
CAPITULO QUINTO --¿Que pasó? Te ves alterada--la observé por un momento. --¿Dónde podemos hablar? Aquí no es seguro—dijo Rosa --¡Ven! vamos fuera de aquí—la cogí de la mano. Salimos del edificio hasta llegar a la parte de detrás donde había un pequeño jardín abandonado con un columpio oxidado por el tiempo, tenía tres asientos uno de ellos estaba en mal estado daba la sensación de que