CAPITULO DÉCIMO


Estaba desesperada,, un pensamiento cruzó por su mente, !no! !No puede ser! Y si… estuviese muerta, ¿ sería así?.

--! No! Imposible, no puede ser !no estoy muerta!,Él era real ¿Papá, donde estas?-- grité sin respuesta alguna.

--!!Papá, ayúdame por favor!!!-- , tapándome el rostro empecé a llorar desconsoladamente, no podía más, estaba tan agotada que mi cuerpo empezó a perder fuerzas cayendo sobre la tierra húmeda.

Algo me rozó el cabello, creí soñarlo pero esa sensación volvió a repetirse, levanté despacio la cabeza, mi rostro estaba húmedo por las lágrimas,

--Mi niña. Aquí estoy, nunca me fui de tú lado, solo que no me veías—su voz aterciopelada y cálida llegó a mí,

--¿Papá? ¡! Papá!!— levanté la cabeza para mirarlo, me abracé a él, era tal y como lo recordaba en mí memoria.

--Te dije que cuando me necesitases allí estaría—consolándola entre sus brazos

--Te eché de menos papá

No podía contener las lágrimas, todo se me vino abajo en un instante, recordando todos estos años escondiéndonos, yendo de un lado para otro.

--Lo sé, princesita mía

--¿Dónde estoy? ¿Qué es todo eso que vi?

--Restos de mi civilización, de la última batalla que determinó lo que algunos de nosotros somos ahora.
Escucha bien, Naiara, lo que vas a oír forma parte de ti , la otra parte de tu historia que desconoces y que sin embargo es muy importante que sepas para tu supervivencia. Hubo un tiempo en la que los humanos vivían entre nosotros como sirvientes aquellos que nos ofrecían su obediencia y lealtad a la raza, los demás, simplemente eran ganado para nuestros experimentos y necesarios para la evolución del linaje de nuestra raza,

Sabía a lo que se refería mi padre, acordándome de lo que le hicieron a mi amiga Eileen tiempo atrás, mi padre seguía explicándome….

--En aquellos tiempos algunos de nosotros no veíamos a los humanos de igual forma que los demás de nuestra especie, aprendimos a amarlos, mezclándonos con ellos sin el permiso de nuestros mayores lideres. De esas uniones nació una nueva raza, los hobgoblin (mitad hada- mitad humana) .
Esta nueva especie desarrolló un nuevo poder según se iban haciendo adultos, no necesitaban de nada para poder evolucionar, su poder crecía a media que ellos lo hacían.( cayó por un instante)
--Mi padre los consideró una amenaza , ordenó la mantaza de los humanos y su descendencia hibrida que vivían entre nosotros. Había hadas que el mero hecho de matar les producía placer y diversión para ellos, llegaron a eliminar poblaciones enteras de humanos, persiguieron a sus familias hasta exterminarlos , fue una masacre( en su rostro pude ver el sufrimiento y la culpabilidad que mi padre llevaba consigo).
--Mi padre prohibió matarlos por puro placer, solo y cuando fuese necesario podían hacerlo, eran imprescindibles para nuestro desarrollo y supervivencia ( me miraba melancólico).
--No todos estaban de acuerdo con su decisión, los humanos no eran nada para ellos, simples ratas de laboratorios para experimentos y al mismo tiempo servían para liberar nuestros poderes al llegar a la edad adulta.( Paró de hablar por un momento mientras acariciaba mi rostro húmedo por la lágrimas, que sin darme cuenta corrían por mis mejillas libremente. Podía sentir el dolor que experimentó en ese momento mi padre)

--Hubo una contienda a raíz de esto, los que pensaban como yo, nos unimos para impedir esta injusticia hacía ellos, otros aceptaron el mandato de mi padre, pero estaban aquellos que opinaban que no eran nada más que alimento para los que ansiaban el poder…. Ya viste el resultado(señaló la aldea) cientos de vidas se perdieron en esa batalla, al final acataron las normas de mi padre, el derecho de hacerlo solo era para los iniciados y poco más, no podíamos tener contactos con ellos, dio la orden de eliminar la progenie de mestizos que para su infortunio solo eran humanos corrientes, los que destacaban por heredar algunos dones de sus padres eran secuestrados y adiestrados para dar caza a los fugitivos de su misma especie e incluso a nosotros mismos … Eran torturados hasta el punto de que olvidaban su procedencia y lo que eran, convirtiéndose en asesinos despiadados y crueles sin remordimientos a la hora de matar

Vino un recuerdo a mi mente, justo la noche en la que mi padre murió o eso creí por aquel entonces, esos seres que lo atacaron eran personas como yo o lo fueron en su tiempo, la piel se me erizó al ver hasta que punto debieron ser torturados para olvidarse de quienes eran y convertirse en esos espantosos seres que vi

No fue necesario que continuase hablando, entendí perfectamente lo que iba a decir, mi padre como Lüng fueron desterrados y condenados a muerte por mandato de su propio padre pero…..

--¿Vosotros? Pero si parece haber ocurrido hace siglos, mamá y yo no somos…

--Sé lo que estas pensando mi niña, ocurrió como tú dices, siglos atrás, el tiempo para nosotros es efímero, lo que para ti son siglos para nosotros es un suspiro en el tiempo, yo formé parte de esta batalla, en aquel entonces vi injusto como eran tratados, no podía dejarlos a su merced así por lo que me uní a los desertores, para protegerlos, mi padre renegó de mí en aquel momento como traidor a la corona, ordenando mi muerte como a los demás.

Se veía triste mientras me contaba, amaba a quien supuestamente era mi abuelo, empecé a odiarlo en este mismo instante, abracé a mi padre lo más fuerte que pude no quería que se fuese de mi lado nunca más, me aterrorizaba el saber lo que harían conmigo si llegasen a atraparme.

Él me separó limpiándome las lágrimas del rostro diciendo que teníamos mucho por hacer, recorrimos juntos las tierras áridas y solitarias, cambiamos de conversación contándome como era de pequeño, sus aficiones y hobbis, me enseñó como canalizar mi poder para que no me volviera a suceder otra vez , y me explicó realmente donde estaba mi cuerpo recuperándose y donde estaba yo.

--Papá, si no estoy muerta, entonces ¿tú..?-- no sabía como decirle mis dudas y pensamientos respecto a su presencia .

--¿Eres real?¿ no eres producto de mi imaginación? Todo lo que me contaste ….¿Pasó realmente? ¿no estoy loca, verdad?

--Entiendo tus dudas, princesita, piensas que todo ha sido inventado por tu imaginación, no, es cierto todo y cuanto te conté pasó de verdad, en cuanto a mí…. Las hadas de luz tenemos un don que los demás no poseen, podemos elegir el momento de nuestra muerte o como en mi caso, denegué mi cuerpo para convertirme en un ser invisible, un alma errante que siempre estará cerca de ti y de mamá , cuidándoos, a veces un pensamiento, una ráfaga de luz en tu camino, una brisa al atardecer, siempre estaré cerca de vosotras, es todo y cuanto puedo hacer por ti y por mamá, no me dejaron otra opción.

--¿Por qué te veo, te siento ahora? ¿ Que es lo que me pasó papá?

Mi padre me envolvió entre sus brazos cariñosamente, apoyando su barbilla en mi cabello con delicadeza
--Naiara, estuviste apunto de morir, diste todo de ti en esa misión, no se como lo hiciste ni como pasó pero… tu alma se separó de tu cuerpo antes de que te rindieses. Hiciste lo mismo que yo en ese accidente, con la diferencia que tú cuerpo sigue unido a ti, es algo que no puedo entender ni explicar princesita.
Me ves porque estas en la misma dimensión que yo, es la única explicación que puedo darte ahora, mi niña.

Nuestro tiempo se agotaba, temía que ese momento llegase, no quería separarme de mi padre pero eso era algo inevitable, mi cuerpo estaba vivo en alguna parte del mundo humano. mientras mi alma vagaba por el mundo espiritual.

A veces oía susurros procedentes de ninguna parte, papá decía que mi cuerpo se estaba restableciendo rápidamente, es normal que esos susurros se hiciesen más notorios en mí, procedían de las personas que estaban alrededor de mi cuerpo. Algunas veces identificaba la voz de mamá, junto a la de Lüng y Rosa, ¡les echaba tanto de menos¡.

Me senté sobre el fino manto verde que se extendía a lo largo del camino y parte de la ladera de la montaña, papá desapareció por un momento dejándome sola, cerré los ojos pensando en todo lo que me había sucedido a lo largo de los años, mi infancia fue traumática, solitaria, deseando ser una persona normal, estar rodeada de gente que me apreciase, que me aceptase como realmente era, amigos con los que jugar en los días soleados, conversar de cualquier tema como una niña normal.
Por mi mente pasaron varios rostros del pasado, reviviendo momentos dolorosos que tenía encerrados en lo más profundo de mi corazón.
Las lágrimas amenazaban por salir, me contuve, ese dolor debía permanecer encerrado, ya llegaría el momento de liberarlo bajo el calor de la venganza.

Miré el cielo que se extendía por encima de mí hasta tocar los verdes lejanos páramos, limpio de nubes u otra cosa que se pudiese apreciar sobre él. Una sombra cayó sobre mí, un rostro conocido y amado apareció delante mío, de piel pálida y llameante cabello cobrizo, me miraba de lleno sonriéndome angelicalmente, sus alegres ojos verdes del mismo color de la hierba en la que estaba echada, me miraban con amor, llenos de vida y vitalidad.

Quedé petrificada al verla ¿era mi imaginación que me jugaba una mala pasada? ¿Es realmente ella? No, imposible, ella estaba muerta, una semana antes del hechizo llamé a sus familiares, dándome la mala noticia de su muerte ¿ Como era posible si su alma estaba perdida?

¿Me habían encontrado, sería eso posible? Sabía que las Dreides podían cambiar de aspecto para que sus victimas no sospechasen de ellos, pero ¿Eileen? No, esto era una trampa y no podía caer en ella¿ Donde estaba papá?

--Naiara…

Me levanté de un salto poniendo cierta distancia de ella, no confiaba en lo que mis ojos estaban viendo.

--¿Qué quieres de mí?

Hacía todo lo posible por no mostrar el miedo que tenía, estaría perdida si fuese así,

--No tengas miedo, no voy hacerte daño

--¿Quién eres tú?

Me armé de valor al pronunciar la pregunta, tenía que saber, me arriesgaba a que su respuesta fuese lo que más temía, ellos no podían mentir su código de honor no se lo permitían, de ahí el miedo de su contestación, me podría encontrar con cualquier otro ser mítico, a estas alturas todo podía ser posible.

--Soy Eliel,

Me fijé en su rostro, de cerca pude notar las diferencias que en un principio no vi, su rostro era anguloso aunque perfecto, de piel muy clara casi translucida, poseía grandes ojos verdes del color de la hierba recién nacida, sus orejas eran puntiagudas aunque pequeñas, no debía de medir más de uno cuarenta de estatura, con disimulo mire por detrás de su espalda, no había asomo de alas ni nada parecido, su cabello ondeaba como llamas al viento, una criatura hermosa ,delicada o eso me pareció a mí, solo que sabía muy bien que las apariencias engañaban sobre todo tratándose de seres mágicos, no se podía fiar de ellos .

--¿Quién eres?¿Por qué estas aquí?

--Por ti , debo protegerte, esa es mi misión

Su voz aterciopelada y dulce estaba llena de ternura, cosa que me pareció muy extraño pero no quise indagar más por lo menos no por ahora, solo…

--?Qué eres?

Terminé insistiendo al preguntarle, la curiosidad me comía por dentro, no volvería a insistir no quería cabrearla con mis preguntas , a saber lo que podía hacerme.

-Soy una elfo, una elfo de luz ,para ser exactos una faery

--Nunca oí hablar de vosotros, sé de hadas de luz pero ¿de elfos? No, nunca oí nada referente a vosotros

-- Lo entiendo, nuestra especie recibe el nombre de Los Ljsalfar
O como ya te dije elfos de luz ….

…………………..

Lüng miraba el cuerpo inerte de Naiara en esa esterilizada cama , se culpaba del estado de la niña, se veía que estaba casi recuperada pero su mente no daba señales de que no hubiese salido ilesa, estaba preocupado por ella, debía hacer algo y pronto.

La puerta se abrió, dando lugar a la mamá de la niña, se notaba que su cuerpo había perdido peso, el rostro tan similar al de su hija mostraba grandes círculos oscuros alrededor de los ojos, señal de lo poco que dormía desde lo ocurrido

--Lüng traje algo de comida, tienes que alimentarte

Él la miró mientras depositaba los refrigerios encima de una mesita situada al fondo de la habitación, era una mujer bella y casi no se percibían los signos de envejecimiento de su edad, era una humana bella tanto por dentro como por fuera, entendía en ese preciso momento como su amigo Nathäel quedó prendado por ella, dejando su mundo atrás por estar junto a ellas.



FIN DEL CAPITULO.

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