CAPÍTULO SEGUNDO

Tengo diecisiete años, las vacaciones de verano llegan a su fin, en el transcurso de este año hice amistad con una chica llamada Eileen, es simpática y agradable, nos llevamos muy bien, a ella no le importaba mis rarezas.
A mi amiga le gusta un chico que va a nuestra clase, él era en verdad muy atractivo a casi todas las chicas les gustaba pero tenía algo que me hacía desconfiar, hay algo en él que no me gusta, casi no percibo su aura y eso es realmente extraño, no se como avisarla sin delatarme primero.

Tengo dos normas que no debo romper por mi seguridad:
Primera: “no decir a nadie quien soy ni lo que soy”
Segunda: “no revelar la existencia de estos seres místicos”

De todas formas me tomarían por loca, bastante es que soy la rarita de la clase como para decirles que soy Una Sprite o Hobgoblin (mitad hada-mitad humana) así se les llama a nuestra especie híbrida.

Según las notas de papá, las hadas jóvenes les costaba ocultar su identidad, pues su poderes no se hacían latentes hasta cumplir los veinte años a través de una ceremonia de iniciación, no me ponía de que se trataba, lo dejé pasar. A ellos lo único que se les permite a esa edad era la transformación e invisibilidad incorpórea.

Eileen se fue distanciando de mí poco a poco, la llamaba para salir siempre estaba ocupada dándome excusas hasta que un día los vi juntos por una de las zonas más concurridas del pueblo en el que vivimos, me sentí abandonada como antaño cuando era pequeña.

Cada vez la notaba más apagada, indiferente a cuanto la rodeaba, no era la Eileen que yo conocí tiempo atrás, ella me preocupaba, decidí seguirlos para saber a que se debía este cambio en ella.

--Hoy es el día --, les escuché que iban a quedar en el parque Glenveagh , dicho parque estaba a doce km del pueblo, es unos de los parques naturales mas grandes de Irlanda con castillo y jardines botánicos incluidos.

Lo iba a tener un poco difícil para que no me descubriesen, solo podía recurrir a la invisibilidad, era peligroso para mi, ya que hacía poco este don me fue dado y todavía no lo controlaba bien.

El problema es que si usaba este poder las hadas podían verme, pues me pondría a su mismo nivel, corriendo el riesgo de que me descubrieran.

Mi mamá y yo estábamos preparadas por si esto pasaba, estaba casi todo embalado y una garrafa de gas-oil preparada por si nos pillaba de sorpresa y teníamos que partir de inmediato, no era la primera vez que ocurría.

Había salido todo bien hasta ahora, los seguí en la distancia con la moto que me regaló mamá para mi décimo séptimo cumpleaños.

Una vez dentro del parque, le fui observando en la manera de actuar de él, cada vez estaba más convencida de que ese chico era uno de ellos, lo que no comprendía era el empeño de salir con Eileen , ella era una simple mortal - ¿ qué querría de ella? - Me pregunté a mi misma.

Esto de espiar a tu mejor amiga era un aburrimiento, todo pasaba con normalidad en una pareja, que si la cogía de la mano, una caricia por aquí, otra por allá – di un pequeño suspiro.
No sabía nada de relaciones de pareja, nunca me había enamorado ni siquiera había salido con nadie, ni mucho menos haber tenido cualquier roce con el sexo opuesto ¿Que se sentiría ser besada por alguien? Tenía curiosidad respecto a eso.

Me fijé en el entorno que me rodeaba, era realmente bello el paisaje que tenía frente a mí.
A lo lejos se veía el castillo de Glenveagh, tenía una torre rectangular, estaba edificado en cuatro plantas cosa que era extraño en esa época, estaba abierto desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, esto último lo leí del folleto que cogí en la entrada, se veía interesante.

Un murmullo empezó a oírse, cada vez se hacía más notorio, hablaban en un dialecto que no entendía pero que sin embargo conocía a la perfección, miré a mi amiga ella no daba señales de que podía oírlo como yo, me preparé como siempre hacía cuando ellos estaban cerca, me concentré en vaciar mi mente de toda clase de pensamientos y sentimientos, cogí mi bolso para sacar el libro de emergencia que tenía para estos casos.

Me concentré en la lectura, levantando un muro en mi mente, podía observar cuidando que ningún pensamiento traspasara el muro o estaría perdida si fuese así.

Ellos llegaron a mi altura, fijándose en mí, yo seguí leyendo, haciendo cada vez más grueso el muro de mi interior.
Iban vestidos con ropas extrañas y de color verde, las blusas de estos seres estaban abiertas casi hasta la cintura, dejando ver su pecho y parte de su abdomen desnudo, su piel era morena con matices dorados, las mangas eran largas con una apertura a lo largo del hombro hasta la muñeca.
Los pantalones si es que se le podían llamar eso, eran de un tono de verde más oscuro, ceñidos a los muslos de estos, lo extraño era que no se veía costura por ningún lado.

Tenían un hermoso rostro, uno de ellos era una chica con aspecto delicado y mas baja que ellos, lucía un espeso y bonito pelo largo de color castaño- rojizo, ella vestía una túnica corta con un hombro al descubierto, mostrando sus bien y torneadas piernas, del mismo color verde que el de sus compañeros.
Uno de ellos, se paró y me miró por largo tiempo extrañado.

Seguí embelesada con la lectura, ignorando la presencia de ellos, se supone que a los ojos humanos no había nadie parado allí.

El más guapo de los tres chicos, se me acercó, poniendo su mano en mi libro mientras observaba mi rostro fijamente, noté como intentaba leerme el pensamiento, yo actué como si tal cosa, pasé a la hoja siguiente atravesando su mano incorpórea, haciéndole creer que delante de mí no había nada.

El se retiró despacio, dudoso todavía por mi reacción indiferente, unos segundos después se unió a sus compañeros reanudando la marcha, les habló en su dialecto, todos me miraron, mantuve la calma todo lo que pude frente a ellos.

Se fueron acercando donde estaban Eileen y su compañero, parándose a escasos metros de donde ellos estaban sentados.

El novio de mi amiga les miró disimulando una sonrisa, su mirada era malévola, me dio escalofríos poniéndome los pelos de punta, no, esa persona no era humana ahora lo sabía con toda seguridad, su aura acababa de aparecer era la misma que las de sus amigos confirmándome quien era.

Tenía miedo por mi amiga pero no podía hacer nada, todavía no estaba preparada para enfrentarme a ellos, ni siquiera a uno de ellos.
Quería llorar, tuve que reprimir ese sentimiento por si lo detectaban.

Se colocaron en circulo rodeándolos, mi amiga no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, estaba embobada con el chico, no sabía al peligro que se enfrentaba.

De pronto vi como perdía el conocimiento él la tumbaba en el suelo, estaba como dormida, todo pasó muy deprisa ante mis ojos, el chico se situó al lado de sus compañeros, ahora no había dudas de quien era él.

Lo que tenía delante de mí, era un ritual de iniciación, se necesitaba a una víctima humana, para lograr el su cometido. Ahora entendí las notas de mi padre,, para obtener los poderes las hadas a sus veinte años necesitaban algo proveniente de los humanos, solo que no comentaba nada de un sacrificio ni qué era lo que necesitaban.

Estaba desolada sin poder hacer nada, tenía que escapar de allí lo antes posible, sin que ellos notasen mi presencia, eché una última mirada a mi amiga.

Una extraña neblina empezó a salir del cuerpo de Eileen rodeándola por completo, el chico que estaba con ella se arrodilló enfrente, agachándose empezó a absorber la neblina.

Era momento de escapar, me moví despacio alejándome del lugar en que me encontraba, sentí que había traicionado a Eileen dejándola a solas con ellos pero mi instinto me decía que tenía que salir de allí como fuese.
Me dirigí al castillo donde había más gente, ya a salvo en el interior fui a los baños encerrándome en uno de ellos, di rienda suelta a mi dolor no pude contener por mas tiempo las lágrimas que me quemaban por dentro.

Encogida sobre mi misma sentada en la taza, me sentí culpable del suceso era una cobarde no hice nada por salvarla ¿Cómo no me di cuenta antes de lo que él era? ¿Habría cambiado algo? Esas preguntas las tenía grabadas en mi mente.

Arrepentida de haberme ido, me armé de valor tenía que ayudarla aunque perdiera mi vida en ello.

Volví al lugar donde pasó, no había rastro de ellos, solo el cuerpo de Eileen tirado en el suelo, me acerqué a ella casi no veía por las lágrimas que corrían libremente por mi cara, la sostuve en mis brazos meciéndola contra mi cuerpo desesperada, había llegado tarde y todo por mi culpa si hubiese sido más valiente me habría enfrentado a ellos sin importar el resultado.

Me di cuenta que respiraba levemente, saque fuerzas de donde pude, suerte que ella era menudita para poder llevarla a la espalda, sus pies rozaban la tierra haciendo surcos mientras caminaba, no podía hacer otra cosa por ella solo intentar salvarla si llegaba con vida.

Al verme, la gente vino a socorrernos, enseguida la llevaron dentro para examinarla poco tiempo después apareció una ambulancia que nos llevó a las dos al hospital mas cercano.

Llevaban varias horas con ella, se me hicieron eternas, estaba muy nerviosa esperando que solo fuese el susto y nada más,.
Se abrió la puerta dando paso a los doctores que la atendieron, tenían la cara seria, un nudo fue formándose en mi interior no quería escuchar lo que dijesen, no, no quería oírlo sus expresiones no me gustaban.

--Lo siento, no se puede hacer nada mas por ella, está en estado vegetativo – los médicos informaron a sus padres después se dirigió a mi diciéndome-- ¿No viste que le ocurrió?

Con todo el dolor de mi corazón tuve que negarlo no pude hacer otra cosa, vi a mí mamá por el pasillo buscándome desesperada, salí corriendo a su encuentro abrazándola desconsolada por la noticia.

--¿Que pasó?, -- me limpiaba el rostro con sus delicadas manos.

--Fueron ellos, mama, lo vi todo y no hice nada por ayudarla—dije bajito en un mar de lágrimas con un sentimiento de culpa inmenso.

Ella me abrazó fuertemente contra sí apoyando su cabeza sobre la mía, por su rostro caía una lágrima, me dijo apenada y triste:

--No podías hacer nada más cariño, si la hubieses ayudado ahora no estarías conmigo eres una amenaza para su especie, te hubieran eliminado sin pensarlo tu instinto te salvó la vida.

Levantó la cabeza para mirarme entristecida.
--La próxima vez sigue tu instinto lo has agudizado con los años aunque tu corazón te diga otra cosa eso te salvara de situaciones difíciles de ahora en adelante.

--¿Qué la hicieron, para dejarla así? – La pregunte después de contarle lo que había pasado -- ¿Qué era esa niebla rodeándola?

--El alma cariño, necesitan un alma humana para poder concluir el ritual, de esta manera sus poderes son llamados para convirtiéndose en un hada completamente adulta.

Una semana después…..

Abrí la puerta de la habitación del hospital donde se encontraba Eileen me acerqué despacio, estaba sola sus padres se habían ido a comer me senté en la silla mas cercana a ella cogiendo la pálida mano acariciándosela.

--¿Por qué tuviste que ser tú? Perdóname por favor donde quieras que estés, perdóname- volví a llorar desconsolada.

Me sentía tan sola sin ella, llegué a acostumbrarme a su presencia, la quería tanto, después de todo fue mi primera amiga.
El sentimiento de culpa no me dejaba tranquila ni un momento Eileen se había perdido o dejado de existir, lo que tenía delante era un cuerpo vació sin vida, un cascarón hueco sin nada dentro.

Tomé una decisión, me vengaría por ella y de todas esas personas que eran victimas en sus manos, estudiaría hasta caer rendida, encontraría la forma de vencerlas, no dejaría hasta lograrlo aunque perdiera la vida en el camino encontraría una forma de vengarla.
Me acerqué para besarla en la frente era mi despedida, con todo el dolor de mi corazón salí por la puerta sin mirar atrás.

La situación había cambiado algo pasaba lo notaba, las veía por todas partes con más frecuencia que antes, se estaba volviendo peligroso el vivir aquí teníamos que tomar la decisión de volver a irnos, dejando atrás los recuerdos dolorosos.

Al llegar a casa me esperaba mi madre apoyada en el marco de la puerta, no había cambiado mucho en estos diez años pasados unas cuantas arrugas en el bello rostro, su figura esbelta era la misma parecía mi hermana mayor en vez de mi madre, me sentía muy orgullosa de ella, tan valiente no me extrañaba que mi padre se hubiera enamorado de ella.

La informé sobre la situación en la que nos encontrábamos, en el transcurso de la semana se había duplicado el número de estos seres por los alrededores, estaban buscando algo y tenía miedo que ese algo fuese yo.

Últimamente había descuidado mi persona poniendo en peligro mi vida y la de mi madre, seguro que ellos habían detectado mi existencia y me estaban buscando

Era el momento de marcharse a otro lugar ¿cual sería el adecuado? ¿Existiría algún lugar donde estuviese a salvo de ellos? 
FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO



4 Responses so far.

  1. Está muy interesante este tipo de historia!!! gracias por seguir creando Historias hermosas!!!!

  2. waaaa dios mio ya me desesperaba por la continuación esto se vuelvo genial quiero ya el capitulo 3 lo exijo quiero continuación yaaaaaaaaaaa

  3. Dulce says:

    Ya quiero el 3 *____*... Cada vez mejor!!!

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