[FICS] Estrella Fugaz - Capitulo I


CAPÍTULO PRIMERO
"HERMANAS"

El cielo amaneció cubierto por un manto de nubes oscuras. Sonó la alarma del despertador, alargué la mano palpando hasta encontrarlo, bajé el botón para que dejase de sonar, levanté la cabeza un poco adormilada para ver la hora que era. Las siete y media de la mañana, había tiempo suficiente para otra cabezadita. Tapándome con la almohada la cabeza, me volví a dormir.

- ¡María, despierta o llegarás tarde!


La voz de mi hermana pequeña resonó por toda la habitación. La ignoré dándome la vuelta enredándome aún más entre las sábanas, noté sus manos frías sobre mí intentando levantarme, sin éxito.


- ¡Ya! Ya me levanto, todavía tengo tiempo para entregar mi nueva novela, no te preocupes - le dije a Luna entre molesta y adormilada.


- Creo que no, te dormiste. Son las ocho y media y tu cita con el editor es dentro de una hora.

- ¿Qué?

Me giré sobre la cama para mirar la hora

- ¡Llegaré tarde si no me doy prisa!

Me levanté de un salto, le di un beso en la mejilla a mi hermana al pasar por su lado cuando iba al baño, agradeciéndole el gesto. Media hora después estaba lista. Hacía mucho el tener el cabello corto en un caso como este. Me miré en el espejo para darme los últimos retoques de maquillaje. Me encantaban mis almendrados ojos azules, hacían resaltar mi cara. Me di brillo en los labios, los tenía pequeños y llenos, sensuales.

Le di un beso al aire a la imagen reflejada en el espejo. Una pequeña sonrisa asomó en mis labios satisfecha de mi apariencia.

- ¡Lista! - dije mirando el impecable traje pantalón de color tostado que me había puesto para la ocasión. Resaltaba mi figura, alta y delgada.


Salí de casa despidiéndome de mi hermana Luna, desayunaba tranquila en la cocina con el televisor encendido, levantó la mano a modo de despedida sin mirarme, concentrada en las noticias de las ocho.


Hoy era un gran día para mí, iba a entregar mi última novela de la saga “Los viajeros del tiempo” que me había hecho famosa entre los lectores de mi país y que en los últimos meses estaba siendo traducía a varios idiomas, con un poco de suerte, también firmaría para que mis libros fuesen llevados a la pantalla grande.


No tenía que llegar tarde a la editorial, no deseaba dar mala impresión a las personas que seguramente harían de mis libros un best-seller. El sueño de todo escritor, ser reconocido por sus obras a nivel internacional. Eran las nueve en punto de la mañana cuando pasaba por la recepción de la editorial


- ¡María, date prisa! acaban de entrar los productores y nuestra jefa a la sala de reuniones, no te demores— me gritó Olivia, la recepcionista.


- Gracias “Oli” – le agradecí.


Apresuré el paso, ya que con los tacones no podía correr, llegué al ascensor justo a tiempo de que cerrara sus puertas. Suspiré esperando no llegar cuando todos estuviesen sentados, me moriría de vergüenza. Me paré en frente de la puerta, cogí un poco de aire, soltándolo después para tranquilizarme. Abrí la puerta despacio pero decidida. Llegaba justo a tiempo, todos se estaban acomodando en los sillones.


Una hora después salí toda contenta y emocionada con un contrato entre mis manos. Iban a llevar mi saga al completo a la pantalla grande.


El teléfono comunicaba. Con esta era la cuarta vez que llamaba a Luna al móvil y no me contestaba.


- ¿Dónde te has metido eh? - pregunté mirando su número en la pantalla del teléfono. Más tarde la volvería a llamar, por el momento, tenía trabajo que hacer en mí despacho.


Mi pasión por escribir apareció tras años de corregir y corregir ensayos de la gente, mi trabajo consistía en aprobar los escritos que eran buenos e interesantes, los que enganchaban al poco de leer unas cuantas páginas. Así surgieron mis ganas de escribir mi primera novela romántica. Fue rechazada, aunque dijeron que no era mala, que estaba muy bien redactada, solo que los personajes no mostraban sentimientos, eran fríos e impersonales.


No me rendí tras aquella derrota y seguí intentándolo hasta el día que fue aceptado mi primer libro. Un libro que después se convertiría en el primero de los tres que formaban la saga de aventuras y fantasía, haciéndome reconocida entre los adolescentes y por los no tan jóvenes. Nunca imaginé que algunos de mis libros serían elegidos para llevarlos al cine, estaba ilusionadísima por ello, y con la única persona que quería compartirlo en este mundo era con mi hermana pequeña Luna, lo único que quedaba de mi familia, a la que cuidé como si fuese hermana e hija a la vez, a pesar de los escasos seis años de diferencia de edad que nos llevábamos.


Me senté en el sillón de mi escritorio, allí tenía una foto de Luna y yo sonriendo a la cámara mientras ella la sostenía, nuestras cabezas estaban muy juntas cuando fue tomada la foto. Miré el rostro de mi hermana, tan lindo, con sus ojos marrón oscuro, casi negros, con largas pestañas, la boquita parecida a la mía y su cabello castaño oscuro ondulado, poseía una melena hermosa. Nadie podría decir a simple vista que éramos familia, tan diferentes la una de la otra. Ella más bajita que yo e incluso algo más llenita, pero eso no le restaba encanto a su persona.


Amaba a Luna, su juventud, su espontaneidad, su inocencia, la pasión que ponía cuando tenía que hacer algo, su amabilidad con las personas. Era una personita apasionada y llena de vida, aunque a veces tuviésemos nuestras peleas. No carecía de genio, la verdad.


Dejé la fotografía en su sitio y la volví a llamar… nada, no me lo cogía “¿Dónde se había metido? Seguro se le olvidó el móvil en casa ¡pero qué despistada! No cambiará nunca” sonreí mientras metía el móvil en el bolso.


El hecho de ser escritora en mis ratos libres no me impedía seguir con mi tarea en la editorial, los nuevos ensayos se amontonaban sobre la mesa. Cogí uno al azar leyendo el enunciado “Hasta la eternidad”.


- Umm buen titulo - dije hojeando un poco por encima.


Empezó a sonar “Somebody To Love” la voz de GD se oía en mi bolso. Lo cogí


- ¡Por fin! ¿Dónde estabas? Te estuve llamando toda la mañana.


- Me dejé el móvil en casa ¿todo fue bien?


- ¡Más que bien! ¡Van a producir los tres libros! ¿Te imaginas?


- Tendré una hermana famosa – dijo riendo - ahora no tendrás la excusa de que no tienes tiempo de conocer a un buen hombre, se presentaran muchas oportunidades ¡Y quiero un cuñadito bien guapo!


- ¡Ay Luna! Siempre estas con esas, hoy en día no hace falta tener un hombre al lado. Además… ¡hay muchos donde escoger y no tengo prisa!


- Ya, pero una se siente protegida, amada, y el saber que no estas sola, que siempre estará esa persona contigo cerca de ti…


Las últimas palabras de Luna fueron tristes y llenas de añoranza.


- ¿Te pasó algo? Te noto un poco deprimida


- No María…solo que cuando conoces a alguien y esa persona te llega muy adentro, solo quieres estar con él, cerca de él, sentir lo que él siente, desear ser abrazada…Pero a veces… es imposible. Esa persona puede estar al otro lado del mundo… - su tristeza se dejaba notar a través del teléfono.


- ¿Y eso? ¿hay algo que no me has contado? - pregunté extrañada por sus tristes palabras. Luna no solía ser así.


La notaba un poco rara desde hacía unos meses, salía menos que antes y estaba siempre pendiente de sus correos, más de una vez la pillé chateando con gente, pero a su edad, es normal. Seguro que estaba pasando por un pequeño bache. “Esta noche tendremos una larga charla” No me gustaba verla así, se me encogía el corazón al oírla hablar con ese tono.


- No te preocupes hermanita, no es nada. Por cierto, esta noche llegaré un poco tarde, he quedado con unos amigos.


- OK, ten cuidado de regreso a casa - la aconsejé.


- Si mami – fue lo último que oí antes de que se cortara la comunicación.


Reconocía que era un poco protectora con ella, pero no lo podía evitar. Analicé las palabras que habíamos intercambiado. A mis treinta años no me había enamorado nunca, no tuve tiempo de hacerlo, mi única prioridad era mi hermana y mi carrera. Recordé las palabras que una vez me dijo mi padre, él era la persona que mejor me había conocido.


- María, es tan grande tu mundo interior, que no necesitas a nadie. Cuando te enamores, más te vale que esa persona te ame con locura y para siempre, porque si no…será tu perdición.


Esas palabras siempre las tenía en mente, puede que fuesen las culpables de no querer enamorarme por miedo a que me hicieran daño.

Ahora sabía que en el transcurso de los años me había perdido algo muy importante de la vida, sobre todo, notaba esos espacios en blanco, ese vacío en los momentos en los que deseaba que la carga que llevaba fuera compartida con alguien más, sentirme amada como mujer y al mismo tiempo, deseaba sentirme protegida cuando la soledad me rodeaba con sus brazos y pensaba que es muy difícil librarse de ella. En esos momentos, me hundía cada vez más y más… Pero bueno, esa época ya pasó, y la tenía a ella “Luna” Era ella la que llenaba con su ternura mis espacios en blanco.

Era hora de regresar a casa, me había entretenido con el nuevo ensayo, prometía, estaba interesante, no pude dejar de leer hasta terminarlo.

Dieron las diez de la noche en el reloj de pared del despacho, cogí mi bolso y salí de allí dirigiéndome al aparcamiento. Empezó a lloviznar, por lo que decidí regresar caminando, dejando allí el coche. Me encanta la lluvia, ya tendría tiempo de recoger el auto al día siguiente.

Era una noche cálida y las pequeñas gotas de agua eran agradecidas, me encanta sentirlas en mi rostro, tan suaves y ligeras, escuchar el sonido que hacen al caer contra el suelo mientras se mezclan con los sonidos de la ciudad. Pasear bajo la lluvia y observar como la gente se refugia bajo las cornisas de las tiendas y portales, preocupados por su peinado o por no arruinar sus prendas al mojarse. Sonreía al verles con caras de fastidio. Sin embargo yo disfrutaba del momento de ser mojada por esas diminutas y húmedas fuentes de vida, sentirlas en mi piel… Cerré los ojos por un momento mientras notaba como mi cuerpo respondía a la caricia del agua. Suspire lentamente en una mezcla de placer y satisfacción.


Me gustan los pequeños detalles, como una flor bañada por el rocío de la mañana, aspirar su fragancia como quien aspira la vida, despacio y profundamente, una puesta de sol en cualquier época del año, ya haga frio o calor, pasear por la arena de la playa sintiendo a las olas acariciar mis pies desnudos, el mar… Adoro el mar, sus colores, su música envolvente, a veces vigorosa, furiosa, otras…suave como una caricia, delicada, esa línea de unión con el cielo, lejos, muy lejos, y al mismo tiempo…mía. Siempre he pensado que el mar encierra un universo paralelo y mágico del que yo he formado parte en otra vida.


Me paré enfrente de una tienda, el escaparate estaba lleno de velas de distintas formas y tamaños, aparte de otras pequeñas piezas de decoración. La tienda estaba abierta, entré. Me había quedado prendada de una rosa de un tamaño considerable, parecía real. Me acerqué a ella, su delicado aroma llegaba hasta mí, su tallado era perfecto al igual que su intenso color granate, no pude menos que comprarla. Nuestra casa está llena de estos pequeños detalles y ya sabía donde pondría esta hermosa flor. Sonreí.


Tres horas más tarde…


La una de la madrugada y todavía no había llegado Luna, algo raro en ella, pues era jueves y entre semana, no se demoraba tanto. Tenía que dejar de ser tan protectora con ella y darle más espacio, ya no era una adolescente, era una mujer, pero se me hacía difícil asimilar que un día alguien me la robaría. Alejé esos pensamientos de mi mente, era ley de vida que fuese así, solo que el hecho de pensarlo, me entristecía.


Paseaba inquita de un lado a otro, era raro que no me hubiese llamado si se hubiese quedado en casa de un amigo. Bueno, le daría un poco más de tiempo antes de llamar a Nacy, su mejor amiga.


Volví a mirar la hora…”Las cuatro ¿Dónde se habrá metido?”


No me di cuenta y poco a poco me quede dormida en el sofá, esperándola…

Desperté sobresaltada al oír que llamaban a la puerta. Miré la hora, eran las siete. El sonido persistente del timbre me hizo reaccionar y me levanté de un salto. Abrí la puerta con cautela, era muy pronto para recibir visitas.

- ¿Familiar de Luna Sellés?- tenía delante de mí a una pareja de policías uniformados y con unas hojas en la mano.


- ¿Sí?


Se me empezó a formar un nudo en la garganta, tenía un mal presentimiento “Seguro que le han robado el coche y por eso no llegó a casa temprano” Sin darme cuenta, empecé a temblar.



El corazón me empezó a latir muy deprisa, esperando a que terminase de hablar el agente. No entendía lo que decía, sentí como una niebla se iba apoderando de mí haciendo que me marease y sintiese nauseas, la visión se volvió borrosa y un pitido empezó a sonar en mis oídos haciéndose cada vez más fuerte. Lo único que pude entender antes de sumergirme en una oscuridad total, fue que Luna había tenido un accidente de coche.


Desperté con dolor de cabeza y la boca seca. Había tenido una traumática pesadilla sobre Luna. Pensé que el hecho de esperarla despierta durante buena parte de la noche era la causa de mi pesadilla. Me levanté de la cama…

“¿Cómo he llegado hasta aquí”

La bruma de mi mente empezó a deshacerse. Todos los acontecimientos pasados volvieron a mí con nitidez “No, no podía ser. Fue todo una pesadilla…Sí, eso era”

Respiré profundamente e Intenté tranquilizarme. Era hora de despertar a Luna…
 



Fin del primer capítulo.

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[FICS] El Secreto de Naiara - Capitulo IX


CAPITULO NOVENO


Me situé en posición frente a la fuente indicando a Rosa que fuese observando a través de sus aguas tranquilas la evolución del encantamiento por si no salía bien

Puse una de las manos en la pequeña figura del hada, con la otra sostenía el libro abierto, cogí aire cerrando los ojos para después soltarlo, lo repetí varias veces para tranquilizarme y dejar la mente en blanco para realizar el encantamiento con éxito

Una vez preparada fijé la vista en las letras que aparecían ante mí, estaban escritas en un dialecto que nunca antes había visto pero por alguna razón no era problema para mí, lo entendía perfectamente aunque un poco sorprendida.

Empecé a recitar las palabras escritas, una hermosa voz salió de mí sin poder reconocerla como propia, eso no me detuvo y seguí leyendo hasta el final.

Miré a Rosa por si había algún cambio en el escudo, ella negó con la cabeza con la mirada preocupada, volví a suspirar y lo intenté de nuevo. Realicé la misma operación con los mismos resultados.

--¿Estas segura que no olvidaste nada?

--Creo que no, vi claramente como lo hacía y es así

--Concéntrate de nuevo e intenta recordar tu sueño

Cerré los ojos liberándome de todo pensamiento, ante mí apareció el recuerdo que buscaba con ahínco ,vi claramente como él tocaba la pequeña hada con la única diferencia que al posar la mano sobre ella el dedo de corazón tapaba los ojos de esta..

--Ya sé en qué me equivoqué, bueno, no estoy segura pero lo probaré.

--! Vamos Nai! la protección esta desapareciendo-- apremió Rosa

Me asomé al agua que contenía la vieja fuente, se veía claramente como las sombras se iban aproximando a las brechas ocasionadas en la cúpula.

--! Deprisa Nai! ! No queda mucho tiempo!

Rosa estaba cada vez más nerviosa al ver que una tenebrosa forma estaba a punto de atravesar la barrera protectora

--! No me ayudas nada !Rosa !cálmate!

--OK- calló de inmediato Rosa ante su petición

Me centré en el hechizo olvidándome de todo lo que me rodeaba, me fue difícil hacerlo pero al fin lo logré, sentí como la piel se me erizaba, al mismo tiempo que un cosquilleo comenzó a surgir en los extremos de los pies, esa sensación fue ascendiendo poco a poco por todo mi cuerpo.

--! Dios mío Naiara!

Rosa vio asombrada como a su amiga se le iluminaba la piel en un tono dorado. De repente dos pequeñas peturberancias salían de su espalda desgarrándole la piel y el fino tejido de la camiseta que llevaba puesta, a cada segundo se volvían más grandes tomando una extraña forma.

Naiara estaba ajena a todo lo que le estaba ocurriendo a su cuerpo, no era ella, sino un bello ser mitológico que supuesta mente solo existían en los cuentos para niños

. Palabras incomprensiblemente bellas salían de su boca, mientras su mano sujetaba correctamente al pequeño ser de piedra, su cabello ondulaba a pesar de no haber viento de forma sobrenatural sobre su rostro.

Rosa estaba fascinada con las nuevas alas de Naiara, se parecían a las de una enorme mariposa de finas y resplandecientes alas de sedas plateadas, bordadas de exquisitas filigranas doradas en el interior de estas.

La emoción embargó a Rosa, ante ella se encontraba una auténtica hada de luz, nadie diría que ella solo era una hobgoblin (mitad hada- mitad humana) se veía hermosa, delicada y con una gran carga a su espalda a pesar de su edad,

Había notado en poco tiempo como aumentaba la magia dentro de ella y con eso también una responsabilidad enorme.

El suelo arenoso dio una pequeña sacudida sacando a Rosa de sus pensamientos, Naiara seguía concentrada en la lectura sin percatase de lo que estaba sucediendo alrededor de ella.

EL aire se enrareció paralizándolo todo, pequeñas motas de polvo quedaron suspendidas en el aire, al igual que las hojas secas que caían de los árboles deteniéndose, flotando en el aire sin llegar al suelo

Podía sentir como la magia se expandía por el aire, reparando poco a poco las fisuras de la cúpula, la más preocupante era la apertura de la zona Sur de la población, su tamaño era considerable.

Rosa observaba a Naiara preocupada, llevaba una hora en la misma posición, el cansancio era visible en su bello rostro, sabía que lo conseguiría la tenacidad de su amiga era asombrosa, no cesaría hasta lograrlo aunque se le fuese la vida en ello y eso era realmente lo que temía.

Pequeñas partículas de polvo dorado se desprendían de las grietas recién reparadas, daba la impresión de una lluvia de diminutas gotas doradas caía por toda la población. La vegetación cobraba vida al ser tocada por ellas, floreciendo a su paso, volviéndose más verdes y lozanas las plantas, las flores florecían con un color más intenso, su aroma delicado se expandía por todos los rincones del lugar.

Rosa estaba boquiabierta ante todo el cambio que se estaba produciendo ante sus ojos, miraba a su alrededor incrédula de lo que estaba viendo, el pequeño jardín escondido cobraba vida por momentos, bajo sus pies la hierba junto a toda la vegetación que ahí se encontraba, se volvía más verde y sana.

El antiguo jardín poco a poco tomaba la apariencia de lo que tiempo atrás debió ser un magnífico lugar lleno de vida y colorido, rosas de distintas formas y aromas, brotaban de las que anteriormente eran inertes y secas ramas, pasando a ser esplendorosos rosales con sus ramas cubiertas de frondosas hojas verdes y afiladas espinas

El ruinoso columpio empezó a transformarse al igual que la vegetación de alrededor, sus maderas frágiles, astilladas y oscurecidas maderas por el tiempo comenzaron a cambiar , volviéndose más resistentes y claras las tablas, sujetas a ambos lados por fuertes, resistentes y renovadas cuerdas.

Rosa volvió su atención a su amiga que estaba tan concentrada, su tez pálida era anormal, su preocupación por ella empezaba a notarse, de repente su amiga cerró los ojos dejándose caer al suelo.

Naiara cayó desplomada quedando totalmente inmóvil sobre el manto verde de hierba recién nacida, Rosa alarmada acudió junto a ella e intentaba que recobrara la conciencia sin éxito alguno.

Finalizado el hechizo, Naiara agotó casi toda la energía de su cuerpo.

Estaba muy pálida, el latir de su corazón era débil casi no se percibía, su cuerpo recobraba poco a poco su forma original, ella seguía sin despertar, Rosa no sabía que hacer, su cuerpo era pesado para llevarla pero aún así intentó cargarla a su espalda logrando que se cayesen las dos, desesperada optó por llamar a su padre, no le importaba si era regañada por estar fuera de casa a estas altas horas de la noche, la vida de su amiga corría peligro eso era lo más importante en estos momentos, debía de llevarla cuanto antes al servicio de urgencias mas próximo.

--Aguanta Nai, pronto vendrá mi padre

Su rostro estaba bañado en lágrimas, buscó el móvil en el bolsillo del pantalón marcando el número de su casa.

***********

Pasaron más de tres horas cuando el médico entró en la sala de espera, allí se encontraban la madre de Naiara acompañada de Lüng, Rosa y su padre, el médico se acercó a la madre de ella, para decirle que su estado era critico, estaba sumida en un coma profundo, casi sin esperanzas de poder salir ilesa de él

--Ella es fuerte, saldrá de esta-- Lüng intentaba animarla

--¿Qué fue lo que le pasó para encontrarse en este estado?-- preguntó su madre desesperada de saber que podía perder a su única hija, lo único que le quedaba de su amado esposo, ella la daba fuerzas para vivir, sin ellos no era nada

Ignoraba lo que había estado haciendo en los últimos meses, por la expresión de Lüng debía de ser algo muy gordo e importante, nadie le decía nada al respecto, sabía que esos seres estaban cerca, de algo valía año tras año de huir de ellos, esa sensación de temor ya le era conocida y al mismo tiempo le aterrorizaba que pudiesen llevarse a su niña.

--No se preocupe, cuando su cuerpo se recupere de ese estado, volverá con nosotros

Lüng estaba seguro de eso, la ayudaría volver si algo saliese mal, normalmente su especie le costaba unos días en recuperar toda la fuerza y energía que necesitase el cuerpo.
Naiara no podía terminar así, tenía mucho camino por recorrer y asuntos que saldar. Se echaba la culpa de lo que le pasó a la niña, se le olvidó decirle la lección más importante de todas, no liberar toda su energía, podía morir por ese echo, no le mostró como canalizar todo ese poder de su propio cuerpo.


******************

Naiara se sentía perdida, desorientada, por más que andaba no veía a nadie, de vez en cuando divisaba pequeños bosques sumidos en una densa y aterradora niebla blanquecina…..

--! Hola! ¿Hay alguien ahí?--Estaba cansada de tanto deambular, bastos paramos desiertos se presentaban ante ella

No recordaba gran cosa de lo sucedido, solo que cuando recitaba el hechizo, un cosquilleo empezó a surgir en la punta de los dedos de los pies, se fue expandiendo por todo el cuerpo, hubo un momento que me sentía arder todo el interior de mi cuerpo, segundos después estaba sumida en la más absoluta oscuridad, me movía sir ver nada, un silencio aterrador me envolvía, estaba completamente sola, desesperada trataba de salir de aquella oscuridad que me rodeaba sin conseguirlo.

El recuerdo de mi madre me daba fuerzas para continuar sin decaer ni un solo instante, tenía que lograrlo por ella, por Eileen, por todos aquellos que habían perecido en las garras de esos horrendos seres mitológicos, tenía que vengarlos, ese era su destino, su deber.

Una voz llegó hasta mí, creí imaginarla pues tantas veces llamé y supliqué sin resultado alguno. Volví a oírla en este preciso momento.

--¡Ven! Sígueme

¿De qué me sonaba esa voz?, empecé a seguirla con el deseo de que me ayudase a salir de allí.

--¡Por aquí!

Esa voz me era muy conocida pero aun así no pude ponerle rostro. Estaba agotada, no sabía cuanto tiempo me llevó seguirlo, los pies me dolían, no podía dar un paso más, mis ojos estaban doloridos por tratar de ver algo en esa inmensa oscuridad.

--¡Sigue adelante, es el final del camino!

Otra vez esa voz, ¡la conocía! Claro que la conocía, ¿como pude ser tan tonta? El miedo y la desolación no me dejaron hacerlo, era su voz, el chico de mis sueños acudió a mi llamada de auxilio otra vez.

Un halo de luz comenzó a filtrarse en medio de la oscuridad, mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad, por fin lo había conseguido, pronto vería a mi madre, mi amada y adorable mamá, quería decirle que estaba bien solo un poco asustada pero ya pasó.

--Gracias, gracias por ayudarme, por no dejarme sola…

Algo suave rozó mi rostro, no pude definir lo que era, su aroma llegó hasta mí, era inconfundible su olor, cerré los ojos por la sensación de ser nuevamente acariciada por él. Todo temor desapareció de mi cuerpo al notarlo junto a mí ¿Cuándo sería el día que lo conociera en persona? Porque él existía realmente, no sabía quien o qué era, tenía muy claro que no era maligno no después de cómo mi cuerpo reaccionaba a su toque.


No sabía cuanto tiempo me llevó salir de allí, para encontrarme en un lugar desolado, silencioso, deprimente, de nuevo me encontraba sola, él me abandonó nada más salir de la oscuridad, no pude verlo, no dejó que lo viese¿ Quien era él realmente? ¿Me lo había imaginado? .

La niebla lo envolvía todo, delante de mí se extendía un camino de tierra con varias intersecciones.
¿Qué era esto?¿ Una nueva fase? Mirando de un lado para otro .Seguí el sendero de mi derecha, parecía hecho por la mano del hombre, llano, sin ningún hierbajo creciendo en él, me llevó por aldeas abandonadas, destruidas, rastros de antiguas batallas tenía ante mí.

Me detuve, quise observar de cerca la pequeña aldea que estaba frente a mí, pasé por un pequeño puente de madera aviejada y mohosa, me asomé por una de sus barandillas, debajo de mí, un arroyo de aguas limpias y claras corrían por su cauce , los pececillos de varios tamaños y formas se veían perfectamente a través de las cristalinas aguas.

Todo se veía tan irreal con toda esa neblina a mi alrededor, tal vez fuese un sueño , como la primera vez que lo vi a él, pero…..algo andaba mal,¿Porqué sentía que esto era real? La realidad de otro tiempo, otra era, otra gente diferente a mí.

La desolación se palpaba solo con respirar el aire de allí,¿Qué habría pasado en aquel lugar? Mi mente creaba imágenes de niños felices jugando con objetos extraños, seguramente algún tipo de juguete creado por sus padres, mujeres hablando entre ellas, lavando, atendiendo a sus maridos…. Sus vestimentas eran diferentes, hechas con algún tipo de corteza y raíces flexibles de algún árbol en especial, no llegaba a comprender como era posible eso.. De todas formas solo eran imaginaciones mías, creo que me estaba volviendo loca con todo este asunto.

Seguí mi camino hasta llegar a la primera vivienda, parecía como si sus habitantes la hubiesen abandonado con mucha prisa, había cosas por todas partes, juguetes, o eso parecían, todos hechos de madera , muebles , vestimentas raídas y estropeadas, una gran capa de polvo lo cubría todo

¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces?, salí de allí, la niebla estaba desapareciendo, seguí paseando por los alrededores hasta llegar a una zona totalmente desbastada, todo estaba destruido, señales de antiguas batallas, la desolación, dolor, todo llegó a mí haciendo que me doblase del sufrimiento que esas gentes debieron sentir en aquellos momentos, lo sentía en mis propias carnes

Huesos de extrañas formas y tamaños estaban amontonados por toda esa zona de la aldea ¿Dónde me encontraba?

El temor empezó a cobrar vida dentro de mí, a cada paso que daba iba creciendo más y más, al igual que iba desapareciendo la sensación del dolor que sentía según me iba alejando de ese lúgubre lugar

--! Mama!!Rosa!!Lüng! ¿Donde estáis?
Empecé a llorar desconsolada, por más que lo intentaba el resultado siempre era el mismo, nadie me respondía.

Estaba desesperada,, un pensamiento cruzó por su mente, !no! !No puede ser! Y si… estuviese muerta, ¿ sería así?.

--! No! Imposible, no puede ser !no estoy muerta!,Él era real ¿Papá, donde estas?

--!!Papá, ayúdame por favor!!!-- caí de rodillas al suelo, tapándome el rostro empecé a llorar desconsoladamente, no podía más, estaba tan agotada que mi cuerpo empezó a perder fuerzas cayendo sobre la tierra húmeda.

Algo me rozó el cabello, creí soñarlo pero esa sensación volvió a repetirse, levanté despacio la cabeza, mi rostro estaba húmedo por las lágrimas,

--Mi niña. Aquí estoy, nunca me fui de tú lado, solo que no me veías—su voz aterciopelada y cálida llegó a mí,

--¿Papá? ¡! Papá!!—me abracé a él, era tal y como lo recordaba en mí memoria.

--Te dije que cuando me necesitases allí estaría—consolándola entre sus brazos

--Te eché de menos papá- no podía contener las lágrimas, todo se me vino abajo en un instante, recordando todos estos años escondiéndonos, yendo de un lado para otro.

--Lo sé, princesita mía

--¿Dónde estoy? ¿Qué es todo eso que vi?

--Restos de mi civilización, de la última batalla que determinó lo que algunos de nosotros somos ahora, mi padre ordenó la mantaza de los humanos que vivían entre nosotros, así mismo la prohibición de matarlos por puro placer, solo y cuando fuese necesario, No todos estaban de acuerdo con su decisión, los humanos no eran nada para ellos, simples ratas de laboratorios para experimentos al mismo tiempo servían de ganado. Hubo una contienda a raíz de esto, los que pensaban como yo, nos unimos para impedir esta injusticia hacía los humanos, otros aceptaron el mandato de mi padre. Pero estaban aquellos que opinaban que no eran nada más que alimento para los que ansiaban el poder…. Ya viste el resultado, cientos de vidas se perdieron en esa batalla, al final acataron las normas de mi padre, solo para los iniciados y poco más, no podíamos tener contactos con ellos, dio la orden de eliminar la progenie de mestizos, los que destacaban por heredar algunos dones de sus padres eran secuestrados y adiestrados para dar caza a los fugitivos …

No fue necesario que continuase hablando, entendí lo que iba a decir, mi padre como Lüng fueron desterrados y condenados a muerte por mandato de su propio padre pero…..

--¿Vosotros? Pero si parece haber ocurrido hace siglos, mamá y yo no somos…

--Sé lo que estas pensando mi niña, ocurrió como tú dices, siglos atrás, el tiempo para nuestra especie es efímero, lo que para ti son siglos para nosotros es un suspiro en el tiempo, yo formé parte de esa batalla, en aquel entonces vi injusto como eran tratados, no podía dejarlo así por lo que me uní a los desertores, mi padre denegó de mí como traidor a la corona dándome muerte como a los demás.

Se veía triste mientras me contaba, amaba a quien supuestamente era mi abuelo, empecé a odiarlo en este mismo instante, abracé a mi padre lo más fuerte que pude no quería que se fuese de mi lado nunca más.

Él me separó limpiándome las lágrimas del rostro diciendo que teníamos mucho por hacer, recorrimos juntos las tierras áridas y solitarias contándome como era de pequeño, sus aficiones y hobbis, me enseñó como canalizar mi poder para que no me volviera a suceder otra vez , explicándome realmente donde estaba mi cuerpo recuperándose y donde estaba yo.



FIN DEL CAPITULO.

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