblo es uno de los lugares más seguro para nosotras, aunque me preocupa lo del otro día—pensando en el día que nos cruzamos a esos seres.

--Observa el cetro, es uno muy antiguo y elaborado, uno de gran poder, esta fuente advierte a las hadas y duendes del bosque que no deben traspasar la línea mágica. Es un lugar sagrado. Por eso me decía papa que aquí no había nada que temer, lo que no entiendo es ¿Por qué yo no lo ví?
--Entonces ¿crees que me escogió a mí?—esto se estaba poniendo cada vez más interesante.
--No sé, pero lo averiguaré, mi padre tiene que saber algo de eso.
--Pero sigo pensando que ¿como pudieron pasar esos tres Dríades?—insistió Rosa

Volvimos a los columpios para sentarnos

--¿Qué me querías decir?—la dije volviendo al tema anterior.
--¡Oh! Eso, bueno creo que sé donde me mandan mis padres, pero no estoy muy segura de que eso exista.
--Me tienes envilo, ¡suéltalo ya! – insistí.
--El otro día los pillé hablando a escondidas, creo que no es ninguna clase de universidad, más bien es una institución para gente como nosotras. —me dijo
--¿Pero.. eso existe?, nunca oí algo parecido, bueno jeje hay un montón de cosas que no sé realmente-
-- Es hora de irnos se nos está haciendo tarde—dijo Rosa al mirar su reloj.

Llegué a casa dejando todo el material de estudio en la entrada, más tarde me ocuparía de los deberes.
--¡Mamá!- la llamé pero no contestó, eso era muy raro en ella siempre me estaba esperando, recordé que por la mañana estaba muy misteriosa ¿le pasaría algo? Preocupada la busqué por toda la casa, salí al patio interior y allí estaba sentada, no estaba sola.
Me fijé en el señor que la acompañaba era una persona anciana, su rostro parecía juvenil quitando las arrugas de su frente, la de los lados de su boca y su pelo completamente blanco, su cuerpo atlético no mostraba la edad de su rostro, era una persona atractiva. Nunca vi tal combinación en una persona mayor pero este señor era diferente, sus ojos reflejaban siglos de sabiduría. Al mirarlo noté su aura lucía exactamente como mi papá ¿Entonces era un… hada?, mi corazón me dio un vuelco temerosa de lo que esto podría significar, intenté darme la vuelta sin que me viesen para salir de allí pero no me dio tiempo.
Él se fijó en mí levantándose e inclinando su cabeza me saludó, no sabía que hacer era la primera vez que me encontraba en una situación como esta, mi mamá se levantó al verme llegar, se acercó a mí, me cogió por el codo y hizo que me adelantara para poder presentarme.

-- Naiara te presento a Lüng, unos de los líderes del clan Tuatha de Damna, clan al cuál perteneció tu padre antes de que lo mataran. Quiere hablar contigo – dijo mamá apenada
--Os dejo a solas para que habléis, se compresiva ¿OK?— me dijo mamá al irse pero antes me besó como hacía siempre que llegaba a casa.

Estoy muy nerviosa por primera vez tendría contacto con la gente de mi padre, pero…. ¿No fueron ellos los que condenaron a mi padre y a nosotras a salir huyendo?¿ No fueron ellos los que mandaron matarlo por que supuestamente éramos un peligro para su gente?.
Cada vez que me hago esas preguntas más ganas tengo de atacarlo aunque supiese que me vencería antes de empezar pero no sería por no intentarlo.

La furia iba creciendo más en mi interior ¿Por que ahora? ¿Que es lo que querían de mí? Y sobre todo ¿como sabían donde encontrarnos?
Todas esas preguntas y más se amontonaban en mi mente hasta el punto de no oír lo que él decía.

--Sé que esto es difícil para ti, sobre todo con la muerte de tu padre pero a partir de ahora eso cambiará, llevamos años buscándote, solo hace un par de días que dimos con vosotras—dijo el anciano emocionado mirándome a los ojos.

Esto se estaba poniendo interesante con cada palabra que me decía, mi padre me dijo una vez que no me fiara de ellas si por algún motivo ellas me hablasen, podían engañar a cualquiera con dulces palabras pero… ¿Y si fuera cierto? ¿Si solo buscasen protegernos? A estas alturas ya no sé en que creer le daré una oportunidad, lo dejaré hablar y si me convence ya se vería lo que haríamos mamá y yo sobre este asunto.

--Llevamos mucho tiempo buscándote, tu padre se puso en contacto con nosotros poco antes del accidente, quería que terminases tu formación en nuestros centros de estudio, que fueses entrenada como lo que eres, lo poco que te dejó tu padre no es suficiente para que tu magia avance necesitas evolucionar, aprender nuevas cosas que ni siquiera te hubieses imaginado que podrías hacer con tus dones—Me explicó el anciano.

No sé si creerlo o si me estaba engañando, tengo que hablar con mi madre necesito su opinión sobre esto estoy tan confundida, hoy fue un día muy intenso, demasiadas emociones en tan poco tiempo.

--No sé, necesito pensarlo—contesté dudosa.
--No hay mucho tiempo, la cúpula de protección de este lugar está por desvanecerse, al venir aquí vi algunas brechas—mencionó preocupado.
--¿Cómo puede saberlo?—esta intrigada.
--No te olvides de quien soy—Me miró directamente a los ojos.
--Pero..¿Supuestamente la magia es invisible como lo ve?—cada vez estaba más interesada por el asunto.
--No se ve, se siente, para alguien con mi experiencia eso es fácil, un juego de niños-- me respondió.

--Los guardianes de este lugar deben encontrar la fuente del poder para poder restaurarla o estarán en peligro.
--¿Qué aspecto tiene?—pregunté, tenía la corazonada que era el jardín con la fuente, la verdad que no me quedé muy conforme con lo que me dijo Rosa del lugar.

--Normalmente es como un paraje abandonado para no captar la atención por si alguien lo pudiese ver, cosa que es casi imposible para los ojos humanos solo aquellos que posean ciertos dones lo podrían ver.
--¿Y como sabemos que es ese él lugar? Por que hay sitios así en todas partes.—dije interesada.

Tenía curiosidad por nuestro jardín ¿Sería lo que dijo Rosa? Por que si era así teníamos que hacer algo al respecto o ¿sería coincidencia que en el preciso momento de la rotura de la cúpula, hubiésemos aparecido, Lüng y yo?

--El sitio tendrá algo como esculturas, bancos tallados con motivos relacionados con la magia, cosas así y sobre todo tendrá un pequeño cetro, ya sea pintado, tallado o en escultura, es ahí donde la magia del lugar reside.
--Interesante—logré decir impresionada.

Todavía no tengo la suficiente confianza como para revelárselo pero por lo que dijo era urgente repararlo ¿sería posible hacerlo? Tenía la sensación de que la fuente era muy antigua.

--¿Quién puede reparar la cúpula?—tengo que saberlo, hablaré con Rosa en la primera ocasión que tenga, pensé.

Él se quedó mirándome un buen rato sin decirme nada ¿no estará leyendo mis pensamientos? Porque no noto nada, pero tampoco me fío mucho de él.

--Hay otras maneras de saber lo que pasa en tu cabecita, sé que no soy digno de confianza pero quiero que sepas que nuestra organización no tiene nada que ver con ellos, con los que mataron a tu padre—me dijo serio.
--Nosotros somos renegados de la especie por no querer seguir sus normas, no somos asesinos aunque la iniciación es inevitable, es ahí donde pocos de nosotros nos damos cuenta de que no queremos hacer daño a los humanos.—siguió
-- Estamos condenados a muerte si ellos nos encuentran, por lo que formamos una especie de refugio donde nuestros hijos e hijas puedan aprender a usar sus poderes para defenderse de ellos.

Al oír eso quedé impresionada entonces ¡era verdad que había gente como yo! Me hizo sentir mejor, como cuando conocí a Rosa.

--Puedes confiar en mí si tienes algo que decirme, por que lo tienes ¿verdad?, se que te resulto extraño por aparecer ahora de la nada, te aseguro que estas a salvo conmigo.

--Hace unas semanas vimos pasar a tres Dríades cerca del centro del pueblo, no nos vieron pero a mi amiga Rosa le extrañó muchísimo pues era la primera vez que los veía adentrase tanto—le confié.
--¿Quién es Rosa?—me preguntó
--Es una humana—le dije dudando si decirle quien era realmente.
--¿Una humana? Y ella los vio?—me pregunto.
--Ella es especial—contesté.
--Debéis tener cuidado, el proceso de desintegración del escudo está desapareciendo. Seréis presas fáciles para ellos.
Mamá apareció con una jarra de té y unos vasos, dejó todo sobre la mesa sentándose a mi lado.
--¿Se quedará? Es muy tarde – dijo mamá
--Solo sino molesto—me miró.
--Se lo agradecería, me gustaría que me contase más de ese sitio donde quiere que vaya—le dije.
--Será un placer—me miró agradecido.

Al día siguiente…..

El cielo estaba nublado con amenaza de lluvias cogí un pequeño paraguas y lo metí en el bolso por si acaso. Hoy tenía muchas cosas que contarle a Rosa, esperaba ver la cara de asombro de mi amiga cuando se enterase a quien tenía hospedado por unos días en casa.
Como siempre iba distraída cuando choqué con alguien.
--¡Ehhh!!Ten más cuidado por donde andas niña!—dijo una voz conocida.
Levanté la cabeza para ver quien era y a la vez disculparme con él.
--Lo siento no te vi—Delante de mí se encontraba Alex más lindo que nunca, con todo lo ocurrido casi me había olvidado de él.
--Nai, algún día te vas hacer daño por no mirar por donde vas ¿siempre eres así?— dijo.

Se me quedó mirando fijamente, bajando de vez en cuando su mirada a mis labios, me puse colorada recordando el beso que me dio en fin de año. Mi pulso se aceleró al instante, él tenía que sentir lo que yo pues ninguna palabra más salió por su boca seguía mirándome sin decirme nada.
Estamos ahí parados cerca de la puerta de entrada rodeados de gente que entraba y salía sin embargo no veo a nadie más que a él frente a mí, envueltos de un silencio cargado de sensaciones cuando de repente un dolor terrible se formó en mi cabeza, imágenes en medio de una neblina empezaron a surgir, parajes de bosques, casas de extrañas construcción, gentes vestidas de forma diferentes y Rosa en medio de todas esas personas.
Un rostro destacaba entre toda esa gente, era un chico diferente a todos los que hasta ahora había conocido, su rostro es hermoso de labios carnosos y risueños los ojos fueron lo que más me llamó la atención parecía asiático con profundos ojos rasgados y oscuros se parecían un poco a los de Lüng, ¿Seria humano? .Ese rostro se me quedó grabado mientras me recuperaba.

--¡Naiara! ¿Estas bien?, de repente te desmayaste cayendo al suelo, me asustaste—dijo Alex conmigo en sus brazos.

Estaba aturdida ¿Qué había pasado? Y ¿Ese rostro de quien era? No podía sacarlo de mi cabeza me impresionó muchísimo ¿Y por que Rosa salía también? Esto es muy extraño solo hay una persona que me puede contestar a estas preguntas.

Rosa vino corriendo nada más enterarse de lo sucedido me hacía preguntas que no la podía contestar delante de Alex por más que la hice señas para que se callara ella seguía sin darse cuenta de lo que estaba haciendo.

--¡Rosa, para! Estoy bien—tuve que decirla.

También se acercó nuestra amiga Bianca que hacia tiempo que no se juntaba con nosotras desde que empezó a salir con un chico de un grado superior al suyo, ella hablaba en contadas ocasiones con nosotras pero por eso no nos impedía que saliésemos de vez en cuando las tres juntas, nos une una fuerte amistad a las tres, solo que ella no sabe nada de nuestro mundo y así seguiría por su propio bien.

Rosa y yo quedamos en el jardín de la fuente después de las clases tenía que decirle sobre el anciano hada, quería que lo conociese.
Él podía enseñarnos como restaurar el escudo que nos protegía que por alguna razón sabía que esto no era casual debía de investigar sobre esto.

Era casi de noche cuando Rosa y yo nos fuimos a nuestras casas decidimos que mañana después de las clases se lo presentaría.
Decidí confiar en él, le contaría todo lo que sabíamos sobre la fuente pero él nos ayudaría a reparar el escudo mágico del lugar.

Horas después….

No podía dormir en mi mente estaba el rostro de ese chico ¿Quién podía ser? ¿Estaría de alguna forma ligado a mí? ¿Sería como yo? O por el contrario ¿sería uno de ellos? Ese último pensamiento me hacía daño, no se porque pero no quería enfrentarme a él y hacerle daño.



FIN DEL CAPITULO

p1

[FICS] El Secreto de Naiara - Capítulo IV


                                                          CAPITULO CUARTO

En casa no hacía nada más que darle vueltas al asunto de Rosa ¿Cómo era que ella los notó? ¿Sería como yo? No, no lo era, percibí algo raro en ella cuando la conocí no le dí importancia entonces hasta hace unas horas.
Es la primera vez en todo este tiempo que los veía aparecer solo espero no tener que irme otra vez, aquí me encuentro a gusto me hace sentir normal conocer a gente que no le importa como eres en realidad y sentirme atraída por una persona por primera vez es algo nuevo en mi vida, algo que deseé desde que tengo uso de consciencia.

Al día siguiente….

El cielo estaba cubierto de nubes, a través de ellas se filtraban pequeños rayos de Sol que no llegaban a calentar apenas, era un día en la cual no te apetecía salir de la cama y mucho menos hoy veinticuatro de Diciembre “Noche Buena”.
Este día es muy triste para nosotras, mi mamá y yo echábamos de menos a papá, esa persona alegre y divertida que nos iluminaba el alma solo con su existencia ¿Por qué no lo había visto aún? Por lo que sé a través de artículos y leyendas había hadas que al morir si su alma estaba vinculada a alguien una pequeña parte de ella se negaba a abandonar por lo que a veces en sueños se manifestaba poniéndose en contacto con dichas personas. Me acordé del sueño en donde mi papá perdió la vida, momentos antes de estrellarse contra el acantilado él quedó todo iluminado llegando a desaparecer ante mis ojos, recordé sus palabras claramente “cuando me necesites allí estaré”.

En todos estos años lo añoré, rogando que todo fuese una mala pesadilla y que al despertarme él sería el primero en darme los buenos días como cuando estaba en casa siendo pequeña.

Mi rostro esta húmedo por las lágrimas que fluían sin cesar, no me dí cuenta de que estaba llorando hasta que se empezó a humedecer la almohada, intenté secar mi rostro con la mano pero era imposible parar el llanto! Como lo echaba de menos!
Cogí su fotografía de la mesilla y me quedé mirándole, él me miraba sonriéndome estaba feliz conmigo en brazos, su pelo castaño claro con pequeñas mechas rubias naturales, tenía un precioso pelo que me hubiera gustado heredar, sus ojos color miel y su piel dorada, no había ser tan hermoso como papá, yo por el contrarío era morena de pelo, ojos marrones tan oscuros que parecían negros lo único que hederé de él fue el tono de su piel.
Papá decía que era el mismo retrato que mi madre solo que en miniatura. Me levanté de la cama en dirección al baño para asearme y arreglarme un poco, no quería que mamá se diera cuenta hoy sería un día largo, intentaría sacarla para ir de compras.
Es lo más preciado que tengo y no la defraudaría bastante es que tenía que arrástrala conmigo por todas partes debido a mi nacimiento.

El centro comercial estaba lleno de gente haciendo sus últimos encargos como nosotras, pasé por un escaparate donde se exponía un precioso abrigo en seguida pensé en mamá, le quedaría perfecto hacía tiempo que no se compraba nada y este sería el regalo ideal para ella.

--Mamá espérame un poco tengo que hacer algunas cosas—la dije
-- Vale, mientras aprovecharé para comprar algo para la cena—contestó.
-- OK, lo que sea todo lo que haces esta muy rico—la dije sonriendo.
-- Venga ve que se nos hace tarde.

Yo asentí con un leve movimiento y fui a por el abrigo, no me importaba cuanto costase pues papá nos dejó bastante dinero para vivir cómodamente mientras viviésemos.

Al salir de la tienda me choqué con alguien por no mirar llevaba prisas me demoré un poco en la tienda y no quería que mamá se impacientase por mí. Esta persona me sujetó para no caer por el impacto del choque.

--Gracias—dije sin levantar la cabeza intentando recomponerme un poco con las manos ocupadas.
--¿Qué voy hacer contigo? Algún día acabaré lesionado por ti – Dijo una voz conocida.

El pulso se me aceleró cuando reconocí la voz, levanté la cabeza para mirarlo, él me sonreía divertido pero aún así no me soltó, era todavía más atractivo cuando reía ¿Que me pasaba con este chico?

--¡Oh! lo siento, llevo prisas y no miré- le dije disculpándome toda roja.
--Jejejej, ¿Has venido sola? – preguntó mirando a los lados.
--No, vine con mi madre que seguro se preguntará donde me metí.
--UHMM ya veo, entonces será mejor que vayas a su encuentro.

Me despedí de él y fui en busca de mamá -- ¡Que tonta ¡ siempre que se acerca tú le huyes ¿Cómo quieres que se fije en ti? ¡ Eh ¡-- hablé conmigo misma regañándome.

---¡ Ey, espera! – Le oí decir a Alex, me dí la vuelta para mirarlo, él venía corriendo hacía mí.
--Creo que se te olvidó algo—me mostró la bolsa donde estaba el abrigo.
--Gracias—le dije ¿En que momento se me cayó que no me dí cuenta? Que despistada soy, pensé.
--¿Sabes? Eres diferente de las demás chicas y eso me gusta—Se puso serio al decirlo. No sabía que contestar me dejó toda cortada sus palabras ¿dijo que le gustaba? ¿Seria posible eso?.
--¡Feliz Navidad!-Dijo de repente acercando su rostro a mí, lo tenía tan cerca que me pilló de sorpresa, le iba a contestar cuando noté sus labios en los míos , solo fue un breve instante , un roce por así decirlo y mis pulsaciones se dispararon dejándome un extraña calidez en mi interior.
 Le vi darse la vuelta con una sonrisa en los labios, estaba anonadada, no podía moverme del sitio.
Mi primer beso ¡si es que se le podía llamar! Y en un centro comercial, nada especial si no fuese por esa sensación tan rara que sentí, creí que sería diferente como si todo te diese vueltas o que desapareciesen todos alrededor de nosotros como en los libros románticos de Jude Deveraux que suelo leer.
--¿Estas aquí?, te estuve buscando como tardabas—dijo mamá—¿Que te pasa? estas toda roja—observó.
--¡Oh! Nada – saliendo de mi letargo mirándola.
Esa noche la pasé con ella acompañándola no quería dejarla sola, llamó Bianca para dar una vuelta por lo visto en el pueblo se celebraba a lo grande la gente salía con los familiares a tomar algo por ahí, los establecimientos se llenaba de gente festejándolo, pero no iba a dejar a mamá sola.

En la noche no pude dormir pensando en Alex,
La Navidad fue como un día normal para nosotras, no teníamos que celebrar nada, los días fueron pasando sin contratiempos dando paso al Año Nuevo esta vez fue mi madre la que no me dejó quedarme en casa, llamé a las chicas para salir un poco.
Nos encontramos en la plaza del pueblo, me sentí rara al llevar un vestido escotado y por encima de las rodillas de color violeta, con una cinta de unos ocho centímetros de ancha de raso negro bajo el pecho, la falda tenía algo de vuelo le daba gracia al vestido al andar.
La gente se vestía formal en este día, Bianca llevaba un vestido entallado de color rosa, corto, le quedaba a la perfección, Rosa sin embargo se puso uno mas recatado color marrón chocolate de tirantes, en la parte del pecho tenía bordado unas pequeñas flores blancas que le daba un aire juvenil al vestido e igualmente por encima de las rodillas.
Rosa me felicitó las navidades ya que no nos habíamos visto desde ese día, teniendo una conversación pendiente entre nosotras.

Faltaban unas horas para el nuevo año, la gente esta excitada riéndose conversando unos con otros, se nos unió algunos compañeros de clase entre ellos estaba Alex y esa chica del pelo rubio tan atractiva.

Sergio se acercó a mí tenía dos vasos en las manos uno de ellos me lo ofreció.
--Toma es Coca Cola, no sé si te gusta que lleve algo de alcohol- extendió el vaso para que lo cogiera y así lo hice.
--Gracias y no, no me gusta –sonreí con agradecimiento. Empezamos hablar de cosas sin importancia, es divertido conversar con él
La noche fue pasando y Alex ni se me acercó si quiera, una sola vez nuestras miradas coincidieron, me guiñó un ojo y eso fue todo. Está claro que es un chico que le gusta jugar a dos bandas, me decepcioné un poco, esos chicos no van en serio con nadie solo iban por lo que podía sacar de las chicas.
Sergio sin embargo es diferente, atento, simpático, agradable, lindo pero no sentía nada más que amistad por lo que no le daba alas a sus sentimientos por mí.

Llegó Rosa por detrás cogiéndome del brazo me susurró al oído.
--Tenemos que hablar, ven- me disculpé con Sergio, el momento había llegado no lo podíamos retrasar más. Escogimos un sitio tranquilo nos costó un poco localizarlo por la cantidad de gente reunida allí.
--¿Dime qué eres?-me preguntó directamente Rosa.
Quedé sorprendida por la pregunta no sabia que contestarle.
--Sé que tú no eres como ellos, lo noto no te preocupes esta conversación no saldrá de aquí.
--¿ Y tú como sabes que soy distinta? ¿Quién eres?- la dije.
--Bueno te diré todo si eres sincera conmigo ¿OK?– me dijo, yo asentí con un movimiento afirmativo con la cabeza, nerviosa por lo que me fuese a decir.
--Provengo de una familia de brujas, la primogénita de cada generación nace con este poder, soy hija única y es mi madre quien me ayudó a comprender todo esto, papá es una persona normal, comprensiva, que no le importó lo que era mi tía y mi abuela hasta que nací yo, tiene miedo de que me pase algo, hasta hace poco no creía en nada mágico que no estuviese en los libros.
--¿Cómo que te tocó a ti?¿ tu tía no tiene hijos?- pregunté interesada.
--Si, pero son varones y a ellos no les afecta- dijo un poco triste.
--¿Cuándo lo notaste? – la dije.
--Hace apenas dos años, estaba en casa enfadada con mamá cuando noté un hormigueo por mis manos y de pronto las cosas empezaron a caerse sin motivo alguno, me llevé un susto tremendo, mamá se quedó pálida y llamó a mi abuela, ella me dijo que hiciera algunas cosas y así fue como supe lo que yo era y a los peligros que me tendría que enfrentar, me dijo que cada una de nosotras que nacemos con un poder así teníamos un destino que llegado el momento había que afrontarlo. No sé a que se refería con eso -- dijo mirándome.
-- Te toca, dime – me dijo.
--¡Woo, una bruja!, no pensé que habría mas razas aparte de la mía—dije mirándola sorprendida.
--Soy una hobgoblin (mitad hada-mitad humana)—dije temerosa de su reacción.
--¿Qué? no puede ser ¿quieres decir que eres hija de una hada?—me miro incrédula.
--Mas bien hija de un hada y una humana—dije sonriendo
--¿Cómo es tu padre?- dijo curiosa.
--Hermoso, especial, solo que ya no está con nosotras, lo mataron hace años – dije entristecida.
--Todo lo que sé, fue a través de mi madre y un libro de instrucciones que dejó mi padre para que llegara a conocerlos un poco.
--¿Le viste las alas? ¿Tienes alas?.
--No, no se las vi, de hecho no he visto que las hadas las tuvieran y he visto unas cuantas créeme.
--Pues las tienen, no se porque tu no las has visto a no ser que ellos las ocultaran.

Sus palabras me dejaron curiosa cuando viera a mamá se lo diría ella sabría que decirme respecto a eso.
--Lo que si me fijé es en lo diferente que son aquí, su forma de vestir y eso que solo logré verlos por un instante- dije
--¿Te refieres a los del otro día?- contestó.
--Si, a esos.
--No eran hadas exactamente, por lo menos no a las que tu estas acostumbradas a ver, tienen un nombre diferente se les llama “DRIADES” es inusual que las veas por aquí ya que se encuentran en los bosques sobre todo cerca de los robles, se conoce que son sus preferidos, no son peligrosas pero la verdad ya no me fío de nada que provenga del mundo mágico.
--¿Cómo sabes tanto de ellas?-le dije curiosa
--Al igual que tú tengo un libro de las especies mágicas de esta zona.
--Interesante, un día me lo tienes que enseñar yo solo sé lo que pueden hacer algunas si nos descubren—dije acordándome entristecida de mi querida amiga.
--¿Qué sabes hacer? ¿Tienes algún poder?- dijo Rosa.
--Si, me puedo volver invisible, ocultar mi aura y realizar algún que otro hechizo de protección, pero viendo esto creo que estoy un poco verde, tenemos que ayudarnos creo que estas como yo en ciertos aspectos.
--¿Cómo no te protegiste ante ellos? No deben saber que hay gente como nosotras aquí, es muy peligroso, sabes lo que nos harían ¿verdad?.—la dije preocupada.
--Si, algo comentó mamá sobre eso- dijo preocupada.

Estábamos tan metidas en la conversación que no vimos llegar a Bianca, nos cogió desprevenidas sobresaltándonos cuando oímos su voz, espero que por su bien no haya oído nada de lo que decíamos, nos tomaría por locas a las dos.

Fui a por algo de bebida tenía la boca seca de tanto hablar, las campanadas empezaron a sonar de pronto
 --¿Ya son las doce?-- Me pregunté mirando el reloj de pulsera como no me gustan las uvas seguí mi camino. Una mano se aferró a mi cintura impidiéndome andar me di la vuelta para ver de quien se trataba, mi sorpresa fue al ver a Alex enfrente de mí.
--¡Feliz Año Nuevo!- no me dio tiempo a contestar cuando sus labios se posaron en los míos, una oleada de calor recorría mi cuerpo me sujeté a su camisa para no caer mis piernas se volvieron inestables en ese momento.
El beso se volvía más exigente, su lengua intenta abrirse paso a través de mis labios lográndolo.
La primera vez que la noté jugar con la mía no sabía como responder, imité sus movimientos al poco ya me dio igual fue como una explosión de sensaciones desconocidas mis oídos pitaban silenciando cualquier ruido del exterior, olvidándome de donde estaba y lo que había ido hacer.
El me atrajo más hacía él de manera que solo nos distanciaba la tela de nuestras ropas, noté su excitado cuerpo pegado a mí produciéndome una extraña calidez en el centro del mío, esto es nuevo para mí, moví las manos hacía arriba hasta abrazarlo por el cuello haciendo el beso más profundo y apasionado esta sensación es adictiva no puedo dejar de besarlo, no quiero dejar de hacerlo, pero todo principio tiene su fin.

--¡Alex¡ ¿que estas haciendo?—oí una voz chillona al lado mío, nos separamos, estoy un poco aturdida por el beso pero aún así me doy cuenta que la dueña de esa voz es la rubia despampanante que no se despega de él.
Les oigo discutir, no quiero más problemas de los que ya tengo me doy la vuelta y voy a por la bebida que olvide momentos antes.

Dos semanas después……

Se acabaron las vacaciones, en este tiempo no lo volví a ver y eso que salimos a menudo.
 Rosa y yo nos habíamos unido más nos enseñamos los libros de cada una e incluso empecé a enseñarle como proteger y alzar un muro en su mente para cuando esos seres estuviesen cerca.
Ella me mostró la variedad de hadas que había y otros seres, nunca imaginé que hubiese tantas especies, algunas eran inofensivas pero de todos modos no me fiaba de eso.
Me comentó que sus padres la enviarían lejos a estudiar al año siguiente, en una universidad que no había oído hablar nunca de ella, ella no quería irse solo que no le servía de nada sus padres ya mandaron la solicitud de ingreso y con las notas de Rosa no habría problemas es una buena estudiante.

Mamá esta preocupada pues solo faltan unos meses para que acabe el curso y tenía que decidir a que universidad tenía que ir. Todos en mi clase hablan de eso emocionados la mayoría de ellos tendrán que abandonar su hogares para cumplir sus sueños, yo sin embargo no quiero ni hablar de ello no voy a dejar a mi madre sola.
Bianca se iría a la universidad Complutense de Madrid quiere estudiar diseño de interiores o algo por el estilo nos lo comentó un día en la cafetería. Rosa no sabía que elegir aunque le gustaba el cuidado de las plantas, esperaba que donde fuese haya algo similar a lo que buscaba, se iría fuera de España no sabía el lugar exacto donde se encontraba ubicada esa universidad, la verdad que se me despertó la curiosidad del secretismo de los padres de ella, me encogí de hombros como gesto, ellos sabrían lo que hacían.

Al llegar a casa saludé a mamá con dos sonoros besos en las mejillas.
--Hola cariño,¿Qué tal el día? ¿Como te fue?—preguntó mama
--Bien- contesté, dejé mis cosas en la entradita,
--Estoy sedienta- me dirigí a la cocina para saciar la sed y picar algo, mi estomago protestaba ruidosamente, mamá sonrió al escucharlo.
--Ve al salón hasta que te prepare algo para cenar, hoy echan tu peli favorita.
--¿Cuál, mamá?—pregunté
--Esa que se enamora una chica con un vampiro o eso creo no estoy muy puesta en estas pelis tan modernas—dijo mamá desde la cocina.
--JJJejejeje, ya se cual—dije pensando en Robert Pattinson este actor me encanta, ansiosa de ver la última peli de la saga.

Al día siguiente noté que algo le pasaba a mi madre se comportaba diferente, su expresión no me gustaba para nada ¿Que sería que tenía así a mamá? Estoy intrigada, miré el reloj de pulsera se me estaba haciendo tarde, me despedí de ella rumbo a clase, estaba deseando que se acabase ya.

Al salir de mi última clase Rosa me estaba esperando en el pasillo con expresión sería, con los libros apretados en su pecho casi doblados por la fuerza de sus brazos.
--Tenemos que hablar – me dijo con voz apagada.

p1

[FICS] El Secreto de Naiara - Capítulo III



CAPÍTULO TERCERO

Mamá trajo unos folletos de varios países entre ellos estaban, Corea, España, Francia, Colombia etc.…

No nos decidíamos a cual ir, estábamos indecisas sabíamos que se encontraban en todas partes solo había que buscar un lugar donde pasáramos desapercibidas.

Decidimos ir a España, un país de Sol se hablaba bien de este país, estuvimos indagando sobre sus ciudades queríamos ir a un lugar con pocas leyendas sobre duendes y hadas que por mi experiencia sabía que eran ciertas.

Toledo fue la ciudad elegida, solo se hablaba de brujas e inquisición nada de seres con alas ni nada parecido, nos instalamos en un pueblecito llamado Villarrubia al principio fue un poco duro, no conocíamos a nadie pero ya estaba acostumbrada a estos cambios.
Prácticamente lo teníamos todo a mano, a pocos kilómetros había pequeños bosques con zonas sembradas por toda clase de vegetales comestibles con árboles frutales, el río Tajo cruzaba sus tierras enriqueciéndolas con su agua, una mina donde sustraen sulfato de la tierra bueno para detergentes y otros usos esta cerca del río, Villarrubia es un pueblo donde la mayoría de sus gentes trabajan en dicha mina, otra pequeña parte en la construcción.

Si, me gustaba vivir aquí tan solo llevamos unos meses y me he adaptado bien igual que mi madre, en todo este tiempo no eché de menos mi hogar tan solo por mi querida amiga, a ella siempre la llevaré en mi corazón pienso mucho en ella y lo que debía de haber echo por ayudarla me culpo por eso, por otro lado llevaba razón mi madre hice lo que tenía que hacer pues no tenía otra alternativa.

El verano llegó a su fin tan solo faltaban pocos días para comenzar el nuevo y último curso, me pongo nerviosa solo en pensarlo se supone que debo estar acostumbrada por las veces que me he cambiado , soy una chica poco habladora lo pasaba realmente mal en estos casos sobre todo a la hora del almuerzo, no conozco a nadie de mi edad y no soy nada buena entablando amistad con las personas, mis vecinas eran dos adorables ancianitas me divertían con sus historias pasadas, me ayudaron bastante con el idioma una de ellas era maestra ,eso me vino genial para enseñarme a pronunciar bien las palabras y explicarme sus significados puesto que en España una sola palabra tenía significados diferentes, después de eso me fue mas fácil entenderlo mamá era mas lenta en aprender pero con mi ayuda y las ancianas iba tirando.

Llegó el primer día de enseñanza, estoy muy nerviosa andando por el pasillo del instituto, veo que los chicos se me quedan mirando siempre es lo mismo cuando llega alguien nuevo solo que no me gusta nada que estén pendientes de mi, sobre todo las chicas mas populares esas tienden a sacarte defectos aunque no lo tengas, siempre es lo mismo da igual ciudad o país, ahí estaban ellas para hace la vida imposible a las menos agraciadas que ellas.

La mañana pasó sin contratiempos algunos de los chicos de mi clase se me acercaban para conversar haciéndome preguntas de mi antiguo hogar y cosas así. La chica que se sentaba a mi derecha me ayudó a quitármelos de encima.

-Gracias- la dije agradecida.
- No tiene importancia se lo que es eso vine aquí hace tres años y es ahora cuando me estoy acostumbrando, es duro si vienes de una ciudad como yo es tan diferente todo por cierto tienes un acento encantador ¿de donde eres?
- De Irlanda.
--Bonito país, jeje lo siento—dijo ofreciéndome la mano—Me llamo Bianca y soy de Madrid capital – dijo ella uniendo nuestras manos a modo de saludo se acercó y me dio un beso en cada mejilla.
-- ¿Cómo te llamas?— dijo al ver que no decía nada, la chica me recordaba a Eileen por el color de pelo y la forma de su cara, su altura es parecida a la mía y un poco llenita pero le sentaba bien llenaba ciertas partes de su cuerpo que a los chicos les volvía locos.
-- Naiara -- la contesté.
--Bonito nombre—dijo mirándose al reloj
-- Vamos a comer algo, seguro que ya cogieron los mejores sitios – cogió mi mano y tiró de mí arrastrándome hasta el comedor.

Nos sentamos con un grupito de chicas, algunas las conocía eran de mi clase otras por cruzarme con ellas en los pasillos, eran simpáticas por lo menos lo parecían, la tal Bianca intentaba meterme en la conversación para que fuera conociendo a las chicas. Lo más raro es que en el tiempo que llevábamos en el pueblo todavía no había visto nada inusual, no veía a ninguno de ellos por los alrededores o eso o que fuesen sumamente poderosos y ocultaban su esencia muy bien, de todas formas no bajaba la guardia por si acaso.

Tres meses después me movía por el pueblo como si hubiera nacido aquí, Bianca y Rosa se abrieron paso a través de mi corazón como hizo en su momento Eileen “mi entrañable amiga” siempre la tenía en mis pensamientos, como cuando íbamos de tiendas, nos pasábamos a lo vestidores para probarnos las prendas mas llamativas y horteras que encontrábamos, riéndonos de nosotras mismas por como nos veíamos con ellas puestas intentando no llamar la atención del dependiente del establecimiento. Agité ligeramente la cabeza a los lados para disipar ese recuerdo que me hacía daño, esos tiempos nunca volverían, debía de dejarlos atrás en los recuerdos del pasado, entonces ¿por qué me seguían doliendo tanto? ¿No dicen que el tiempo lo cura todo?, habían pasado meses de eso y lo tenía latente dentro de mí como si fuera ayer, el sentimiento de culpa no se alejaba de mí ante la duda de poder haberla ayudado ante ellos.

Quedan pocos días para las vacaciones de Navidad, mis diecisiete años habían volado para dar paso a los dieciocho, la vida aquí era tranquila sin peligro aparente, pero no por eso deje mis obligaciones de seguir entrenando. Mi madre ya no me podía ayudar, ella me enseñó todo lo que sabía pero era poco, necesito ayuda para seguir evolucionando mis poderes ¿Quién me enseñaría? Si no saben lo que soy y lo mas extraño ,nadie era como yo en este lugar..

Miro la hora en el reloj de pulsera --ya llegamos tarde para coger un buen sitio en el comedor—susurro para mí, esperando a mis nuevas amigas apoyada a la pared con los libros de texto pegados al pecho sujetos por mis brazos,

La puerta del aula de enfrente de mí se abre dando paso a unas zapatillas deportivas NIKE de varios colores, un poco llamativas para mi gusto, deduzco que es un chico por el número de estas por lo menos un cuarenta y dos sigo ascendiendo mi mirada, el chico lleva unos pantalones rotos por varios sitios de color negro desteñido y con marcas de arrugas del mismo pantalón, una camiseta azul con un tribal en la espalda o eso creo se veía poco el dibujo, la tenía pegada a su cuerpo marcando un abdomen firme de ir a gimnasio a ejercitarse. El chico hablaba con alguien, no sabía quien pues mi atención la tenía puesta en él, le miro el rostro, es guapo con unos labios un poco gruesos para mi gusto pero no estaba mal, el pelo corto de color castaño claro lo llevaba alborotado, sus ojos fueron lo que captó mi atención de un color verde esmeralda con pequeñas marcas a los lados del contorno de los ojos, señal que es un chico alegre y risueño, era la primera vez que lo veía por aquí, el curso llevaba varios meses empezado seguro que era de intercambio, ya había visto un par de chicas desconocidas en mi clase en el día de hoy.

..Es la primera vez que alguien capta mi atención no puedo dejar de mirarlo, su mirada se encontró con la mía por un instante, provocándome escalofríos por todo el cuerpo a la vez que una extraña y cálida sensación iba creciendo en mi interior.
No noté que con quien estaba ya se había ido, él se acercó a mí, no se que hacer estoy tan nerviosa que creo que no saldrán palabras de mis labios.

--¡Hola! Me llamo Alexander, Alex para los amigos – Dice alargando su mano en modo de saludo hacía mí.
---Hola, soy Naiara—le contesté tímidamente aceptando su mano mirándole a los ojos, procurando no fijar la mirada en sus labios que me atraían como la miel a las abejas.
--¡Ploff!—Oí un ruido a mis pies, era un libro que se me había caído, cerré un instante los ojos de fastidio por el dichoso librito teniéndose que caer en ese preciso instante. Al agacharme para recogerlo sentí como nuestras cabezas chocaban por ir a por el al mismo tiempo.
--¡Ay!- Solté sin poderlo evitar tocándome donde me había echo daño, estábamos agachados sujetando el libro los dos, él lo soltó incorporándose me ayudó a levantarme.

Se acercó más a mí, mi corazón empezó a latir desbocado al ver que sus manos iban a la zona dañada para ver si me había echo algo. Lo tenía tan cerca de mí que sus labios estaban a pocos centímetros de los míos solo con levantar un poco la cabeza y estos serían míos

-- ¿Cómo sería besarlo? ¿Qué sentiría con mi primer beso?—Mi mente no dejaba de hacerse esas preguntas, me mordí el labio inferior para no sucumbir a la tentación apenas acababa de presentarse ¿Que opinión tendría de mí si lo hiciera? Y encima sin experiencia, un desastre seguro.

--Tienes un buen chichón, lo siento, solo quería ayudarte—Dijo mirándome sin apartarse, ajeno al remolino de sensaciones que provoca en mí.
En sus ojos apareció un extraño brillo- ¿Sería que él siente lo que yo?- me dije
Permanecimos ahí parados mirándonos uno al otro en silencio, su rostro se movió acercándose poco a poco hacía mí, levanté el mío para ir a su encuentro entreabriendo los labios.

--¡Ey! Nai , ¿esperaste mucho? ¡OH! , lo siento no sabía que estabas acompañada – Dijo Bianca apareciendo de repente un poco sorprendida por la escena que tenía ante ella.

Estaba visto que hoy no era mi día, conozco a un chico tremendamente guapo con el único que deseo besarme en mis dieciocho años de vida y cuando estoy apunto ¡ZAS! aparece Bianca estropeando el momento. La miré queriendo estrangularla, ella abrió mucho los ojos dándose cuenta de lo que interrumpió entre nosotros y quiso solucionarlo dejándonos solos.

--Bueno yo voy a buscar a Rosa y a coger sitio en el comedor, luego te veo ¡Hasta luego!- se despidió de nosotros.
El momento estaba arruinado y yo con la cara más roja que un tomate no supe que decir mirándole cortada.
--Ponte algo frío – señalo mi chichón – te aliviará, encantado de conocerte Naiara ¿o , Nai? – me sonrió divertido.

Mis latidos se dispararon alocados, solo pude asentir con un leve movimiento afirmativo devolviéndole la sonrisa. Él se fue levantando su mano mientras andaba como despedida, tuve que apoyarme en la pared por la impresión que me causó ¿Qué me pasó hace un momento?..

Ahora sé lo que se siente cuando alguien te atrae hasta el punto de darte igual donde te encuentres con esa persona. Todavía aturdida me dirigí hacía el comedor a encontrarme con las chicas.
Hoy estaba lleno de gente y no las veía por ningún lado, me adentré un poco más cuando vi un par de manos agitándose para llamar mi atención.

--¡Hola! Me retrasé lo siento – les dije acercándome a ellas.
--Ja ja ja, ya me gustaría a mi tener el retraso que tuviste—Dijo riéndose Bianca
--¿Como fue? Divino, seguro con el ejemplar que estabas… ¿Cómo es que ligaste con él en su primer día? Cuéntanos venga no te lo calles—dijo impaciente removiéndose en la silla.
--La verdad es que no sé como pasó fue todo tan de repente que me pilló de sorpresa, ¡pero alguien vino y me fastidió la ocasión de saberlo!- contesté irónicamente mirando a Bianca.
--JA JA JA , sorry la próxima vez me quedaré calladita viendo el acontecimiento-- se río la acusada .
--¿Es verdad que nadie te ha besado? Perdona pero cuando me lo dijo Bianca no me lo creí, eres una chica bella con buena figura no me puedo imaginar que sea así—Dijo Rosa algo tímida pero directa.
-- Si, bueno.. es que no estuve mucho tiempo viviendo en un mismo lugar como para interesarme por alguien—les dije.
-- Tampoco lo llevas aquí- dijo Bianca, no se le escapaba una.
-- Tienes razón, pero no se lo que me pasó con es chico- les expliqué.

Tres días después……

Es el último día para las vacaciones todos estábamos deseando que terminase la última clase para celebrarlo, me puse en contacto con mi madre para decirle que llegaría tarde que me quedaría un rato con mis amigos, mi madre como siempre me decía que tuviese cuidado y no bajara la guardia por si acaso.

Amo a mamá siempre preocupándose por mí y dejándose en segundo lugar, de vez en cuando pienso en papá y lo mucho que lo echo de menos, si estuviese conmigo ¡que diferente sería todo¡ ahh mejor pienso en otra cosa no quiero estar nostálgica , quiero pasarlo bien es la primera vez que me siento una persona normal y no lo quería estropear con mis pensamientos.

--¡Hola!- me dijo alguien al pasar por mi lado, cuando levanté la cabeza para contestar al saludo me di cuenta de quien era quedándome muda mientras le miraba como se alejaba con otro chico ¡Idiota de mí! ¿Como no le dije nada?.

--Aquí estas, vamos hemos quedado en “Don Pepe’s”- Rosa vino en mi busca cogiéndome del brazo fuimos al lugar de encuentro

“Don Pepe’s” es un bar de tapas donde se servía toda clase de bebidas con variedad de tapas para acompañar, mirando el lugar, contaba con una barra de madera con un grifo plateado de alguna marca de cerveza, en la parte derecha de la barra pegada a la pared se encontraba una pequeña vitrina exponiendo varias clases de tapas. La mitad de la pared estaba forrada deL este mismo material que la barra dando al local un toque antiguo, la otra mitad tenía fotos del dueño de dicho bar con gente conocida del medio taurino, actores, deportistas etc….. No sé hasta que punto esas fotos eran verdaderas o ficticias, también había una pequeñas mesas redondas con sus respectivas sillas.

El local esta abarrotado de gente conocida, nos sentamos cerca de la ventana al mirar a través de ella vi entrar a Alex acompañado de una chica.

Al lado de ella soy insignificante, es preciosa su pelo rubio hasta la cintura, su figura no envidia a las modelos mas cotizadas del país o sea perfecta a los ojos de los chicos, suspiré sabiendo que con ella no tenía nada que hacer si ya puso los ojos en él.

Los observé por largo rato, tuve que haber aprovechado la ocasión para besarlo en ese momento, me regañé a mi misma por ser tan lenta.

--¿Te encuentras bien? Tu cara se ha puesto un poco roja- me dijo Rosa..
--No te preocupes, no es nada se me pasará- no me pasaba la Coca Cola que estaba tomando del nudo que se me formó por verlos juntos. Era mejor así no podía encariñarme con alguien que no sabia si lo vería al día siguiente por mi situación.

Se acercaron varios chicos de nuestra clase a conversar con nosotras, poco a poco lo saqué de mi cabeza y decidí pasarlo bien.
Sergio un chico de piel morena y ojos negros se me sentó a mi lado entablamos una conversación animada, me cayó bien me hizo reír con sus chistes e historias. El tiempo pasó volando ya era hora de irme a casa lo había pasado bien, Rosa se puso de pie y anunció que se iba aproveché la oportunidad y me levanté también despidiéndome de todos, Sergio se ofreció a acompañarnos a nosotras declinemos la oferta puesto que Rosa vive a una manzana cerca de mi casa.

Estábamos a la mitad del camino cuando noté una pequeña vibración en el entorno, hacía tiempo que no lo notaba por lo que me paré por la impresión mi conciencia me decía que estaba en peligro por lo que empecé a levantar el muro en mi interior, Rosa estaba nerviosa y asustada, algo que me pareció extraño pues un simple humano no lo puede notar.

--¡Tenemos que irnos ya! ¡Apresúrate!—me dijo asustada.
--No hay tiempo, ellos están cerca—la contesté.
--¿Cómo sa…?—No la dejé seguir.
--Tenemos que hablar sobre esto más despacio, ahora haz lo que te diga ¿De acuerdo? nuestras vidas dependen de ello.
--¿Qué debo hacer?- me dijo.
--Lo primero tienes que tranquilizarte, piensa en algo que te haya emocionado últimamente- traté de que su mente se distrajera.
-- ¿Cómo me pides eso? Es imposible- me dijo.
--Está bien entonces respóndeme estoy intrigada por algo- tenía que hacerlo ¡Ya! casi los teníamos encima.
--¿Qué se siente al besar un chico?¿Que tienes que hacer?- esto funcionaría.
--¡QUÉ!
-- Eso, que siento curiosidad— se lo planté así para que la pillara de sorpresa, su mente se quedaría en blanco por un momento, justo lo necesario para que el peligro pasara.
--Eres única ¿como puedes preguntarme eso?.
--Respóndeme.
--UFFF como te diría, depende del chico que te bese, la primera vez que me pasó no supe que hacer me pilló por sorpresa…

Ya habían pasado solo eran dos, sus vestimentas eran diferentes a los de Irlanda no pude fijarme bien porque era de noche pero sí noté que el color de su atuendo era como un marrón o algo parecido.

--¡Naiara! ¿Para que me preguntas eso si no me prestas atención? Yo…..—en ese momento ella se dio cuenta del motivo por el que le pregunté.
--¡Tú! ¿Cómo sabías que al….?—le puse la mano en la boca para que no siguiera hablando.
--Tenemos mucho de que hablar Rosa y será muy pronto te lo prometo.



FIN DEL TERCER CAPTÍTULO

p1

Algo más que el Destino (Lista de Capitulos)


FanFic          : Algo más que el Destino
Autora          : Mika Geun
Clasificación : ....
Capitulos      : 14

Estado          : Terminado


Lista:
C1 , C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9, C10, C11, C12, C13, C14

p1

[FICS] El secreto de Naiara - Capítulo II



CAPÍTULO SEGUNDO

Tengo diecisiete años, las vacaciones de verano llegan a su fin, en el transcurso de este año hice amistad con una chica llamada Eileen, es simpática y agradable, nos llevamos muy bien, a ella no le importaba mis rarezas.
A mi amiga le gusta un chico que va a nuestra clase, él era en verdad muy atractivo a casi todas las chicas les gustaba pero tenía algo que me hacía desconfiar, hay algo en él que no me gusta, casi no percibo su aura y eso es realmente extraño, no se como avisarla sin delatarme primero.

Tengo dos normas que no debo romper por mi seguridad:
Primera: “no decir a nadie quien soy ni lo que soy”
Segunda: “no revelar la existencia de estos seres místicos”

De todas formas me tomarían por loca, bastante es que soy la rarita de la clase como para decirles que soy Una Sprite o Hobgoblin (mitad hada-mitad humana) así se les llama a nuestra especie híbrida.

Según las notas de papá, las hadas jóvenes les costaba ocultar su identidad, pues su poderes no se hacían latentes hasta cumplir los veinte años a través de una ceremonia de iniciación, no me ponía de que se trataba, lo dejé pasar. A ellos lo único que se les permite a esa edad era la transformación e invisibilidad incorpórea.

Eileen se fue distanciando de mí poco a poco, la llamaba para salir siempre estaba ocupada dándome excusas hasta que un día los vi juntos por una de las zonas más concurridas del pueblo en el que vivimos, me sentí abandonada como antaño cuando era pequeña.

Cada vez la notaba más apagada, indiferente a cuanto la rodeaba, no era la Eileen que yo conocí tiempo atrás, ella me preocupaba, decidí seguirlos para saber a que se debía este cambio en ella.

--Hoy es el día --, les escuché que iban a quedar en el parque Glenveagh , dicho parque estaba a doce km del pueblo, es unos de los parques naturales mas grandes de Irlanda con castillo y jardines botánicos incluidos.

Lo iba a tener un poco difícil para que no me descubriesen, solo podía recurrir a la invisibilidad, era peligroso para mi, ya que hacía poco este don me fue dado y todavía no lo controlaba bien.

El problema es que si usaba este poder las hadas podían verme, pues me pondría a su mismo nivel, corriendo el riesgo de que me descubrieran.

Mi mamá y yo estábamos preparadas por si esto pasaba, estaba casi todo embalado y una garrafa de gas-oil preparada por si nos pillaba de sorpresa y teníamos que partir de inmediato, no era la primera vez que ocurría.

Había salido todo bien hasta ahora, los seguí en la distancia con la moto que me regaló mamá para mi décimo séptimo cumpleaños.

Una vez dentro del parque, le fui observando en la manera de actuar de él, cada vez estaba más convencida de que ese chico era uno de ellos, lo que no comprendía era el empeño de salir con Eileen , ella era una simple mortal - ¿ qué querría de ella? - Me pregunté a mi misma.

Esto de espiar a tu mejor amiga era un aburrimiento, todo pasaba con normalidad en una pareja, que si la cogía de la mano, una caricia por aquí, otra por allá – di un pequeño suspiro.
No sabía nada de relaciones de pareja, nunca me había enamorado ni siquiera había salido con nadie, ni mucho menos haber tenido cualquier roce con el sexo opuesto ¿Que se sentiría ser besada por alguien? Tenía curiosidad respecto a eso.

Me fijé en el entorno que me rodeaba, era realmente bello el paisaje que tenía frente a mí.
A lo lejos se veía el castillo de Glenveagh, tenía una torre rectangular, estaba edificado en cuatro plantas cosa que era extraño en esa época, estaba abierto desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, esto último lo leí del folleto que cogí en la entrada, se veía interesante.

Un murmullo empezó a oírse, cada vez se hacía más notorio, hablaban en un dialecto que no entendía pero que sin embargo conocía a la perfección, miré a mi amiga ella no daba señales de que podía oírlo como yo, me preparé como siempre hacía cuando ellos estaban cerca, me concentré en vaciar mi mente de toda clase de pensamientos y sentimientos, cogí mi bolso para sacar el libro de emergencia que tenía para estos casos.

Me concentré en la lectura, levantando un muro en mi mente, podía observar cuidando que ningún pensamiento traspasara el muro o estaría perdida si fuese así.

Ellos llegaron a mi altura, fijándose en mí, yo seguí leyendo, haciendo cada vez más grueso el muro de mi interior.
Iban vestidos con ropas extrañas y de color verde, las blusas de estos seres estaban abiertas casi hasta la cintura, dejando ver su pecho y parte de su abdomen desnudo, su piel era morena con matices dorados, las mangas eran largas con una apertura a lo largo del hombro hasta la muñeca.
Los pantalones si es que se le podían llamar eso, eran de un tono de verde más oscuro, ceñidos a los muslos de estos, lo extraño era que no se veía costura por ningún lado.

Tenían un hermoso rostro, uno de ellos era una chica con aspecto delicado y mas baja que ellos, lucía un espeso y bonito pelo largo de color castaño- rojizo, ella vestía una túnica corta con un hombro al descubierto, mostrando sus bien y torneadas piernas, del mismo color verde que el de sus compañeros.
Uno de ellos, se paró y me miró por largo tiempo extrañado.

Seguí embelesada con la lectura, ignorando la presencia de ellos, se supone que a los ojos humanos no había nadie parado allí.

El más guapo de los tres chicos, se me acercó, poniendo su mano en mi libro mientras observaba mi rostro fijamente, noté como intentaba leerme el pensamiento, yo actué como si tal cosa, pasé a la hoja siguiente atravesando su mano incorpórea, haciéndole creer que delante de mí no había nada.

El se retiró despacio, dudoso todavía por mi reacción indiferente, unos segundos después se unió a sus compañeros reanudando la marcha, les habló en su dialecto, todos me miraron, mantuve la calma todo lo que pude frente a ellos.

Se fueron acercando donde estaban Eileen y su compañero, parándose a escasos metros de donde ellos estaban sentados.

El novio de mi amiga les miró disimulando una sonrisa, su mirada era malévola, me dio escalofríos poniéndome los pelos de punta, no, esa persona no era humana ahora lo sabía con toda seguridad, su aura acababa de aparecer era la misma que las de sus amigos confirmándome quien era.

Tenía miedo por mi amiga pero no podía hacer nada, todavía no estaba preparada para enfrentarme a ellos, ni siquiera a uno de ellos.
Quería llorar, tuve que reprimir ese sentimiento por si lo detectaban.

Se colocaron en circulo rodeándolos, mi amiga no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, estaba embobada con el chico, no sabía al peligro que se enfrentaba.

De pronto vi como perdía el conocimiento él la tumbaba en el suelo, estaba como dormida, todo pasó muy deprisa ante mis ojos, el chico se situó al lado de sus compañeros, ahora no había dudas de quien era él.

Lo que tenía delante de mí, era un ritual de iniciación, se necesitaba a una víctima humana, para lograr el su cometido. Ahora entendí las notas de mi padre,, para obtener los poderes las hadas a sus veinte años necesitaban algo proveniente de los humanos, solo que no comentaba nada de un sacrificio ni qué era lo que necesitaban.

Estaba desolada sin poder hacer nada, tenía que escapar de allí lo antes posible, sin que ellos notasen mi presencia, eché una última mirada a mi amiga.

Una extraña neblina empezó a salir del cuerpo de Eileen rodeándola por completo, el chico que estaba con ella se arrodilló enfrente, agachándose empezó a absorber la neblina.

Era momento de escapar, me moví despacio alejándome del lugar en que me encontraba, sentí que había traicionado a Eileen dejándola a solas con ellos pero mi instinto me decía que tenía que salir de allí como fuese.
Me dirigí al castillo donde había más gente, ya a salvo en el interior fui a los baños encerrándome en uno de ellos, di rienda suelta a mi dolor no pude contener por mas tiempo las lágrimas que me quemaban por dentro.

Encogida sobre mi misma sentada en la taza, me sentí culpable del suceso era una cobarde no hice nada por salvarla ¿Cómo no me di cuenta antes de lo que él era? ¿Habría cambiado algo? Esas preguntas las tenía grabadas en mi mente.

Arrepentida de haberme ido, me armé de valor tenía que ayudarla aunque perdiera mi vida en ello.

Volví al lugar donde pasó, no había rastro de ellos, solo el cuerpo de Eileen tirado en el suelo, me acerqué a ella casi no veía por las lágrimas que corrían libremente por mi cara, la sostuve en mis brazos meciéndola contra mi cuerpo desesperada, había llegado tarde y todo por mi culpa si hubiese sido más valiente me habría enfrentado a ellos sin importar el resultado.

Me di cuenta que respiraba levemente, saque fuerzas de donde pude, suerte que ella era menudita para poder llevarla a la espalda, sus pies rozaban la tierra haciendo surcos mientras caminaba, no podía hacer otra cosa por ella solo intentar salvarla si llegaba con vida.

Al verme, la gente vino a socorrernos, enseguida la llevaron dentro para examinarla poco tiempo después apareció una ambulancia que nos llevó a las dos al hospital mas cercano.

Llevaban varias horas con ella, se me hicieron eternas, estaba muy nerviosa esperando que solo fuese el susto y nada más,.
Se abrió la puerta dando paso a los doctores que la atendieron, tenían la cara seria, un nudo fue formándose en mi interior no quería escuchar lo que dijesen, no, no quería oírlo sus expresiones no me gustaban.

--Lo siento, no se puede hacer nada mas por ella, está en estado vegetativo – los médicos informaron a sus padres después se dirigió a mi diciéndome-- ¿No viste que le ocurrió?

Con todo el dolor de mi corazón tuve que negarlo no pude hacer otra cosa, vi a mí mamá por el pasillo buscándome desesperada, salí corriendo a su encuentro abrazándola desconsolada por la noticia.

--¿Que pasó?, -- me limpiaba el rostro con sus delicadas manos.

--Fueron ellos, mama, lo vi todo y no hice nada por ayudarla—dije bajito en un mar de lágrimas con un sentimiento de culpa inmenso.

Ella me abrazó fuertemente contra sí apoyando su cabeza sobre la mía, por su rostro caía una lágrima, me dijo apenada y triste:

--No podías hacer nada más cariño, si la hubieses ayudado ahora no estarías conmigo eres una amenaza para su especie, te hubieran eliminado sin pensarlo tu instinto te salvó la vida.

Levantó la cabeza para mirarme entristecida.
--La próxima vez sigue tu instinto lo has agudizado con los años aunque tu corazón te diga otra cosa eso te salvara de situaciones difíciles de ahora en adelante.

--¿Qué la hicieron, para dejarla así? – La pregunte después de contarle lo que había pasado -- ¿Qué era esa niebla rodeándola?

--El alma cariño, necesitan un alma humana para poder concluir el ritual, de esta manera sus poderes son llamados para convirtiéndose en un hada completamente adulta.

Una semana después…..

Abrí la puerta de la habitación del hospital donde se encontraba Eileen me acerqué despacio, estaba sola sus padres se habían ido a comer me senté en la silla mas cercana a ella cogiendo la pálida mano acariciándosela.

--¿Por qué tuviste que ser tú? Perdóname por favor donde quieras que estés, perdóname- volví a llorar desconsolada.

Me sentía tan sola sin ella, llegué a acostumbrarme a su presencia, la quería tanto, después de todo fue mi primera amiga.
El sentimiento de culpa no me dejaba tranquila ni un momento Eileen se había perdido o dejado de existir, lo que tenía delante era un cuerpo vació sin vida, un cascarón hueco sin nada dentro.

Tomé una decisión, me vengaría por ella y de todas esas personas que eran victimas en sus manos, estudiaría hasta caer rendida, encontraría la forma de vencerlas, no dejaría hasta lograrlo aunque perdiera la vida en el camino encontraría una forma de vengarla.
Me acerqué para besarla en la frente era mi despedida, con todo el dolor de mi corazón salí por la puerta sin mirar atrás.

La situación había cambiado algo pasaba lo notaba, las veía por todas partes con más frecuencia que antes, se estaba volviendo peligroso el vivir aquí teníamos que tomar la decisión de volver a irnos, dejando atrás los recuerdos dolorosos.

Al llegar a casa me esperaba mi madre apoyada en el marco de la puerta, no había cambiado mucho en estos diez años pasados unas cuantas arrugas en el bello rostro, su figura esbelta era la misma parecía mi hermana mayor en vez de mi madre, me sentía muy orgullosa de ella, tan valiente no me extrañaba que mi padre se hubiera enamorado de ella.

La informé sobre la situación en la que nos encontrábamos, en el transcurso de la semana se había duplicado el número de estos seres por los alrededores, estaban buscando algo y tenía miedo que ese algo fuese yo.

Últimamente había descuidado mi persona poniendo en peligro mi vida y la de mi madre, seguro que ellos habían detectado mi existencia y me estaban buscando

Era el momento de marcharse a otro lugar ¿cual sería el adecuado? ¿Existiría algún lugar donde estuviese a salvo de ellos? 
FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO



p1

Enamorada de mi Tutor (Lista de Capitulos)

 
FanFic          : Enamorada de mi Tutor
Autora          : Vicky Monzon
Clasificación : ....
Capitulos      : 20

Estado          : Terminado


Lista:
C1 , C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9, C10, C11, C12, C13, C14, C15, C16, C17, C18, C19, C20

p1